La boda de Oscar y Araceli en La Orotava, Santa Cruz de Tenerife

Cogí a mi padre del brazo y caminé con él firme hacia el pequeño altar que se hallaba en el jardín. Allí me esperaba Oscar, su madre y nuestra sobrina Claudia, realmente entusiasmada. Tuvimos la suerte de que nuestra gran amiga Tamara aceptó oficiar nuestra ceremonia civil cuando se lo propusimos, porque sabíamos, tal como pasó, que la haría especial y única, con mucho amor. Elegimos a 6 personas para que hablaran y participaran en la ceremonia, sobrinos, hermanos y amigos especiales, y aquello fue nuestro mayor acierto porque se experimentaron tantas sensaciones, risa, lloro, emoción, ternura… Con sus discursos que hicieron que el ambiente se llenara de magia y complicidad entre todos los asistentes. Luego llegó uno de los momentos que más temía, los votos, momento en el que nos dedicamos unas palabras llenas de amor mirándonos y delante de todos nuestros seres queridos. Después anillos, beso de película y música para los novios... ¡Incluso unos amigos fabricaron arroz de colores para nosotros! ¡Qué maravilla de gente nos rodea! Qué especial fue todo...

Cuando finalizó la ceremonia, y tras algunas fotos muy divertidas de grupo, los invitados pasaron al cóctel que se hacía en la zona de piscina y pérgola que tenía cómodos asientos y una decoración estupenda, nosotros hicimos un reportaje fotográfico con Edu López, que no solo fue nuestro fotógrafo, sino nuestro cómplice. Somos grandes admiradores de su trabajo y siempre que podemos lo visitamos, porque aparte de ser un gran profesional, único con su fotografía, es una gran persona, cosa que valoramos tanto como su arte para crear historias a partir de fotografías. Además, el paraje incomparable de los jardines de Franchy, ha hecho que nuestro reportaje fotográfico en combinación con su creador sea la mejor decisión que hemos tomado nunca...

Tuvimos tiempo para disfrutar con los nuestros del cóctel, reír, hacer más fotos, comer... Un cóctel espectacular de Lucas Gamonal que nos dejó a todos boquiabiertos, decidimos además que no podía faltar un cortador de jamón y una estación de quesos (que mezclaba las exquisiteces canarias con el sabor tradicional manchego).

Al caer la tarde, fuimos pasando al mirador donde tuvo lugar la cena, con unas cristaleras maravillosas desde las que veíamos los jardines, el mar de fondo y un precioso atardecer en el que todo el mundo se hizo alguna foto que después ha ido apareciendo en los perfiles de redes sociales, que ilusión me hace cada vez que veo alguna.... La cena no fue menos que el cóctel, maravillosos platos, sorbete y postre. A los más pequeños les sorprendimos con un regalo original, una cajita que contenía una cámara desechable y una carta con 10 misiones, habiendo elegido previamente a determinadas personas de cada mesa de manera divertida para que los niños les fotografiaran. Fue desternillante y muy divertido para grandes y pequeños.

Reparto de regalitos, botellas de vino y puros; abrazos, besos, rotación entre las mesas, la gente empezaba a mezclarse más y más, y a nosotros nos encantaba...acto seguido la gente se empezó a levantar hacia el salón de baile y la sala de barra libre donde teníamos además una barra de coctelería con Isidro García como coctelero estrella que dejó boquiabierto y encantado a todo el mundo con sus cocteles elaborados y realmente fascinantes (ahumados, con fruta, etc.). ¡Todo el mundo nos habla tanto de él, Isidro es un crack! Además, en aquella sala sorprendimos con una mesa dulce, candy bar que habían elaborado especialmente para nosotros con mucho cariño, y que tenía de todo para hacernos volver a la infancia… Podéis ver las fotos de más abajo, era espectacular. ¡Cuando la vi y la probé no podía creer que fuera tan bonita y que todo estuviera tan rico!

¡También habíamos abierto la veda del baile y habíamos puesto alpargatas de varios números a disposición de las chicas! Después de nuestro baile que fue realmente romántico y especial (My Girl - The Temptations), estábamos compinchados con el gran Carlos Valentín para que cortara la música y empezáramos a bailar nuestro flashmob (Party Rock LMFO), dejando a todos boquiabiertos y partidos de la risa. Pero lo mejor de todo es que estábamos compinchados y habíamos ensayado y organizado para que poco a poco se fueran incorporando más y más amigos al baile, hasta que fuimos más de 20 personas bailando totalmente acompasados. Los videos son alucinantes, y sobre todo como sonreímos todos. Se nota que lo estábamos pasando pipa. La fiesta y el photocall con todo el atrezo fueron un éxito, igual que el carro de perritos que surgió de la nada a las 3 de la mañana y cumplió su función de absorber el alcohol y darnos energía para continuar la fiesta hasta el final. Eran las 5 en la mañana... Cómo decía aquella canción cuando se acabó la fiesta... ¡Llegamos hasta el final, lo dimos todo!

Disfruté, puedo decir que disfruté y aproveché cada minuto de nuestra boda para estar con mi marido, mirarnos cómplices, disfrutar de nuestras familias, de nuestros sobrinos, de los amigos, de los detalles, del gran apoyo y cariño que nos dieron todos, incluso los organizadores, el fotógrafo... ¡Todo fue perfecto! ¡Todo fue tal y como lo había soñado!

Nos sentimos muy afortunados de haber dado el paso de casarnos y sobre todo afortunados de tenernos el uno al otro para todo, además de toda la gente maravillosa que nos rodea en nuestro día a día. Ellos también hicieron de nuestra boda algo especial.

3 días después estábamos camino de nuestro destino de luna de miel, Asia (Tailandia, Camboya, Vietnam y Malasia). Una gran aventura que vivimos con ilusión y mucha felicidad.

Animamos a todas las parejas a dar el paso y a organizar la boda de sus sueños... ¡Porque la grandeza está en los detalles!