La boda de Quino y Elisabeth en Granada, Granada
Elegantes Verano Blanco 8 profesionales
Q&E
25 Ago, 2018El día de nuestra boda
Nuestro día comenzó a las 8.00 de la mañana, esa noche dormimos y nos despertamos sin nervios, nuestro estado era feliz, pasamos la noche juntos y a esa hora nos separamos para luego reencontrarnos ya vestidos de novios.
En la mañana me fui a desayunar con mi madre y hermana y todo parecía un sueño, era incapaz de creer que el día había llegado, yo soy estilista y decidí peinarme y maquillarme yo sola, y así lo hice. Sobre las 12 después de que vinieran a decorar los coches y me trajeran el ramo comencé a peinar a mi madre y hermana para quedarme yo la última, fue una mañana divertida en casa con mis padres y hermana, sin nada de nervios ni prisas, comimos tranquilamente para posteriormente, ahora sí, peinarme y maquillarme yo. Fue para mí un momento tranquilo y de disfrute, en mi habitación sola frente al espejo, mientras fuera en el salón y baño correteaban los otros con vestidos, trajes, medias, zapatos, etc.
A las 17.30, después de visitar primero la casa de mi marido, llegó la fotógrafa, yo estaba medio peinada y maquillada para terminarme cuando me hiciera las primeras fotos, seguía mi tranquilidad, fueron 2 horas de fotos entre vestido, complementos, muchas risas y muchas emociones porque en casa le di un regalo a cada uno de mi familia.
Seguir leyendo »A las 19.45 llegó la hora de salir, ahí sí se me cogió un pellizco porque sentía que ya había llegado el momento que tanto tiempo llevaba preparando, a las 20.00 llegué y todo era perfecto, sonó mi canción y yo cogida del brazo de mi padre avanzaba, ya sí, habían llegado los nervios a mí, allí estaba él, guapísimo con un traje precioso, sonriéndome y muy emocionados, fue "el momento" de nuestra boda, el reencuentro.
A partir de ahí todo transcurrió tan rápido, pero tan conscientes, que parecía que los segundos corrían, nos habló mi hermana, su hermana y una amiga, y como no... nos hicieron reír y llorar mucho, hicimos la ceremonia de la arena, votos y anillos. ¡Vivan los novios! y a disfrutar de todos nuestros invitados.
Todo salió perfecto, nos despreocupamos por completo de todo porque estaba tan bien organizado que nosotros no llevábamos ningún tiempo, solo hablamos, reímos, abrazamos, besamos, saltamos, lloramos con todos los que compartieron ese día con nosotros.
Ahora comprendo la frase "una boda se vive 3 veces, al organizarla, al vivirla y al recordarla". Sin duda, ¡uno de los días más felices de mi vida!
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