La boda de Oscar y Bárbara en Soria, Soria
Elegantes Verano Azul 3 profesionales
El 13/08/2016 634 1 0
O&B
13 Ago, 2016
El día de nuestra boda
Han pasado ya más de 6 meses y todavía me recorre un gusanillo por el estómago al recordarlo.
Después de muchos preparativos para poder hacer de ese día algo inolvidable y personalizado en todo momento, ya que nosotros ya estábamos casados por lo civil, pero nos faltaba compartirlo con la familia y los amigos.
La mañana empezó muy pronto, a las 8 de la mañana para ir a la peluquería y la maquilladora. Después de un trabajo estupendo, mi suegro me llevó a casa a vestirme, el vestido era de alquiler, ya que era un gasto que podía abaratar, y a recibir al chófer con el coche alquilado que llegó con más de 30 minutos de antelación.
Mientras, mi marido en casa de sus padres se vestía y vestía al niño, que iba a ser otro protagonista de nuestro día. Después de vestirme, me hice un par de fotos con la fotógrafa improvisada, ya que la que habíamos contratado la habíamos mandado a paseo, después de trabajar casi 6 meses, porque demostró que era un incordio venir a trabajar esos días. Menos mal, como podréis ver, que las fotos salieron perfectas.
Seguir leyendo »A las 11:45 horas salía de casa esperando llegar puntual, ya que no tenía intención de hacer esperar a nadie. Pero el tráfico complicó el asunto y llegué con 10 minutos de retraso. Aunque había dicho que necesitaba que todos estuviesen en la ermita esperando, porque tenía una sorpresa preparada, casi nadie hizo caso. Me relajé un poco, pues debía subir 93 escalones para poder llegar al altar, y con aliento, entraría cantando un “Aleluya” a mi marido acompañada de las estupendas chicas del coro de San José.
Aunque no se oía muy bien, conseguí lo que quería, emocionar a mi marido, ¡que no olvidará ese momento!
La ceremonia fue muy emocionante. Toda ella estaba personalizada y el repertorio fue espectacular. Conseguimos emocionar a los invitados. La floristería Cid además hizo un trabajo espectacular dejando mi ramo y la ermita como le habíamos pedido. Hubo un lapsus, se olvidó los pétalos, pero una vecina del pueblo me había mandado los pétalos de sus rosales. Un gesto precioso que me sacó del apuro.
Después de los saludos y de las fotos pertinentes nos fuimos a celebrarlo a Casa Fuerte San Gregorio, donde nos esperaban con el catering y la comida.
Mi marido todavía no se imaginaba que tuviera ninguna sorpresa más, pero con los chicos de Amor y Risas habíamos preparado un pequeño video con los momentos más importantes de nuestra historia y de agradecimiento para los invitados. Como no, lloré como una magdalena al ver a mi marido con las lágrimas en los ojos y al pequeño de la casa super emocionado.
Aunque la Bastilla hizo lo que pudo, el banquete no salió como debía, la comida salía fría, perdieron objetos de los invitados, nos pusieron mal la música que habíamos acordado, y algún detalle más, el lugar idílico y el buen ambiente, lo compensó todo.
La tarta, que Manuela&CO había realizado a mi petición, estaba espectacular, y su mesa mixta, de dulces y salados de después, puso la guinda del día.
El brindis y el baile puso el punto inicial de una fiesta que se alargó hasta las 23:00 horas de esa día, uno de los más importantes de nuestras vidas.
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