La boda de Philip y Cristina en Madrid, Madrid
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11 Sep, 2021El día de nuestra boda
¡Todavía no nos podemos creer que ya haya pasado el gran día, y qué bien lo pasamos!
La mañana empezó sin nervios, pero según se iba acercando la hora yo me iba poniendo cada vez más nerviosa. Me vestí en mi casa con la ayuda de mis padres y de mi tía, que es como una segunda madre para mí. Cuando ya estaba peinada, maquillada y vestida y llegó el momento de hacernos las fotos antes de salir empezaron los nervios de verdad. ¡Yo ahí todavía tenía mi móvil y me estaba escribiendo por WhatsApp con varios amigos que ya estaban en la iglesia, y me avisaron de que Philip (el novio) ya había llegado!
Bajé con mi padre al coche de novios y tras conseguir colocar el vestido, la mantilla, el ramo... Salimos hacia la Basílica de Nuestra Señora de la Concepción de la Calle Goya en Madrid. Todavía recuerdo los nervios cuando abrieron las puertas, escuché el órgano y todo el mundo se giró a mirarme. El pasillo hasta el altar se me hizo un poco largo (no nos vamos a engañar) pero una vez llegué donde estaba Philip, conseguí relajarme y empezar a disfrutar.
Seguir leyendo »La ceremonia fue muy bonita ya que el sacerdote es amigo de la familia y nos conoce desde hace años, al igual que conoce nuestra historia. De ahí fuimos a hacernos unas fotos al Templo de Debod y al Campo del Moro, dos jardines muy bonitos de Madrid. Todo el mundo con el que nos cruzábamos por la calle nos felicitaba por la boda, y disfrutamos cada minuto. La verdad es que fue un día mágico desde el principio hasta el final.
Tras la sesión de fotos fuimos a la finca donde celebramos el banquete: Finca Los Torreones en la Sierra de Madrid. Llegamos una hora tarde por varios motivos, pero cuando llegamos y sonó nuestra canción para entrar al cóctel nuestros invitados empezaron a aplaudir y a tirar pétalos. Nunca olvidaré ese momento.
A partir de ahí, intentamos disfrutar con todos y cada uno de los invitados. Nosotros teníamos 126 invitados y la verdad es que conseguimos estar con todos un poco, por lo que creo que es un buen tamaño de boda. Comimos, bebimos, bailamos muchísimo, nos hicimos fotos y sobre todo disfrutamos como niños del día que habíamos planeado durante el último año y medio. Y aunque hubo cosas de última hora, como siempre pasa, lo importante es no darle demasiada importancia y quedarse con todo lo que ha salido bien y con todas las personas que están ahí para celebrar ese día tan especial con vosotros.
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