La boda de Naiara y David en Barcelona, Barcelona
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N&D
18 Jun, 2016El día de nuestra boda
El día empezó a las 07.00 de la mañana porque con los nervios no podíamos dormir nadie más.
Desayunemos tranquilamente y luego ya nos fuimos arreglando la casa, lo primero que hice fue la cama de nuestra habitación, ya que él la noche anterior durmió en casa de su madre y yo en la casa que compartimos juntos con mis padres, ya empezaban a notarse cada vez más los nervios por el día que era, aunque el día se levantó algo nublado luego se aclaró bastante, empezamos a terminar de arreglar la casa entre yo y mi madre, mi suegra vino a las 08.30 de la mañana a traerme el vestido que estaba en casa de su madre, y a echarme una mano a cambiar las cortinas de la casa, a las 10.00 mi madre se fue a la peluquería, y yo me quedé sola en casa con mi padre, terminé de hacer dos cosas más que quedaban en el comedor y mi padre me ayudó.
Después comí algo, aunque con los nervios no me entraba mucho la comida, la verdad, luego a las 12.00 de la mañana vino mi suegra a maquillarme, y a las 12.45 me fui a la peluquería, en ese momento hacía un sol precioso, mis padres mientras tanto comieron y pusieron dos cosas que quedaban del comedor, a las 14.30 más o menos vino una amiga mía y de mi marido a traernos las flores del coche y mi ramo de novia, en cuanto lo vi, precioso, no había podido ponerme mejor ramo la chica de la floristería, los nervios cada vez se iban notando más, mi marido a las 15.00 empezó ya la sesión de fotos con el fotógrafo, yo la empecé a las 16.15, que mi hermano, que fue mi padrino de bodas, hacía rato que había llegado a casa. Cuando llegó el momento de las fotos y de la entrega del ramo ya me empezaban a asomar las lágrimas, me hice la sesión de fotos y mientras tanto, ya empezó a llover, y yo pensaba, maldita la gracia.
Seguir leyendo »Cuando llegó el momento de salir de camino a la iglesia fue un poco cómico porque llovía a mares, en ese momento no podíamos poner las flores del coche, así que nos subimos todos en el coche, y en un puente pequeñito que había cerca de la iglesia paremos para poder poner las flores, íbamos bien de tiempo porque la ceremonia no empezaba hasta las 17.30.
Cuando llegué a la iglesia vi a mi futuro marido en ese momento entre la multitud de la gente, y cuando estaba ya en la puerta de la iglesia del brazo de mi padre, ya los nervios me salieron por completo, me empezaron a temblar las piernas, y yo nerviosa porque mi padre pobre no se cayera de camino al altar.
Aguanté como pude las ganas de llorar, luego después de la ceremonia salió el sol, y nos terminó haciendo una tarde preciosa sin una gota de lluvia, que hasta el cura durante la ceremonia nos dijo que la lluvia traía suerte, ya se sabe, “novia mojada, novia afortunada”.
Luego nos fuimos a hacer el reportaje de boda al laberinto de Horta, precioso por cierto, y después del reportaje ya nos fuimos a la celebración del banquete, que estaba bastante cerca de la iglesia.
Nos lo pasemos genial hasta las 02.00 de la mañana y todo salió a pedir de boca, nos salió perfecto todo, la comida estaba riquísima y todo el mundo contento, el restaurante, de lujo, es la Casa de los Navarro que se encuentra en paseo Maragall, lo digo por si alguien quisiera celebrar algún tipo de evento allí, la atención es exquisita (no se encuentra entre los proveedores de la página). La verdad que es un día mágico y que recordaremos con toda la ilusión de nuestro corazón, ¡que sin dudar volvería a repetir!
Y pese a lo tensos que se nos ve en algunas fotos, básicamente por los nervios del momento, fuimos muy muy felices y lo disfrutamos a tope como niños pequeños.
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