La boda de Nuria y Cristobal en Linares, Jaén
Al aire libre Primavera Morado 2 profesionales
N&C
14 Jun, 2014El día de nuestra boda
Os voy a contar las 24h de mi boda. Empezó el día muy temprano, sobre las 8.30, con 4 horas de sueño tan sólo en mi cuerpo, quedaban aún muchas tonterías que preparar, así que rápidamente nos pusimos mi chico y yo manos a la obra, aunque antes de eso, bien temprano terminé con la ayuda de mis hermanas, los accesorios para el photocall.
Estuvimos preparando los meseros de la boda que estaban sin imprimir (eran grupos musicales), preparando la mesa para que cada uno encontrara su sitio (cada mesa tenía un álbum de un grupo musical, pusimos en una mesa las carcasas con las imágenes del álbum como si fuera un disco real, pero sin el cd, y en cada carcasa una hilera de cintas de casette con el nombre de cada invitado y el grupo de música que correspondía en su mesa) y visitando la habitación del hotel para dejar nuestras maletas ya ahí.
A la 13.00 me fui a la peluquería a pasar por chapa y pintura y un súper peinado que me hicieron de tal forma que salí a las 17.00 con un hambre que me moría, solo había desayunado un zumo a las 9 de la mañana. ¿¡Qué es eso de que las novias no tienen hambre por los nervios?! Aunque hay que decir que de nerviosa nada de nada. Llegué a mi casa, me comí 2 trozos de pizza y un poco de ensaladilla que preparó mi madre el día anterior y metiendo prisa a mis hermanas y padres porque no se preparan.
Seguir leyendo »Llegaron los novios de mis hermanas y nosotros sin vestir (menos mi padre, que ellos necesitan menos preparación y no se preocupa por el resto). Yo viendo la hora que era y que el fotógrafo y el chico del vídeo estaban a punto de llegar me fui a vestirme yo sola, sin ayuda ni nada y estando abrochando la infinidad de botones que tienen algunos vestidos de novia llegó el vídeo a las 18.30 aprox. Ahora sí empezaban los nervios, me grabó como terminaba de prepararme (poniéndome pendientes y pulsera) y llegó el fotógrafo. No sé cuánto tiempo estuvo haciéndome fotos solo a mí, pero eso ayudó a relajarme. Reconozco que en las 2-3 primeras poses estaba nerviosa y tensa, luego la tranquilidad fluía por mis venas.
Llegó el momento de fotografías con los familiares. Mi padre fue el primero, se puso a mi lado y temblaba como un flan. Fue muy gracioso ver a mi padre así, que es un puñado de alegría y cachondeo, estaba súper serio y temblando de nervios. Bueno, la hora se acercaba, eran las 19.40, los profesionales se habían ido y el coche venía con retraso. Se fueron todos y sólo quedamos mi padre y yo, lo que hizo que se pusiera más nerviosos aún. Yo aproveché para ensayar, con el vestido puesto, el baile que nos había preparado una estupenda bailarina y que era sorpresa. ¡19.55 vamos que nos vamos! Bajamos al portal de mi casa y allí estaban algunos de mis tíos, mis hermanas, cuñados, “mi sobri”, etc. me habían preparado todo el hall del edificio con globos. ¡Qué bonito! El coche en la puerta y entrando en el coche se pone a llover.
Toda la boda era al aire libre, desde la ceremonia hasta la barra libre, y en césped, menos al cena que fue en una carpa.
Mando a toda mi familia a la finca, que iban a llegar ellos después que yo, ¡hombre ya! Y cómo llovía, llamé a mi chico:
- Cristóbal, está lloviendo, ¿qué hacemos? ¿Sabes que es una tormenta de media hora, esperamos a que pase o movemos todo al salón acristalado?
- Vamos a esperar 5 minutos a ver si afloja, te llamo.
- Pasan 5 minutos, he apretado.
Me llama:
- Nuria, esto no va a parar en menos de 15 minutos, lo pasamos dentro, ¿te parece?
- Vale, como tú veas, tú eres el que está allí. Vamos a pasearnos, avísame cuando esté todo preparado.
Nos vamos a dar vueltas por la ciudad, mi padre, el sobrino de mi chico (es como su hermano, se criaron juntos) y yo. A los 20 minutos, mi padre me dice más nervioso si cabe aun (ya solo él quedaba estallar) que Cristóbal no llama, que lo llamé yo a ver qué está pasando como van, etc.
Dejó de llover sobre las 20.30 (y no volvió a llover), ya estaba todo preparado dentro, así que para allá que fuimos. A partir de aquí ya no tengo control de horas, le dejé el móvil a mi padre y hasta el día siguiente no lo volví a coger. Llegamos, el sobrino de mi chico bajó al lugar de la ceremonia y nosotros esperamos 2 minutos. Mi padre temblaba, yo estaba tranquila pero sabía que en cuanto empezara a escuchar al saxofonista tocando mi canción iba a llorar como una magdalena. Bajamos la alfombra roja, casi todo el mundo estaba en el salón acristalado, el saxofonista aún no tocaba, algunos familiares estaban fuera del salón, y por fin entramos. Pasillo de invitados y empieza a sonar la canción.
