La boda de Pedro y Judith en Villena, Alicante

El día de nuestra boda

¡Hola! Casi dos meses después, me paso por aquí para hacer la crónica del día de la boda. ¿Por dónde empezar? ¡El día fue una serie de catastróficas anécdotas! Yo estaba de los nervios, como casi cualquier novia, y me llamaron las chicas de peluquería y maquillaje que iban a llegar un pelín más tarde de lo que me habían dicho. ¡Empezamos bien! Cuando ya estaba peinada y maquillada, mis padres y mi hermano todavía no habían llegado. ¡Llamo y me dicen que comen y vienen! Así que ese día comí yo solita. Cuando ya estaba aquí el fotógrafo y varias de mis amigas, aparecen mis padres y mi hermano por fin. Yo estaba muy de los nervios a estas alturas. Mis amigas trataban de tranquilizarme, pero la verdad es que creo que estaba fuera de la capacidad de cualquiera tranquilizarme jeje.

Llegó el momento de bajar e irme hacia la iglesia, y cuando bajé a la calle el fotógrafo se había ido ya, así que no tengo fotos decentes saliendo de mi casa. Total, que llego a la iglesia del brazo de mi padre, mi hermano ya estaba allí esperando y bajamos del coche... ¡Y me dejan sola para ir a saludar a todo el mundo! Y yo pensando, ¿pero no se supone que ahora es cuando tengo que entrar en la iglesia? Total, llamo a mi padre para entrar en la iglesia y aquí empieza lo bueno. ¡Creo que nadie acertó cuando tenía que leer! Mi madre empezó a leer lo suyo, se agobió porque no vio que mi amiga estaba detrás de ella, así que siguió leyendo la parte que le tocaba a mi amiga. Mi suegro, que iba detrás de mi amiga, al no verla leer se esperó sentado a ver si subía hasta que le miramos para que subiera.