La boda de Pablo y Lorena en Santa Maria (Isla De Ibiza), Islas Baleares
Modernas Otoño Blanco
P&L
08 Nov, 2014El día de nuestra boda
Intentaré contar mi historia lo más detalladamente posible... creo que podría escribir un gran libro con todo lo que pasó... Empiezo:
Me quedé a dormir en casa de mis padres la noche anterior al gran día. La casa ya despertó a las 7:30 y yo a las 8.00, puntual, ya estaba en la peluquería. No podía creer lo que estaba a punto de pasar... ¡me iba a casar! Con 26 años y tan sólo 1 año y medio de relación lo tenía muy claro que era el hombre de mi vida, pero aun así ¡estaba muy nerviosa! En la peluquería hubo muchas bromas y risas y a las 2 horas ya estaba en casita. Cogí fuerzas con un buen desayuno y empezaron los preparativos con el maquillaje. Mis 5 damas de honor estaban ya preparándose en casa de mis padres, con lo cual había un ajetreo importante en la casa. Muchos nervios y expectación. Tras algunas lágrimas de emoción al ponerme el vestido y hacerme las fotos de rigor, empezaron las sorpresas. Afuera me esperaba mi tío vestido de chófer con un coche antiguo precioso, una maravilla. Paseamos por el pueblo (a 5km/h) en dirección a la iglesia. A eso de las 12h llegábamos al Puig de Missa de Santa Eulalia del Rio (Ibiza), la imagen que vi hizo que se me pusieran los pelos de punta. Todos los invitados afuera mirando, haciendo fotos, sonrientes ante mi llegada. Tengo que decir que la boda fue Adlib, una moda ibicenca dónde todas las prendas de vestir son blancas... Nadie sabía cómo sería mi vestido y habían hecho muchas conjeturas (de rojo, de ADLIB también, de corto...). Al llegar todo el mundo se maravilló: ¡Iba de princesita! El típico vestido de novia, vamos. Empezó la música (el órgano tocado por mi mejor amiga) y no podía aguantar las lágrimas... veía a mi padre cogiéndome el brazo y nos emocionábamos juntos. No sé cómo, pero cruzamos todo el pasillo y ahí estaba mi futuro marido esperándome sonriente y tranquilo. La misa fue muy sencilla, familiar y amena. El cura era amigo de mis padres y se "enrolló" muy bien. Al salir, pétalos de rosa y arroz. ¡Una imagen espectacular! Prácticamente corriendo nos fuimos mi reciente marido y yo a hacernos fotos por los alrededores mientras los invitados se dirigían al restaurante y empezaban con el pica-pica. Con el súper coche (que no pasaba de 15km/h) llegamos al restaurante ya para empezar el banquete. Tras una copiosa comida, mis damas de honor me leyeron una carta hecha por ellas que me hizo llorar como una magdalena. Para más inri, me pusieron un vídeo con fotos mías de cuando nací hasta la actualidad. Por otro lado, a Pablo sus amigos le dijeron unas palabras y le regalaron un enorme cuadro con fotos suyas. También una pelota de rugby (gracias a este maravilloso deporte nos conocimos) rellena ¡de millones de moneditas! Después de fotos, brindis, cánticos, bromas, etc. era el momento de una tradición argentina (por parte de mi marido). Allí, en vez de tirar el ramo de novia, se pone tiras de hilos dentro de la tarta y sólo un hilo tiene un anillo. Las solteras se ponen alrededor de la tarta para tirar de los hilos (un hilo por soltera) y a quien le toque es la afortunada, la próxima en casarse. Tras esta gracia, cortamos la tarta y se abrió la barra libre. Habíamos preparado un "photocall" (gracias a la ayuda de bodas.net) y otra sorpresa fue que me regalaron una Polaroid para que los invitados se quedaran la foto hecha en el "photocall". Tras un rato de música y baile (nuestro baile de bodas sería más adelante) nos tuvimos que ir a otro local (ya que ese lo necesitaban para la cena de otros novios). Así que los invitados se fueron para el otro local (que ya les quedaba cerca de su alojamiento) mientras aprovechamos Pablo y yo para hacernos fotos de noche en nuestro pueblo. Sobre las 20:30 entramos al local y, ahí sí, pusieron el tradicional vals que bailamos con cierto nerviosismo. Tras 30 minutos de baile ya me cogió mi padre y a Pablo su madre y, ya todo el mundo se animó con el vals. Después de un ratito de baile y picoteo, hubo otra sorpresa: ¡vinieron una pareja de tango a bailar! Como buenos argentinos, no podía faltar el tango... así que bailaron y nosotros disfrutamos muchísimo. Y así, nuestro gran día fue acabando poco a poco... para medianoche la gente empezaba a irse... no sin antes felicitarnos por tan espectacular: ¡Boda, Día y Novios!
Seguir leyendo »Sobra decir lo rapidísimo que pasó el día... ¡y eso que empezó pronto! Fue un día tan especial (de momento el mejor de mi vida) que no lo olvidaré jamás. Todo fue a la perfección, tanto mis invitados como nosotros disfrutamos muchísimo, y aún después de 3 meses, se habla de nuestra gran boda
PD: al día siguiente, para los sobrevivientes hubo paella... dónde siguió la fiesta hasta bien entrada la noche... Pero Pablo y yo no llegamos a la noche ya que nos embarcábamos en nuestra Luna de Miel: ¡Costa Rica!
Otras bodas en Islas Baleares
Ver todas
Inspírate con estas bodas
1 comentario
Deja tu comentario