La boda de Pedro y Lucía en Madrid, Madrid
Rústicas Otoño Blanco 9 profesionales
P&L
26 Oct, 2019El día de nuestra boda
El día de nuestra boda empezó temprano... los nervios me desvelaron antes de que amaneciera, no quise mirar la hora, pero ya en ese momento sentí como en mi cara se dibujaba una sonrisa que ya no se borró en todo el día.
El equipo de maquillaje y peluquería de Xenia Tió llegó a casa a las 8 de la mañana, y allí empezaron a prepararnos a mi madre, mi hermana y mi abuela. Un ratito muy especial compartido con ellas, mi familia, en el que nos reímos mucho y hablamos todavía más, mientras intentaban calmarme los nervios entre risas. Después llegaron mi padre y mi cuñado, y justo después llegaron los chicos de Fotomadriz, haciendo que las mariposas de mi barriga volvieran a notarse.
Empezaron a hacernos fotos mientras acababan de retocarme el maquillaje, yo les veía ir y venir, esperando el momento en el que me avisaran para empezar a vestirme. Las ganas que tenía de ponerme el vestido, los zapatos y verme ya con el maquillaje y el pelo listo era lo segundo que más deseaba que llegara. Lo primero, evidentemente, el momento de entrar a la iglesia y ver a Pedro... pero para eso todavía queda un poco :)
Seguir leyendo »Las fotos en casa fueron muy especiales, con mi abuela, mi madre y mi hermana ayudándome a vestirme, a ponerme los pendientes, el collar y los zapatos... Y cuando mi padre me dio el ramo, ese precioso ramo que me hizo Amanda López Decoraciones, fue el primer momento que sentí nervios de verdad, de los que te hacen temblar las piernas... pero eran unos nervios de felicidad que no había sentido nunca antes.
Y emprendimos el camino a la iglesia...
Una vez allí, al bajarme del coche y agarrarme al brazo de mi padre, respiré hondo... empecé a oír los acordes de la canción elegida para mi entrada, Tatiana (de Llévenes Eventos) me guiñó un ojo y me dio pie para entrar a la iglesia.
Entre la gente, pude entrever la cara de Pedro y noté como las lágrimas de emoción estuvieron a punto de salir, pero me contuve... hasta que le vi de frente: tan guapo con su chaqué, de pie ante el altar, con una sonrisa de felicidad increíblemente preciosa y esperándome, mirándome de esa forma tan especial que me hace sentir indestructible.
Cuando me acerqué, me dio un beso en la mejilla, me agarró la mano y temblando me dijo que estaba increíblemente preciosa. Le sonreí nerviosa, casi como en nuestra primera cita, pero segura como nunca de lo que estábamos a punto de comenzar.
Y... entre canción y canción del grupo musical Alborada, llegó el momento del si quiero, los anillos y las arras, con una homilía preciosa y divertida hecha por un amigo de la infancia de Pedro, que no pudo escribir algo más especial y personal para nosotros.
Cuando terminó todo, me agarré fuerte al brazo de mi ya marido y empezamos a caminar juntos hacia la salida, donde todos nuestros amigos y familiares estaban esperándonos, haciendo preciosas pompas de jabón. Salimos, nos gritaron un "vivan los novios" y empecé a escuchar una gaita y un tambor, una sorpresa de mi madre para recordar a mi abuelo, asturiano, una tierra en la que tengo y tendré siempre mi corazón. Ahí si que no hubo manera de frenar las lágrimas... felicidad plena con toda la gente que queríamos a nuestro alrededor.
Después de una sesión de fotos en los alrededores del Club de Golf RACE, llegamos al cóctel al ritmo de Bruno Mars, brindamos con champán y empezamos a disfrutar ya sin nervios de la parte más divertida de nuestra boda.
No dejamos de hablar, reír, cantar y bailar hasta casi las 2 de la mañana, 12 horas muy, muy especiales de comida, bebida, amigos, familia y amor.
Aquí os dejo algunas fotos para que podáis ver cómo fue todo.
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