La boda de Oriol y Gabriela en Barcelona, Barcelona
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O&G
07 Ene, 2017El día de nuestra boda
Me acuerdo de que no pude dormir muy bien la noche anterior. Mi cabeza no paraba de pensar y trabajar. Toda la noche dormí durante intervalos cortos. El día antes de la boda, fue día de Reyes y ¡qué bien! Pude distraerme un poco y quedar con la familia. Las horas pasaron y el día 7 llegó, ¡trayendo sol! ¡Qué alivio! Tenía miedo de que hiciera mucho frío porque la boda y el cóctel serian en el exterior.
Me duché, desayuné y empecé a arreglarme. Era temprano cuando me desperté, las 5:30h. Mi hermana me arreglaría, y también a ella misma y a mi madre; la fotógrafa y videógrafa llegarían por vuelta de la 10:30 y teníamos ya que estar a punto. A las 8 menos cuarto envié un mensaje a Uri: "Hola. ¿Qué tal todo? Cuando las chicas salgan de allí y se vengan para aquí ¿me avisas? ¡Suerte! ¡Nos vemos en nada! ¡Fins ara!"
A las 10:40 llegaron las dos y nada más llegar ya empezaron a trabajar. El piso estaba lleno. Yo, mi madre, hermana, padre, prima y madrina arreglándonos en el piso. La luz que daba era bonita y el sol daba cada vez más señales de un buen día. Arregla. Saca fotos. Vídeo. "Muévete!", "Mire la camera", "Ahora la pared", "Siéntate", "¿Podrías ponerte en el suelo?", "Gira", "Otra vez", "Camina", "Ahora al otro lado", "Miré la ventana", "Vas cambiando de posición", "Estamos! Ya vamos. Nos vemos en nada".
Seguir leyendo »El taxi que había pedido cogió otro pasajero y me dejó. ¡Qué nervios! "¡Calma!", pensé. "Todo bien". Pedí otro y fuimos. Al llegar, me dijeron que teníamos que esperar porque no todos habían llegado y entre ellos algunos de los brasileños que vinieron para la boda. Ok. Esperamos un poco más. 5 minutos, 10, 15, 20… "¿Vamos a sacar unas fotos?" "Sí!" Y se van 30 minutos. "Ok, vamos a empezar como sea" y: "¡Llegaron!" "¡Ufa! Están todos!".
La ceremonia empezó. "¡Qué nervios!". "¿La música va bien?", pensé conmigo misma, "Sí! Uh qué bien…". Tocó mi música y salí, todo perfecto. La decoración, que se había encargado mi amiga Caro de Carolina Blue, estaba como de sueño. Lloré de alivio. Lo había planeado y organizado todo prácticamente sola (como la mayoría de las novias me imagino) y había salido bien y veo a Oriol y lloré. "¡Es él!".
El tío de Oriol nos casó y mi madre habló también. Todo tan bonito. Salimos, la música tocó, los copos de nieve cayeron. Lloré otra vez. Todo bien, todo lindo. El cóctel empezó y con él más fotos y tomas de vídeo. Fotos con familia, fotos con amigos, los dos. Empezó el menú. Entre platos, yo pasaba por las mesas para hablar con los invitados y darles un poco de atención. ¡Tantos elogios! El sitio, la decoración, la comida, la música, el novio, el vestido, el maquillaje, el pelo, ¡todo lindo!
El bouquet, repartido, lo entregamos cada parte a alguien especial. La música de baile sonaba. Reímos, bailamos, nos divertimos. La fiesta empezó. Los invitados, aun acabando el café, íbamos, poco a poco, aproximándonos. ¡Qué bien nos lo pasamos! ¡Qué bien nos casamos!
Historias, sonrisas, bromas, bailes, abrazos, más sonrisas, ¡todo tan especial! ¡tan bonito! Siempre he dicho que casarme no era para mí, que era muy tradicional y todo aquel discurso anti todo lo que sea convencional, ¡pero casarse mola! Y el estrés es parte del proceso porque tienes muchas expectativas, ¡pero vale la pena! Es lindo y quizá no haya nada más punk, hoy en día, ¡que casarse!
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