La boda de Rebeca y David en Lleida, Lleida
De noche Verano 3 profesionales
R&D
22 Jun, 2013El día de nuestra boda
Tanto tiempo preparando la boda y ya han pasado casi 4 meses. Así que ya es hora de que os explique cómo fue mi día.
Me case el 22 de junio a las 18.30. En el restaurante Mas del Txep (Lleida). Fue una ceremonia civil. Mi día empezó a las 9 de la mañana: desayuné, me duché, lo preparé todo y desperté a mi chico antes de irme a la peluquería con mi madre. Dormimos en casa de mis padres, pero en camas separadas.
En la peluquería estábamos tres novias y había un ambiente divertidísimo. Me peinaron y me maquillaron. Acabé a la 13:30 y, cuando llegué a casa, ya estaba el coche decorado. Los encargados de llevarlo a la floristería fueron mi padre y mi hermano. Así que llamé a mi chico, que ya estaba en el hotel esperando a su familia, y le pregunté si había ido a la floristería a buscar mi ramo y las flores para las solapas que tenía que recoger él.
Comí con mis padres e intentamos descansar hasta las 16:00, que empezaba todo. A esa hora llegaron mi tía y mi prima a ayudarme a vestir. Entre mi tía y mi madre me ayudaron con el vestido y con el cancán, pero eso no era la parte difícil. No, la parte difícil fueron los botones. Cuando ya estaba medio vestida empezaron a llegar todos y a las 17.00 llegó el fotógrafo con mi cuñado, que me traía el ramo. Un poco antes que llegara el fotógrafo, le di el ramo de mi prima que era donde llevábamos los anillos.
Seguir leyendo »Después de la sesión de fotos y de la lectura del verso que me había escrito mi cuñado y de la entrega del ramo, empezaron todos a marcharse al restaurante. Se suponía que yo tenía que salir un cuarto de hora más tarde que el resto de mi familia, pero mi padre nunca puede llegar tarde a los sitios y, si me descuido, ¡llego antes que el novio! Menos mal que el que conducía era mi hermano y fue lo más despacio que pudo. Un trayecto de menos de 15 minutos lo hicimos en media hora. Venga dar vueltas y aun así llegue antes que el novio bajara del coche.
Nos tuvimos que esperar a que el novio hiciera su entrada y, mientras él entraba, yo bajaba del coche y me preparaba. Cuando empezamos a entrar fue el único momento en que me puse algo nerviosa, pero entonces, mientras iba caminando hacia donde me esperaba David, me di cuenta que eran los de casa y que era una tontería ponerse nerviosa. Llegué donde estaba David y me entraron unas cosquillas por dentro como el primer día que le vi. Estaba guapísimo y, sin saberlo, nos habíamos conjuntado bien.
Habló el alcalde, que lo hizo muy bien, pero si os soy sincera no me acuerdo de nada de lo que dijo. Sé que recitó un fragmento de Tolstói, pero no me acuerdo de nada. Estaba en una nube y solo podía mirar a David y a nuestros familiares.
Después del alcalde hablaron unos amigos nuestros: Richie nos hizo la ceremonia de la rosa que nos emocionó a todos y luego vino mi amiga y testigo Rocío para rematarlo y hacernos llorar a todos, fue muy emotivo. No sé si he comentado que el fotógrafo era un mandón, venga hacer fotos, ahora los padres, ahora los hermanos… hasta que mi madre le suelta: “¿puedo felicitar ya a mi hija?” Con la sesión de fotos aún no nos habían podido felicitar.
Cuando nos felicitaron y hacíamos tiempo para la sesión de fotos de los dos solos, la chica que recogía la ceremonia nos felicitó y nos dio las gracias por no llevar arroz. ¡Se nos olvidó el arroz! Nadie se acordó de traer arroz y nos dio las gracias por no tener que barrerlo.
Después de la sesión de fotos, llegamos al aperitivo y todos me decían lo mismo: “¿ahora hay que comer?” Con el hambre que teníamos nosotros que sólo pudimos probar dos vasitos, uno con crema de melón con jamón y el otro de gazpacho… como estuvimos saludando a todos se nos olvidó probar el aperitivo. Al cabo de media hora más o menos de haber llegado al coctel, Josep (el metre) hizo entrar a todos al comedor.
Entramos con la canción de Van Halen, Jump, todo a oscuras y con las servilletas al aire dando vueltas. Yo pretendía pasar por todas las mesas, pero como he dicho el señor fotógrafo era un mandón y nos llevaba por donde él quería. Como había elegido yo la mayoría de la música me sabía qué tocaba en cada momento por la música. Cuando llegamos a nuestra mesa, mi padre y mi suegro ya estaban sin americanas y con las camisas arremangadas, por supuesto David iba a hacer lo mismo, pero faltaban más fotos y el fotógrafo se llevó a David a buscar su americana. Cuando volvió se apagaron las luces y sonó una canción que yo no había escogido, así que me descolocaron totalmente. David venía con dos rosas (obsequio del restaurante para que el novio le regale unas rosas a la novia y que quede la mar de bien).
