La boda de Raúl y Mari Carmen en Petrer, Alicante

A las 11:30 llegaron los fotógrafos, a todo esto mi casa era un reguero de gente que no cabía un alfiler, fotos y más fotos y a las 12:40 bajamos a la calle mi padre y yo y ahí enfrente estaba mi marido plantado llorando de emoción y riendo a la vez de vernos, gente por doquier, amigos, familia vecinos y curiosos se acercaban porque justo al lado un coche de caballos nos esperaban. ¡Casi me muero! Subimos mis hijos y nosotros y camino a la ceremonia, que se celebró en el salón Juanjo, mismo lugar de la ceremonia. Qué paseo más bonito y especial, vernos ahí los 4 juntitos disfrutando y nerviosos, no parábamos de mirarnos y besarnos, ¡fue muy emocionante!

Llegada al destino la gente esperaba ansiosa vernos bajar a los 4 cogidos de la mano y sonando la canción de Cristina Perri, ese momento fue lo más, un día espléndido con una luz increíble, todo de captaba de maravilla y la gente, muy entregada.

Nuestra ceremonia la ofició Juani Merino, mi wedding planner, y fue un éxito total porque contó nuestra historia a modo de cuento y no pudo ser más ideal. Habló un gran amigo que apenas podía articular palabras de la emoción, lloramos de nuevo, seguidamente hicimos la ceremonia de la arena con nuestros hijos, ¡qué cosa más bonita! Los invitados estaban asombrados, fue muy especial y por último, las alianzas, fin de la ceremonia, saludamos a unos cuantos y los fotógrafos nos reclamaban para hacer las fotos mientras los invitados tomaban el lunch. A las 2:45, llegada al salón y ya todos sentados entrabamos por el gran balcón que tiene este salón, que es muy pero que muy emocionante ver a todas las personas que quieres estar allí aplaudiendo, gritando. Brindamos con todos y para abajo a la mesa con los amigos, la comida fue un espectáculo por todo lo que pusimos no escatimamos en nada, fue de 100. Y regalos, sorpresas y un ambiente muy divertido y agradable, así me lo describen los invitados, bailamos el vals, Alejandro Fernández y Amaya Montero que nos encanta, y ahí lloramos abrazados, fue inolvidable ese ratito, solo él y yo.

Y a las 7 de la tarde nos fuimos al cuartelillo que tenemos para moros y cristianos y allí otra supersorpresa de los amigos, todo decorado al más puro estilo vintage, ya que la boda fue inspirada así, fotocall, mesa dulce, un dj y un catering para la cena o resopón y allí estuvimos hasta las 2 de la mañana, y de ahí a dormir, porque ya no éramos personas, total, ¡más perfecto imposible!

¡Ahora en 2 semanas fotos postboda en la playita!

Gracias por leerme.