La boda de Pepe y Laura en Vitoria-gasteiz, Álava

El día de nuestra boda

¡Ni en sueños nos hubiéramos imaginado que con la situación que estamos viviendo fuera un día tan perfecto! Por fin llegó el día, el 30 de enero, nuestra cuarta fecha, sin restaurante, no podía venir la familia del novio que vive en la otra punta de España y el tiempo anunciaba lluvia y un temporal, pero el día amaneció con nubes, pero sin lluvia y hasta un sol tímido se atrevía a asomarse. El vestido, ¡ay, mi vestido! Era la cosa más bonita que he visto nunca, con su chaqueta de pelo, parecía una princesa de cuento como me dijeron. El ramo nunca lo hubiera esperado así, tan lleno de color, de alegría, tan como yo soñaba. Natalia me leyó la mente y adivinó cada pétalo que quería.

El fotógrafo tan cercano, tan como nosotros, nos sacó las fotos más bonitas y especiales que he visto nunca y a las pocas horas nos mandó un vídeo para que pudiéramos enseñarles un pequeño resumen de nuestro día a todos los que no pudieron venir. En el vídeo incluyó a Pas, nuestro perro, uno más de la familia. El chófer fue encantador y nos dio una tranquilidad increíble. La ceremonia fue cortita, pero superemotiva. Nos dimos una sorpresa el uno al otro que no esperábamos. Yo le leí una carta y él me cantó nuestra canción. Nuestra hija de 2 añitos correteaba por las alfombras saludando a todo el mundo haciéndose la reina del ayuntamiento.