La boda de Óscar y Astrid en Cubas, Cantabria
En el campo Verano Verde 8 profesionales
Ó&A
26 Jul, 2024El día de nuestra boda
Los preparativos
Aquel viernes por la mañana me desperté en la casa que me ha visto crecer cada verano en la playa de Berria en Cantabria. Me desperté con una sensación extraña que nunca había sentido. Era una sensación parecida a la que sentía cuando era una niña el día de Navidad y sabía que había llegado Papá Noël, pero era diferente. No estaba cansada, había dormido bastante bien dentro de lo que cabe. Eso sí, me costó dormirme, estaba preocupada, ya que tras una preboda muy divertida en nuestra playa favorita, me había quedado sin voz. Tenía miedo de no poder leerle a mi futuro marido los votos que había preparado con tanto amor. Era lo único que me inquietaba.
Nada más levantarme me duché y me puse el camisón que tenía preparado para aquel día. Comprobé el estado de mi voz y que un hilo de ella aún sobrevivía, lo cual me tranquilizó. Bajé al piso de abajo y mi madre y mi hermana estaban en el porche con Estíbaliz, la chica que nos maquillaba y peinaba ya preparándose acompañadas de una ‘playlist’ muy tranquila de música indie/folk acústica en inglés que nos encanta. La imagen era de calma absoluta, lo cual no suele darse nunca en mi familia, ya que somos un tanto alocados y cuando estamos juntos, más. Estaba muy feliz, el día con el que siempre había soñado había llegado.
Seguir leyendo »Mientras Estíbaliz acababa de preparar a mi madre y hermana, desayuné y me preparé jarabes e infusiones de jengibre, miel y limón para intentar recuperar mi voz o al menos, no perder la poca que me quedaba.
La calma se esfumó, mis sobrinos y mi cuñado se despertaron, vinieron mis abuelos y mi padre llegó de recoger las flores y mi ramo. Mi hermana y mi madre estaban listas, no podían estar más guapas. Llegó mi turno y Estíbaliz empezó a peinarme y maquillarme.
El fotógrafo Pedro llegó para hacernos unas fotos, pero le tuvimos que hacer esperar un poco, ya que el caos se había apoderado de nuestra casa y aún no estábamos listos. El fotógrafo comenzó a capturar todos los momentos mientras terminábamos de prepararnos, aunque no eran los más estéticos, seguro que tendremos un muy bonito recuerdo. Mi hermana me ayudó a ponerme el vestido y los zapatos. Por fin estábamos todos vestidos para las fotos de familia e irnos a la ceremonia.
Mi hermana, cuñado y sobrinos se fueron y mis padres y yo tardamos un poco más de la cuenta en salir. Mi padre insistía en que la novia se tenía que hacer esperar un poco. Así que cuando todos se habían ido nos pusimos a sacar fotos en nuestro jardín con la cosecha de tomates de mi padre.
La ceremonia
Llegué a la ceremonia cogida del brazo de mi padre. No estaba nada nerviosa, solo me moría de ganas por entrar. Primero entraron nuestras hermanas junto a nuestros sobrinos y después nosotros. La sensación es indescriptible. Caminar, mirar a los lados y ver a toda mi familia y amigos en el mismo sitio celebrándonos. Y lo mejor, mirar a mi futuro marido, ahí de pie, esperándome, tan guapo, tan emocionado… Sentí que, al igual que para mí, estaba siendo el día más feliz de su vida.
La ceremonia la ofició uno de nuestros mejores amigos, Sergio. Un amigo de toda la vida con el que había compartido mis mejores años estudiando en el colegio y compartiendo piso en Madrid. Sergio lo preparó como si de un máster se tratara e hizo que fuese la ceremonia más personal y especial del mundo. Nuestros hermanos y amigos participaron dedicándonos palabras muy bonitas que nunca olvidaremos. El momento más emotivo fue cuando Óscar y yo nos leímos nuestros votos, fue mágico, como si solo estuviésemos los dos y nada más importase. Nos intercambiamos los anillos y por fin éramos marido y mujer.
Cóctel y banquete
Después de salir de la ceremonia y de sacarnos unas fotos con el fotógrafo, nos unimos con los invitados al cóctel. Ahí estaban todos, nuestras familias, nuestros amigos del colegio, la universidad, del erasmus, del verano… Óscar y yo no nos separamos e íbamos de grupo en grupo intentando pasar el mayor tiempo posible con todos. Suelen decir que en tu boda no comes nada, pero en mi caso no fue así. El personal del catering estuvo superatento y no paraban de traernos comida que estaba buenísima.
La canción que elegimos para entrar al banquete fue ‘Applejack’ de ‘The triangles’. Elegimos esta canción una noche del verano pasado en nuestra playa con una cerveza. Nos habíamos prometido hace un mes y acabábamos de empezar con los preparativos, así que esa noche nos pusimos a soñar con la boda. Ese momento fue muy anuncio de ‘Estrella Damm’, así que nos vino esa canción a la cabeza y no lo dudamos, no nos hizo falta escuchar nada más. Entramos al comedor y todos estaban arribísima, fue un momentazo la verdad.
Durante la comida lo pasamos genial. Habíamos preparado unos juegos para las mesas y se creó un ambiente superdistendido, los invitados se levantaban, hablaban con unos, con otros, nos coreaban diferentes cánticos… Además, unos cuantos, entre ellos mi hermana, se tomaron muy en serio lo de los juegos, ya que había premio y sacaron su lado más competitivo. Fue muy divertido.
Otro momento muy memorable durante la comida fue cuando el tío de mi padre cogió un micrófono y se puso a cantar la canción de Cantabria. Mis amigos del colegio le preguntaron si conocía la canción ‘Desde Santurce a Bilbao’ ya que somos de Santurce y como él también ha vivido muchos años allí, nos pusimos a cantarla todos juntos.
Fiesta
Llegó la hora de la mejor parte, ¡la fiesta! Esta última parte no la recuerdo con tanto detalle, pero eso significa que lo pasamos genial.
Abrimos el baile con ‘La vie en rose’ tocada por la banda. Elegimos esta canción porque es una canción que nos encanta a los dos y además para nosotros el francés es una de las tantas cosas que tenemos en común y que nos une. La banda fusionó la canción de ‘La vie en rose’ con la de ‘Salta de Tequila’ y se unieron nuestros hermanos y mejores amigos para bailar la coreografía que habíamos preparado y seguidamente todo el mundo se unió a bailar.
La banda fue espectacular, tocaron un montón de españoladas superanimadas que todos nos sabíamos. Todos, familia y amigos no paramos de bailar.
Seguimos la fiesta moviéndonos a otra zona de la finca donde estaba el DJ y nos pasamos horas bailando y cantando temazos. Lo mejor y más bonito fue ver como todos nuestros amigos y familia bailaban los unos con los otros todos juntos. A mitad de la fiesta llegó la recena del McDonald’s que nos dio fuerzas a todos para acabar la fiesta por todo lo alto. Terminamos subidos en el escenario con la canción de ‘Marta, Sebas, Guille y los demás’ de Amaral y todos cantando. Fue increíble.
Siempre dicen que el día de tu boda es el día más feliz de tu vida, pero hasta que no lo vives no lo sabes bien. La verdad que fue el día más feliz de nuestra vida, de eso no cabe duda.
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