La boda de Pierre y Verónica en Santes Creus, Tarragona
En el campo Verano Fucsia 6 profesionales
P&V
15 Ago, 2020El día de nuestra boda
Lo mañana empezó a las 7am corriendo a la peluquería para poder ponerme despampanante con el maquillaje y el peinado. Pero todo se atrasó, la peluquera fue superlenta y así perdí la mañana y luego llegaron tarde las damas de honor que tenían que ayudarme a vestir, me olvidé de avisar al fotógrafo y al videógrafo de que tenían que venir antes e ir después a grabar a mi novio a la casa de sus padres. Mi tensión y nervios crecían a momentos. Llegaron todos y aún no me había dado tiempo a darme una ducha y arreglarme. Tuve que decir a una dama que había llegado que me ayudara ella mientras se estaba arreglando y me arreglaba a la vez. Luego llegaron las demás y el equipo y ya empezamos con el reportaje.
Yo ya estaba muy nerviosa y acabé medio ataque de risa y llanto mientras me hacían el reportaje. Los nervios crecían. Veía que cada vez esto era más real y quería que todo saliera perfecto, pero veía que más de una situación escapaba a mi control y me agobiaba demasiado y eso me impedía disfrutar al 100% el proceso en casa mientras tenía que relajarme y divertirme. Al final todo resultó y acabé con mi traje de novia, arreglada y hermosa, no podía creer que en unas horas daría al fin el ansiado sí, quiero.
Seguir leyendo »Salimos hacia la iglesia. Moría de ganas de llegar ya y a la vez me invadía una sensación de pánico, una mezcla de emociones. Las damas de honor tardaron unos minutos más en llegar, se habían perdido y yo escondida en el coche de mi primo. Llegaron y ellas y los padrinos de honor entraron, y quedaba yo afuera. Fui subiendo las escaleras de la iglesia rodeada de un montón de turistas y curiosos mientras observaban y me hacían fotos. Yo cada escalón que daba, sentía que más me invadían los nervios, la emoción, la felicidad, el miedo y la tristeza por la falta de muchos familiares en mi gran día. Y llegó el momento…
Me planté delante de las puertas cerradas a la señal de la música para que se abrieran y yo poder hacer mi gran entrada. La música comenzó a sonar adentro, yo esperaba afuera el estribillo para poder entrar en el momento perfecto. Cuando sonó el momento del estribillo, las puertas se abrieron y yo di un paso adelante y me quedé allí unos segundos observado todo lo que mi vista podía alcanzar. Tomé aire y decidida comencé a avanzar hacia adelante. A mitad del pasillo me esperaba mi suegro para llevarme con su hijo. Veía a mí novio emocionado y yo aguantaba las lágrimas. Cuando llegué al altar, el estiró su mano hacia a mí para tomar la mía. Al colocarnos en nuestros asientos, pregunté inmediatamente al cura si podíamos sentarnos, pues sentía que me desmayaba de la adrenalina y emoción.
Mientras el religioso hablaba, yo me aguantaba las lágrimas y mi chico igual. Al acabar de comunicarnos nuestras promesas, sellamos la unión con un beso, mientras oíamos los aplausos y felicidades de nuestros invitados. Al acabar de firmar y hacer unas fotos más, salimos hacia la salida donde nos esperaba una lluvia de arroz y gritos de viva los novios. Cuando acabamos con el reportaje en los jardines del monasterio, nos dimos cuenta que todo el mundo había marchado al banquete y nos dejaron allí solos. Corriendo llamamos a su primo para que viniera por nosotros explicando la confusión, y allí estábamos, sentados en un parque de la avenida del pueblo, con nuestros trajes de novio/a, oyendo a la gente decir felicidades y estupefactos por la escena tan teatral.
20 minutos después llegó el coche. Corrimos rápidamente hacía el camino de la masía donde me esperaba mi caballo con quién haría mi entrada a la finca. Subí a su lomo y mi chico continuó unos metros más adelante a buscar su moto Vespa del 91 para entrar en ella. Minutos después llegue yo, con la música de fondo de Enya de Gladiador. Desde lejos veía como los invitados quedaban alucinados por esa imagen, como una escena del señor de los anillos con sus elfos. Al bajar del animal, comenzamos a bailar nuestro baile de recién casados, A milion dream (del gran Show Man, un momentito emotivo, mágico y romántico. Y al fin ya pudimos relajarnos, saludar a todo el mundo, picar algo y observar toda la decoración sorpresa que el catering había hecho para nosotros. El lugar de nuestra mesa presidencial era un sueño hecho realidad, un sofá trono para compartir ambos y un arco con flores, luces, velas y perlas, colgando una araña de cristal. Le daba un ambiente mágico, glamoroso y romántico. Tuvimos muchos momentos divertidos, como los bailes, los regalos y más sorpresas que a todo el mundo encantaron, como aquel momento donde tuvimos un mix de canciones y una era de un rock and roll. Corríamos rápidamente detrás de unos muros y él salía con una muñeca hinchable disimulando que era yo para hacer acrobacias con ella en el aire. La gente quedó en shock por el ingenio (aunque mi chico ya iba tan borracho que se olvidó de mí y acabo casi toda la canción con la muñeca mientras yo estaba ahí esperando y le hacía señas disimuladamente para que volviera por mí).
También estuvo el momento de la liga, pues ambos queríamos ese momento especial y el de mi chico ha sido totalmente desternillante con sus amigos. Fue un momento muy Broken Mountain. Hubo momentos muy divertidos, muy emotivos e incluso nos sorprendieron a nosotros mismos. Lo único que puedo destacar que escapó a mi control y nos decepcionó a ambos, fue la contratación del DJ donde estuvo la mayor parte del tiempo distraído, se le pasó poner muchas canciones y se le olvidó poner la canción de entrada de mi novio con la moto y si no le hago señas yo desde lejos, también se le hubiera olvidado mí canción con el caballo. Solo por este error de contratación volvería a repetir la boda con un margen también de organización de tiempo, pues el retraso de todo nos hizo atrasar más cosas y eso nos dio sensación de tener la fiesta más corta de lo que pensaba.
Aun así, estamos muy contentos de poder al fin decir que hemos podido festejar nuestra boda este año a pesar de todos los problemas y de haber disfrutado con los invitados que nos acompañaron, aunque en su mayoría faltaron bastantes. Siento que todo lo que estuvieron dieron la expectativa que esperábamos. De todas formas, si entro en detalles puedo estar aquí dos semanas explicando porque han pasado tantas cosas que incluso han escapado de nuestro control que aun así es una anécdota tan divertida... Dicen que los deseos son estrellas fugaces, pues nuestra boda ha sido igual de rápida. Ha sido un día que siempre llevaremos en nuestra memoria y al fin podemos decir a los cuatro vientos que somos marido y mujer.
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