Llegamos junto a mi chico y su madre, unas caras contentas que radiaban felicidad por todas partes, mi padre y su madre se van a sus asientos y nos quedamos los 2 solos (esto fue cuestión de segundos). De tal forma que la letra de la canción empezó en ese momento (al tocar saxo no había letra, pero es mi canción preferida y súper romántica) y yo, muy bajito, casi sin voz, la canté en inglés y todo; mi chico se sabe también la letra y lo que significa, estuvo apunto de emocionarse y me pidió que parara, pero el saxo repitió el estribillo una vez más y se acabó, guardó la compostura y yo también, aunque él estuvo más al límite que yo.
Llegó el concejal, empezó la ceremonia. Todo con tranquilidad, hasta que mi amiga, testigo de la boda, leyó un escrito que le habíamos pedido, nada más acercarse al atril empecé a llorar. ¡Pero si todavía no ha hablado! Pues eso fue un no parar hasta que terminó, qué bonito fue, cuanto amor había ahí. Y luego un amigo de mi chico, el otro testigo, muy emotivo también, pero menos, al menos para mí.
Se terminó la ceremonia, todos los familiares y amigos nos felicitaron, muchos besos, besos y más besos por todas partes, ya no sabía a quién había besado y a quién no. Y empezó el cóctel de bienvenida. Muchos canapés, mucha cervecita y un vermut muy rico que probó más mi vestido que yo. Alguna foto por aquí otra por allá. El fotógrafo nos juntó a todos los amigos y nos hizo 3 estupendas fotografías inigualables. El saxofonista tocando todo este rato, fue muy bonito, a la gente le gustó mucho, fue todo un éxito. Llegó la hora de la cena, todos habían cogido sus casettes y se habían sentado en su sitio, menos las 3 mesas de amigos y nosotros y que habíamos preparado una entrada al banquete especial.
El dj estaba preparado y empezó a sonar “It’s my life” de Bon Jovi, y la mesa de los amigos que tienen ese grupo entraron bailando por parejas, pasaron todos, y comenzó “Jump Arround” de Cypre Hill, empezaron a bailar los amigos de la infancia de mi chico, luego vino de “Ni tu ni nadie” de Fangoria y entraron mis amigos. Fue un espectáculo, el resto de invitados acompañó con palmas, algunos se pusieon de pie y bailan desde su sitio, todos nuestros amigos se colocaron por detrás de la mesa presidencial, siguieron bailando, ahora tocaba a nosotros. Empezó “Smells like teen spirit” de Nirvana, nos tocó, esperamos a la parte lenta y entramos, empezó el estribillo y todos a saltar. ¡Qué momento! ¡Qué divertido fue! Todos flipaban, nadie se lo esperaba.
Y ya a comer, la cena fue como el resto de las bodas, visitar a unos a otros, repartir regalitos, alfileres, compramos unas tazas de MR. Wonderful a nuestros 2 testigos y una con súper poderes para los próximos en casarse.
Cortamos la tarta, brindamos y llegó la hora del baile y la barra libre. Muchos de nuestros tíos se iban ya porque era tarde, habíamos terminado de cenar casi a las 2.30 de la mañana, pero pedimos que se quedaran por favor que íbamos a bailar.
Ahora sí, este fue el momento del día que más nerviosa estaba, me temblaba todo, qué nervios, qué mal, como hacía mucho tiempo que no estaba, todos nos miraban, yo tenía el vestido recogido para que se me vieran los pies, y esperaba que no se soltara porque sería todo un fiasco.
Empezó la canción y empezamos a bailar nuestro tan preparado baile, primero “I don't wanna miss a thing” de Aerosmith y después del primer estribillo corte de canción y empezamos con un tango: “Por una cabeza”. ¡Todos alucinaban! Terminó el baile, tuvimos algunos fallitos pero solo perceptibles para nuestra profe de baile y nosotros. Fue un gran momento, quedó muy bonito y a todos los sorprendimos.
¡Ahora ya si se fueron algunos invitados y empezó la juerga! Hicimos un photocall con el fondo negro y en colores los nombre de todos los invitados, con muchos accesorios hand made y algunos comprados también, teníamos una cabina de videomesaje que arrasó, todos nos pedían que les enseñáramos los vídeos en cuanto los tuviéramos; y mis hermanas sacaron un libro de firmas que nos hicieron espectacular, ¡tenía de todo! Nosotros les pedimos que queríamos que dejaran su huella con tinta dibujando muñecos y escribiendo al lado lo que quisieran, bueno, pues hicieron todo eso y mucho más: prepararon una sección para escribir una felicitación, una frase graciosa o lo que quisieran, otra zona para dejar la huella en un árbol, unos globos que tiraban de una casa, de unas bicis y la parte que nosotros habíamos pedido que hicieran un dibujo con su huella, y además otra sección de sobre para que metieran dentro un mensaje. ¡Increíble! ¡Cómo se lo curraron!
Durante la barra libre bailamos y cantamos como locos, nos lo pasamos genial. Estando amaneciendo los amigos se tiraron a la piscina, menos mal que a nosotros no, y ya terminamos a las 8 de la mañana.
Mi chico y yo nos fuimos a dormir y los amigos se quedaron a comer churros.
Entre unas cosas y otras nos acostamos casi a las 9 de la mañana, ya se había acabado nuestro día. Después de tanta preparación, todo voló rápidamente, pero mereció la pena, la gente se lo pasó pipa, ¡y nosotros más que ninguno!
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