La boda de Raul y Beatriz en Torreperogil, Jaén

Pudimos hacer la ceremonia en los jardines, lo decoraron genial y lo organizaron aún mejor. Sentaron a todos los invitados mientras el novio esperaba dentro hasta que me vieron aparecer a mí (pero no, el novio no llegó a verme a mí) para no hacer esperar mucho a la gente entre uno y otro. Nos casó un gran amigo de mi marido que es concejal de cultura en el Ayuntamiento de su pueblo y se lo requetecurró, hablaron dos amigos de cada uno (4 en total) y fue genial, sobre todo, nuestra sobrina la mayor que con 12 años nos hizo llorar a todos. Por último, realizamos la ceremonia de la luz con la que nos sentimos identificados y que deseamos que esa llama no se apague nunca.

En la copa de espera decidimos no irnos a ningún lado, estuvimos toda la boda con nuestros amigos y familiares y gracias a ello la copa de espera fue para realizar fotos con todos y es nuestro mayor recuerdo.

El banquete, sin duda, fue una sorpresa para todos, porque contratamos a un saxofonista que no paraba de tocar canciones de todas las épocas y que todos nos sabemos. Hizo que fuera divertida, amena y entretenida. Mis amigos nos hicieron un regalazo, entradas VIP para un festival de fin de semana, mis amigas más íntimas joyas y un pack de un viaje de fin de semana.

Se me ha pasado decir que nuestra temática fue de música, las invitaciones eran vinilos tamaño CD con portadas de nuestra preboda en Sagres, Portugal. El seating fue igual, pero las portadas eran relacionadas con la música que nos gusta y que iba con la mesa y no faltó música en directo y sorpresas, por ejemplo, el ramo se lo regalé a la única abuela que nos queda, mi abuela materna. Para los siguientes amigos que se casaba les regalé un cuadro muy original realizado por Creative Events de Villanueva la Cañada de los novios de lego y así unas cuántas sorpresas más.

Las barras libres fueron 4 horas y solo salió un bus en toda la noche porque nadie quería irse, realizamos una lista de canciones de verbena, de esas roqueras que todos nos sabemos, un rincón dulce enorme, un photocall muy hippie, recena y un baile con una canción preciosa de Pasión Vega y el Kanka (Querría).

Todas las novias dirán lo mismo, pero de verdad, sabía que no iba a salir todo perfecto, que siempre pasa algo… esa despreocupación y no tener nervios hizo que al final fuera un día perfecto y que, dentro de nuestros límites, saliera una gran boda para el recuerdo. Antes pensaba en no casarme, ¿para qué?, con 10 años de novia y por pereza de organizar una boda nunca pensé en casarme, pero ahora lo repetiría una y mil veces. Recibes tal sobredosis de amor que muy poquitas veces en tu vida vas a sentir lo que yo sentí ese día.