La boda de Rocío y Asun en Valencia, Valencia
Rústicas Morado
R&A
19 Sep, 2015El día de nuestra boda
Despertó el 19 de septiembre de 2015, precioso, el sol brillaba y superó todas las expectativas. Se hizo muy corto y eso que estuvimos todo el día, pero estuvo lleno de emociones y mucho sentimiento.
Dormimos juntas esa noche, desayunamos y yo me fui a casa de mis padres, mientras Asun se arregló en casa. Nos turnamos para ir a la peluquería y al maquillaje. Fue todo un poco corrido, muchos nervios, pero por fin sonó la traca que implicaba nuestra salida hacia los Jardines de Monforte.
Asun fue en el coche con su hermano y su cuñada; yo fui con mis padres. Llegué yo primero y ahí estaban esperando la familia y algunos de los amigos más cercanos. A los 10 minutos llegó ella, resplandeciente, deslumbrante, vestida con aquella sonrisa que me enamoró la primera vez que la vi; tan preciosa como siempre, tan preciosa como nunca.
“Dime con quién andas” de Mägo de Oz comenzó a sonar y entramos en la sala. Yo del brazo de mi padre, ella del brazo de su hermano. La habitación estaba perfectamente decorada, las flores y nuestros invitados le daban el toque mágico que necesitábamos. La concejala hizo un discurso breve y bonito. Firmamos y “A la niña que fui” de Vanesa Martín anunció el final de la ceremonia. Salimos, tiraron el arroz, nos felicitaron y nos hicimos las miles de fotos pertinentes en los jardines.
Seguir leyendo »Tras la ceremonia oficial, nos dirigimos a la alquería El Machistre en Alboraia para la ceremonia más personal con todos los invitados. En ésta, Asun entró primero con su hermano y yo detrás con mi padre. De fondo se oía “El concierto de Aranjuez” con el maestro Paco de Lucía a la guitarra. Mi padre y su hermano encendieron una vela y con esas, Asun y yo encendimos otra grande que estaría iluminándonos durante toda la ceremonia y la comida.
Su hermano fue el maestro de ceremonias, el cual, casi con la primera frase que pronunció, ya nos hizo llorar a todos. Hablaron dos amigas nuestras, mi madre, mi cuñada y nosotras. Hubo momentos de más lágrimas, pero también de risas y de recuerdos. Con “Somewhere over the rainbow” nos leímos los votos e intercambiamos las alianzas; y con “All for love” de Bryan Adams dimos por finalizada la ceremonia. Lluvia de arroz y de confeti. Felicitaciones. Besos. Fotos. Más fotos.
La entrada al cóctel la hicimos con “Carmina Burana”, mientras que durante sonaba Vanesa Martín. Todos comieron y bebieron. Nosotras solo bebimos. La gente nos reclamaba para hacernos fotos, para decirnos lo guapas que estábamos, que no nos esperaban con vestido blanco, y lo que les había gustado la ceremonia y el lugar. Con “Cantares” de Serrat se dio por finalizada la primera parte de la comida, y nos sorprendieron con un vídeo de los invitados dándonos la enhorabuena, a lo que nosotras respondimos con otros dos.
La fotógrafa hizo una foto grupal y los invitados pasaron al salón al aire libre. Nosotras entramos con un remix de Mägo de Oz muy cañero. Yo llevaba una chupa de cuero blanco y los cuernos bien arriba. Estaba eufórica. Brindamos con unas copas medievales llenas de cerveza y nos sentamos a comer. Comimos hasta reventar, bebimos hasta… Las chicas de Bolets i Foc estuvieron muy atentas en todo momento, a los acontecimientos, al igual que Vicky, que hicieron un trabajo decorativo superior. Y por supuesto, a nuestro ángel de la guarda, el metre al que llevábamos loco diciéndonos lo que teníamos que hacer.
Dimos seis regalos a nuestros amigos (con Manolo García y Queen) y a nuestros padrinos y madrinas que tan involucrados estaban en la causa (con Frank Sinatra). El momento más emotivo fue cuando Asun dejó su ramo en los dos sitios vacíos que había en la mesa. Ese ramo iba con todo el amor del mundo para sus padres, también presentes en nuestra memoria y en nuestro corazón.
El corte que recibió nuestra apetitosa tarta de tres chocolates se lo dimos con una espada toledana al ritmo de “Si te vas de Mägo de Oz”. Luego nos pasamos por las mesas para enseñar las muñecas que tanto furor había causado. Asun me regaló un cuadro de fotos nuestras y yo le regalé un poema de mi alma y palabra (sonaba “Pedimento” de Marea).
Pasamos al salón de baile, también al aire libre, y nos marcamos un “Sintiéndonos” de Vanesa Martín y un “Algo contigo” de Rosario. No lo ensayamos, bailamos a nuestro rollo, como cuando salimos de fiesta las dos, sin importarnos la gente. Era nuestro primer era la única persona del mundo que existía a mi alrededor. Enganché a mi madre y las tres animamos para que la gente se uniera con “A quién le importa” de Alaska. Y a partir de ese momento tengo los recuerdos un poco borrosos. Sé que bailamos mucho, bebimos mucho, comimos muchas golosinas, nos reímos mucho y que fue el mejor día de mi vida. Lo repetiría una y mil veces contigo, cariño, porque nada me hace más feliz que estar entre tus brazos, y porque no hay paisaje más bonito que contemplar tu sonrisa. Por una vida llena de amor y tolerancia a tu lado.
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