La boda de Rober y Candi en San Sebastian De Los Reyes, Madrid
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R&C
13 Abr, 2012El día de nuestra boda
Me casé el viernes 13 de abril. Llevaba toda la semana lloviendo y no hacíamos más que mirar el tiempo para esa tarde, pero era muy probable que lloviera. Teníamos por si las moscas un plan b para las fotos. El jueves me fui a casa de mi madre a dormir, a eso de las ocho ya estaba allí. Me dejó mi chico ya que él se iba a casa de su mami también. Mi madre estaba haciendo la compra y llegó sobre las nueve. Trajo una botella de cava para brindar después de cenar y así desear que todo saliera perfecto el día siguiente. Durante un ratito vi la tele en el salón pero estaba tan agotada por todos los preparativos que a las once estaba durmiendo. ¡Increíblemente dormí como nunca!
El despertador sonó a las 8:30. Mi mami y yo nos fuimos a desayunar a una churrería y a las 10:00 estábamos recogiendo mi ramo, ¡era precioso! Estaba super tranquila (al contrario que mi madre que estaba histérica) pero en el momento que salí con el ramo de la floristería viví una sensación muy extraña. ¡Me casaba en nueve horas! Aun así, seguía estando tranquila.
Seguir leyendo »Fuimos al cementerio a llevar unos ramos de flores y nos dieron las 11:30, así que corriendo nos fuimos a casa para ducharnos ya que a las 12:30 había quedado con mi suegra para ir a la peluquería las 3 juntas. Ya íbamos con la hora pegada, recogí a mi suegra de su casa y nos fuimos a la pelu. Primero me peinaron a mí; luego a mi suegra y finalmente a mi mami. Por último nos maquillaron (teníais que ver a mi madre y a mi suegra, estaban estresadísimas, ¡parecía que se casaban ellas!). Estuvimos allí hasta las 16:30, eso sí, salimos preciosas. Ahora nos tocaba ir corriendo a dejar a mi suegra e irnos volando para vestirme ya que a las 17:30 estaría el fotógrafo en casa.
Como un clavo a las 17:30 sonó el timbre y era él. Yo estaba a medio vestir ya que tuve un percance con uno de los pendientes (no me entraba y me empezó a salir sangre). Corriendo me terminé de vestir. Estaban allí mi mamá, mi prima (todo el rato llorando) y mi hermano, así que el fotógrafo empezó a disparar fotos.
Mi boda era a las 19:00 así que a eso de las 18:30 empezó a irse todo el mundo de casa y nos quedamos mi hermano, (el padrino) y yo solos. Fue increíblemente el momento más tranquilo que tuve en todo el día.
El chófer llegó a las 18:45 así que fuimos bajando y colocándonos en el coche. Cuando arrancó mi hermano empezó a volverse loco. Estaba sudando, super nervioso y yo pensaba: “Ahora que me he librado del estrés de mi madre y de mi suegra...”. Para que os hagáis una idea de casa de mi madre al ayuntamiento se tarda 10 minutos en coche, ¡pues el conductor me tuvo dando vueltas por la plaza de toros para llegar con el típico retraso de la novia! Hasta las 19:05 no entró mi coche en la plaza del ayuntamiento. Ese momento fue espectacular, mi coche se acercaba y yo empezaba a ver a toda mi familia y amigos hasta que mi hermano abrió la puerta y me dijo: “Vamos, que todos vean lo guapa que estás”. Ahí si que me empezó a temblar todo. Puse como pude los pies en el suelo, me colocaron el vestido y vi a mi chico, ¡estaba guapísimo! Me dio un besito, todos empezaron a aplaudir y entramos de la mano al salón de actos del ayuntamiento.
Como sabréis las bodas civiles son muy cortitas. Nos casó Perdiguero que es el concejal de deportes y que participó en Supervivientes. Nos dijo que en unos 10 minutos la ceremonia terminaría. Empezó a leer y la verdad que en ese momento no podía prestar mucha atención a lo que estaba diciendo hasta que dijo: ”Ahora un familiar os leerá unas palabras”. ¡Era mi prima! Como lloré… No os lo podéis imaginar. Empezó a recordar anécdotas de cuando éramos pequeñas y no podía dejar de llorar, fue toda una sorpresa. Después, en cuanto ya éramos marido y mujer y después de darnos el respectivo beso nos hicimos unas fotillos dentro del ayuntamiento y a la salida nos esperaba una lluvia de pétalos rojos, lentejas y arroz (es increíble pero dos días después seguía saliendo arroz de mi cuerpo).
Después nos fuimos a hacer las fotos y sobre las 20:30 estábamos bajando las escaleras del restaurante, ¡que momento!, todo el salón a oscuras, sonando una canción de Queen, todo el mundo aplaudiendo y en mitad de las escaleras un super beso, como en las pelis. Después nos presentaron a los camareros que servirían nuestra boda y entregamos una liga a mi mejor amiga y un ramo de chupa chups a mi mejor amigo. Les hizo mucha ilusión a los dos. También fue el momento de la entrega del ramo, se lo di a mi prima, nadie se lo esperaba y la pobre no dejaba de llorar, le hizo muchísima ilusión.
Continuó la cena y mi tía nos regaló un montaje con fotos nuestras desde pequeños hasta que nos conocimos y al final salían los invitados dándonos la enhorabuena por la nueva vida que íbamos a comenzar. Llegó el momento de bajar otra vez por las escaleras con 2 ramos de flores para nuestras madres. De repente empezó a sonar la marcha nupcial y una super tarta entró en el salón. La partimos y nos hicieron las típicas fotos y nos dimos otro beso (yo creo que no me he besado tanto en la vida) y para acabar llegó el momento del baile.
Mi “cari” no baila nada, es más, odia bailar y yo soy una amante del baile, de hecho he formado parte de un grupo de baile desde los 3 hasta los 20 años. Me hacía mucha ilusión que el día de mi boda el baile fuera espectacular. Os aseguro que la gente se quedó con la boca abierta. Hicimos un remix (ahora está muy de moda). Empezamos con una canción lenta que me gusta mucho y de golpe se corta y empieza la marcha. ¡La gente flipaba viendo a mi chico bailar! Nos quedó de lujo, es más nos lo hicieron repetir y todo.
En definitiva, el día de mi boda fue espectacular, no me lo podía imaginar así de bonito.
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