La boda de Rafa y Leticia en Puebla De San Julian, Lugo

Viéndolo ahora con perspectiva, diría que casi todo puede solucionarse, pero sobre todo, si son cosas materiales, no necesariamente son imprescindibles, así que... mi consejo es pensar en disfrutar no solo el día de la boda, sino también de los miles de preparativos y no derrumbarse porque algo no vaya a salir exactamente como tenías en tu cabeza (eso es prácticamente imposible), sino ser consciente de que pequeños detalles pueden ser diferentes y no por ello arruinarán tu día, ni mucho menos. Lo importante es saborearlo, que tus invitados disfruten y sobre todo, tener ese día a tu lado a todos los que querrías que estuvieran. Ese es el mayor regalo de bodas.

EL DÍA DE LA BODA

Nos casamos en un Pazo precioso, en la provincia de Lugo. Los dos decidimos que queríamos vestirnos allí para poder hacer las fotos más tranquilos y porque el entorno es una pasada. Los días previos yo estaba bastante nerviosa, porque quería que todo saliera a la perfección, pero ese día, siguiendo el consejo de una amiga que acababa de casarse pocos meses antes, dejé a un lado las preocupaciones y solo me dediqué a disfrutar. Del lugar, de nosotros, de los invitados, del día tan bonito que fue...

Hicimos en el mismo Pazo la ceremonia civil. Nos casó un concejal amigo de la familia. Yo no soy creyente y tenía claro que no me casaría por la iglesia. Además, soy bastante tiquismiquis con el tema de las fechas y quería que mi fecha de boda fuese la misma que la de la celebración. Si podía evitar firmar un día los papeles y celebrarlo otro, lo prefería. Y así fue, solo tenemos una fecha de boda. Quedó una ceremonia muy bonita, con detalles nuestros y lecturas de nuestros hermanos y amigos superemotivas, graciosas y que recordaremos siempre. Mucha gente venía de Madrid y nunca habían estado en una boda gallega, y alucinaron... ¡El cocktail después de la ceremonia fue superameno, la comida exquisita y todos los invitados encantados!

Después durante la cena (riquísima también) hicimos varias sorpresas (regalos a amigos, padres, madres, abuelos...) fue muy emotivo. Además, uno de los servicios de los fotógrafos era una proyección de fotos y videos de nuestra preboda y del mismo día de la boda. Los invitados alucinaron de ver aquello que acababa de suceder en la pantalla! Hubo muchas sorpresas y anécdotas que nadie se esperaba y que hicieron que el día fuese aún más especial.