La boda de Raquel y Rafa en Montcada I Reixac, Barcelona
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R&R
14 Jul, 2012El día de nuestra boda
Estaba como un flan, con una llorera el día de antes de la boda que no veas. ¡Cualquier cosa era llorar! ¡Pensé que al día siguiente me daría algo! Pero a la 1 de la madrugada estaba hablando con mis amigas por mensaje, me dieron las buenas noches y me infundieron mucha calma para el día siguiente. Dormí del tirón, ¡no recordaba haber dormido tan bien!
Me desperté súper relajada. Era la hora de la “pelu”. La peluquera es la tía de mi cuñado y su hija y yo antes éramos amigas. Ahora ya no tenemos la misma amistad, pero buen estaba allí y se lo curró. Me trajo un ramazo tipo planta de orquídeas lilas precioso. ¡Alucinada me quedé! En la “pelu” me puse nerviosa, ya que empezó a hacerse tarde; era casi la 1 y a las 2 la maquilladora estaba en mi casa, y yo todavía tenía 15 minutitos de coche hasta casa. Pero nada, a pesar de que me desmontaron el peinado 3 veces porque no nos convencía. Los rizos se me deshicieron bastante y me tuvieron que pasar las tenacillas a última hora. Al final, llegué a tiempo la maquilladora estaba acabando de pintar a mi madre y le faltaba mi hermana, o sea que ¡perfecto! Comí, me depilé y cositas varias que me faltaban por hacer y me maquillaron. Me puse un poco nerviosa por el día porque estaba lloviendo. Mi ahora marido me dijo: “no te preocupes, he visto el tiempo y a las 3 sale el sol”. Y efectivamente así fue. ¡Clavadito!
Seguir leyendo »A eso de las 3:30, llamaron a la puerta; era el fotógrafo. ¡Me hizo un pedazo de reportaje! Me dijo que si quería podíamos hacer alguna foto diferente. Hicimos una con ropa interior con una bata de raso. ¡Chulísimas! Rompí un par de medias. Nos reímos mucho. Los cámaras se morían de risa conmigo. Mi madre y mi hermana estaban histéricas y yo relajándolas. Ninguna de las dos atinaba para ponerme el vestido. Finalmente me ayudaron a meterme en el vestidazo y a partir de ahí ya todo fue rodado
El padrino ya estaba esperándome abajo con el ramo para leerme el poema, ¡más nervioso que un flan también! ¡Pero lo hizo genial! No lloré en mi boda tanto como había creído con lo llorona que soy. Me hizo llorar mi padre, que cuando me vio vestida se emocionó, me dio un beso y ya tenía los ojos llenitos de lágrimas. Y claro yo a llorar también. Luego lloré con la poesía de mi cuñado. Aunque es un “chico duro”, él lloró también y entonces me emocionó más. Al bajar al salón tras la poesía, una amiga de mi madre de toda la vida, me cantó Boda Blanca. Ella canta fantásticamente. Todos con la llorera, ¡emocionante!
De camino a la iglesia, menos mal que me dio por pensar en las alianzas. Se habían dejado los anillos y tuvimos que volver. ¡Menos mal que me di cuenta! Llegamos sobradísimos a la iglesia y dimos vueltas por el pueblo, hasta que por fin llegó el momento. Cuando empezó a cantar el coro Quiéreme, entré acompañada de mi padre. Creo que no voy a poder olvidar esa sensación, ese momento lo recuerdo como el más fabuloso y alucinante. ¡Me encantó! Vi a mi novio con lágrimas en los ojos, nerviosísimo, estaba temblando mientras me veía entrar (nunca imaginé verlo así, él es súper pasota, tranquilo, nunca demuestra nada) Me dijo: “me aprieta hasta la corbata, cuando te he visto entrar estaba como un flan”. Mis dos mejores amigas me leyeron en la iglesia, hicieron llorar a todos el mundo. Salimos a la puerta y el coro nos cantó una sevillana y la bailamos como buenamente pudimos porque con mantilla, vestidazo, cola, etc… Pero a pesar de todo, ¡a la gente le encantó!
¡Todo fue genial chicas! ¡Enserio! Estamos súper contentos los dos. ¡Decimos que nos volveríamos a casar mañana! La boda pasó rapidísimo, como todo lo bueno. Ahora lo pienso con muchísima pena de que todo haya acabado así de rápido. Pero bueno, ahora viene la vida juntos que también era otro objetivo que teníamos. Tenemos que pensar que todo salió a pedir de boca, pese a que nos fallaron a última hora un par de personas, por situaciones extraordinarias, todo salió perfecto. Puedo decir que ha sido el día más feliz de nuestras vidas, que no cambiaría ni un solo ápice (bueno sí, ¡que durara eternamente! Pero es imposible pedir eso). A lo mejor si lo volviera a repetir, intentaría aprovechar en lugar de al 550% al 700%, pero la gente se lo pasó súper bien y dijeron que era una boda súper original y les encantó. En fin, ¡¿qué más podemos pedir?! Que la vida nos sonría y que, a partir de ese día, nuestro amor dure eternamente.
Chicas, seguiré visitando este foro que me ha dado tanta vida, porque me ha hecho tener muchísimas ilusiones más. Y me lo he pasado muy bien con todas vosotras. Besitos.
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