Más fotos con todos los familiares antes de que nos fuéramos y de que el alcohol hiciera efecto. Y por fin nos dejaron empezar a comer y, no sé si era por la música o por qué, pero para servir los platos llevaban una energía los camareros. Foto con el primer plato (rape con setas y gambas) y ahí por fin Rafa, el fotógrafo, les dejó quitar las americanas. Cuando acabamos el primer plato, llegó nuestra primera sorpresa y les tocó a los hermanos (les regalamos un pack de esos de aventuras). Luego vino el sorbete de maracuyá y otro regalito. En esta ocasión, a mis tíos les regalamos el CD con las fotos de su boda. Seguimos con la carne y más regalitos, hasta que llegó la hora del pastel y los sorprendidos fuimos nosotros. Mi hermano y su mujer nos habían preparado un vídeo. Acabamos medio llorando todos, porque en ese vídeo sale gente que ya no está y que ese día eché muchísimo de menos.
Os puedo decir que, después del pastel no recuerdo volver a sentarme, teníamos bastantes regalitos que hacer y, como ninguno de los dos toma café, pues aprovechamos. Dimos los ramos, las figuritas del pastel, ramos para las tías. Para mi amiga y testigo, un marco de fotos con fotos de su niña desde que nació hasta el día de la boda. También hubo regalos para los abuelos: una planta para mi abuela y una cesta con embutido y vino para mi abuelo. Y por último, a los padres. A mi madre le regalé mi ramo y a mi suegra le hicimos uno parecido al mío. También les entregamos un marco de fotos con diferentes fotos nuestras y de la familia.
Y cuando repartimos los detalles y dimos la liga, nos pusimos a bailar. Yo tenía intención de dar las ligas y ya está, pero me dijo el fotógrafo quieres dar las ligas o hacerlo bien y yo le pregunté: “¿y cómo es hacerlo bien?” Así que me hizo poner las dos ligas y sentarme en medio de la pista. La peor parte la tuvo David, que me tenía que sacar la liga y buscar a quien le tocaba y ponérsela. La prima de David no tuvo vergüenza, pero la mía no sabía dónde esconderse.
Nos preparamos para bailar (por cierto me tuve que sacar los zapatos, porque me resbalaba y ya no me los volví a poner en toda la noche). Así que salimos con la canción de Ghost y todos pensaron que era muy romántico (era lo que buscábamos, que pensaran en la típica canción). Luego les sorprendimos con la canción de Grease - You're The One That I Want, que era nuestra canción de verdad y sí les sorprendimos. El padre de David le dijo a mi madre que se lo había cambiado, que nunca le había visto bailar.
Cuando acabamos de bailar vino el último regalo, el fotógrafo les regalo a nuestros padres una foto nuestra del día de la boda. De este regalo no teníamos ni idea y también dimos los ramos a las madres. Y ya dio comienzo a la fiesta. Fue uno de los mejores días de mi vida. Cuando me quise dar cuenta ya eran las 5:00 de la mañana. No me acordé ni de ir al baño, hasta que se acabó la fiesta. Entonces me ayudaron a quitarme el vestido y me puse el que llevaba para luego y menos mal, porque para quitarme los botones me ayudaron cuatro personas. Si llego a irme con el vestido acabo durmiendo con él.
La anécdota: me quité los zapatos para bailar y me los dejé en el restaurante. Yo pensaba que estaban con el vestido. Cuando al día siguiente fuimos a buscar las cosas que nos habíamos dejado, me dijo Josep (el metre) si me había ido descalza y me dio una bolsa con mis zapatos. En fin, ya le hemos dicho que para el aniversario de casados iremos a comer allí y que nos pongan las cosas del cóctel, que no pudimos probar y que todos nos decían que estaban tan buenas. Estoy contentísima con el sitio y si tuviera que volverme a casar no tendría ninguna duda. Me sentí en mi casa, no eran camareros, eran unos amigos que hicieron que el día de mi boda fuera perfecto. No estuve nerviosa en ningún momento y me sentía eufórica.
Por cierto, mi ramo me encanto, lo había elegido yo pero iba a ser todo blanco con una flor pequeña roja. Pero le llegaron las rosas rojas a la florista y se arriesgó con el cambio, pero me sorprendió para bien. Además, lo combinó todo con mi vestido. Estoy encantada con la floristería L'Espiral (Lleida), la tienda donde me compré el vestido, Fiore (Zaragoza), y por supuesto estoy encantada con el sitio Mas del Txep (Lleida).
Y aunque me quejo que Rafa, el fotógrafo, era un mandón, estoy encantada con él y con sus ideas. Si no hubiera sido por él hubiéramos ido muy perdidos y nos facilitó mucho el día: cosas de las que nosotros tendríamos que habernos ocupado, las hizo él.
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