La boda de Paula y Aitor en Santander, Cantabria
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El 14/06/2014 1.390 2 20
P&A
14 Jun, 2014
El día de nuestra boda
Ya ha pasado un mes, ¡el tiempo pasa volando! El día antes de la boda trasnochamos un poco, porque habían llegado invitados de fuera y estuvimos tomando algo y picoteando por Santander. Al llegar a casa nos sentamos a hablar, ya estaba ahí el día B, dos años de planificación para disfrutarlo con nuestra gente.
Aitor y yo decidimos no pasar la noche antes de la boda separados, sino juntos en nuestra casa. El despertador sonó muy rápido, y a las 7.15 de la mañana ya estaba sentada en la peluquería, sorprendentemente tranquila. Todo fue genial, y a las 10.15 mis padres vinieron a buscarme ya vestidos ¡estaban guapísimos!
Llegamos a Arras a vestirme, y sabía que Aitor estaba terminando de prepararse en el piso de arriba. Tenía muchas ganas de verlo, porque al igual que mi vestido, su traje también era sorpresa. Me vestí en 5 minutos, y cuando llegó la fotógrafa, Yulia, me hizo quitarme el vestido para hacerle unas fotos. A partir de ahí todo fue muy rápido, llegó mi hermana, mi sobrina, mi cuñada y poco a poco todos se fueron yendo a la ceremonia, y nos quedamos mi padre, Yulia, Carlos (de Bodas 50mm) y yo. Enseguida llegó Pedro, de Más Clásicos, con el coche antiguo que me llevaría a la ceremonia, y pusimos rumbo a Santander.
Seguir leyendo »La ceremonia fue perfecta. Era una ceremonia civil en el hall del Gran Casino Sardinero. La decoración, a cargo de Entreflores, era de ensueño: hiedra, lisanthus blancos y paniculata por todos los lados, mimbres y pies medievales decorando la estancia. Mi padre y yo avanzando por la alfombra blanca hacia el amor de mi vida. La ceremonia fue oficiada con mucho cariño por una persona muy especial para mí, el alcalde de mi pueblo, que también había sido mi jefe, y que por desgracia nos dejó hace unos días. Mi cuñada y nuestro amigo Ricardo leyeron emotivos discursos, y toda la gente nos felicitó por lo emocionante de la ceremonia.
Después de las fotos de rigor, fuimos a hacernos el reportaje al Palacio de la Magdalena mientras nuestros invitados disfrutaban del lunch previo al banquete. El banquete fue fenomenal, la comida ofrecida por el Gran Casino Sardinero fue espectacular, y la gente no paraba de felicitarnos por la boda, la comida, la música, etc. A la hora de la tarta, Aitor dio un emotivo discurso en la que dedicó unas palabras a cada uno de los invitados. Les dimos unos regalitos a mi hermana y a mi cuñada, a nuestra amiga Mabel (que va a ser mamá en agosto) y a nuestros amigos Raúl y Azahara para que se animen a casarse.
Pronto llegó el baile nupcial, que fue a ritmo de una versión que de "Diamonds and Rust" hicieron los Judas Priest. A continuación, empezó el bailoteo y lo pasamos en grande.
Fue un día muy largo, agotador, pero maravilloso. Volvería a vivirlo todos los días de mi vida. Dos días después de la boda, emprendimos nuestra luna de miel a Canadá, de la que disfrutamos muy intensamente.
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