La boda de Richi y Ana en Navaluenga, Ávila
Al aire libre Verano Naranja 4 profesionales
R&A
01 Ago, 2015El día de nuestra boda
Voy a empezar explicando que nuestra boda fue de las denominadas “raras”.
Mi pareja quería algo informal con su piscinita, bbq y nada de cosas serias, yo quería que ese día tan especial nos acompañaran todos nuestros seres queridos y, por supuesto, lucir de blanco en la ceremonia más bonita del mundo. Parecía raro llegar a un consenso, pero se pudo y tuvimos de ¡todo!
Todo comenzó contactando y contratando la Finca de El venero. Lugar de ensueño, solo teniendo una pega tenía unas 60 plazas... nuestra idea era que todos los invitados pudiéramos dormir allí y no tener que coger ni coches ni preocuparse del alojamiento. Pero Navaluenga es un sitio plagado de casas rurales a cual más bonita, pronto encontramos otra que cumplía todos nuestros requisitos. La fortaleza y la encinilla, diseño, confort ¡y todo a 5 minutos de la finca de la boda! Era perfecta y entraban casi el resto de invitado (otros 50). Por último, y para algunos grupos más reducidos encontramos el Mirados II y Las Lanchas todas acogedoras y muy bonitas. ¡Ya teníamos a todo el mundo alojado!
Seguir leyendo »¿Cómo contárselo a la gente? Aprovechamos las preciosas fotos que nos hicimos en EEUU en nuestro último viaje y monté un sabe the date con forma de marca páginas... algunos no sabían ni lo que les dábamos, no se lo podían ni imaginar, eran graciosas sus caras al descubrirlo…
Más adelante les llegarían nuestras invitaciones hechas a mano por la Mami de Richi, no había dos iguales, ¡eran preciosas todas y cada una! y por dentro nuestro toque friki se dejaba ver, Juego de tronos, Matrix, El señor de los anillos, Star wars... aparecían en ella.
Por enero me dispuse a elegir mi vestido de novia, tenía claro lo que quería y por eso fue así de sencillo: una tienda, cinco vestidos, ¡y uno de ellos fue el elegido! El Modelo Osca de Aire Barcelona era el ganador. Acompañado de un velo de Pronovías y unas sandalias de Pedro Miralles. ¡Fue el conjunto ideal, tal y como yo había soñado siempre! Gracias a MakAlianzas también llevamos el toque friki a las alianzas con un grabado élfico que quedó ¡perfecto!
Ahora tocaba organizar el fin de semana... Sí, como lo oyes, la boda duró todo el fin de semana. Así fue:
El viernes por la mañana boda civil en el ayuntamiento de Navaluenga, de mano del encantador juez de paz y junto a la mayor parte de la familia y algunos amigos que no se lo quisieron perder. Por la tarde a comenzar con los preparativos, visitando casa por casa colocando cartelitos en todas las habitaciones y dejando el kit postboda que nos habíamos currado entre mi pareja y yo.
Llegada la noche llegaban más familia y amigos que iban uniéndose a unas cañas improvisadas en la plaza del pueblo, ¡que raciones que chuletones, ummm exquisito!
El sábado amaneció temprano, el catering llegaba pronto y había mucho que organizar, de qué parte os preguntaréis, ¡pues de la ansiada bbq! Todo el mundo informal, de piscina y para mi sorpresa de blanco, fue muy bonito verlos a todos esperándome para recorrer la explanada mientras sonaba “I Gotta Feeling”, The Black Eyed Peas.
¿Y ahora qué? Pues una vez terminada la comida y la bebida, cada uno podía elegir, a descansar, a nadar, tomar el sol… Luego había que esperar a arreglarse que aún quedaba lo mejor.
A las 20:00 horas comenzaba la ceremonia en la explanada, ya estaba todo listo las sillas vestidas, la gente guapísima y comenzó a sonar la banda sonora original de “El Atlas de las nubes”, canción y película que nos encanta a mi chico y a mí.
De la brazo de mi padre con mi ramo de tulipanes blancos de "García Morato floristas" avanzamos al altar preparado con todo el amor de mi familia...
Los maestros de ceremonias aceptaron ser mi prima, a la que considero como mi hermana, y Manu unos de los mejores amigos de Richi, queríamos algo cercano y que diera un toque de humor y sentimiento. Las lágrimas y las risas fueron un no parar. Teniéndolo en mente que podía pasar, con ayuda de mi madre prepare las famosas bolsitas de "Para tus lágrimas de alegría" que terminamos usando todos.
Terminada la ceremonia José A Torralba nos llevó a los rincones de la finca a continuar las fotos más maravillosas que una novia puede imaginar.
Para seguir con las fricadas de la boda abrimos el cóctel con “La marcha imperial de Star Wars”, ¡la gente no daba crédito!
Los más pequeños no se podían aburrir durante lo que ellos considerarían el interminable cóctel y gracias a "Mi cuarto de Juegos" disfrutaron de dos horas de diversión, pinta caras, juegos, globos...
Para el baile, y sin que el novio lo supiera, preparamos entre mi madre y yo otra sorpresilla, se repartieron unos kit para "Iluminar nuestra noche" eran barritas fluorescentes que todo el mundo encendió mientras bailábamos y fue precioso, mientras sonaba “Copenhague”, de Vetusta Morla, ¡nuestra canción!
Las sorpresas y los regalos no dejaron de surgir durante toda la noche...
Los regalitos que repartimos fueron navajas de mi tierra "Don Benito Extremadura" para los chicos y galletitas hechas por mí para las chicas.
Fueron meses de estrés, de trabajo, de llamadas y de disgustos por qué no decirlo, pero mereció tanto la pena que volvería a repetirlo sin dudarlo.
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