La boda de Nacho y Marta en Guadarrama, Madrid
Al aire libre Verano Azul 6 profesionales
N&M
01 Sep, 2017El día de nuestra boda
Desde el día que decidimos casarnos tuvimos muy claro el tipo de ceremonia que queríamos: civil y familiar. Iba a ser uno de los días más importantes de nuestra vida y sólo queríamos a nuestro lado a aquellas personas que realmente nos importa, aquellas con las que sientes que si no están a tu lado no podrás dar ese gran paso, no queríamos ningún tipo de compromiso, solo queríamos sentir amor. Queríamos que todo significara algo, no hacer nada porque fuera lo tradicional o lo que el mundo esperaba, era nuestro día y pensábamos conseguir que todo estuviera tal y como nosotros queríamos.
Una vez bien claras nuestras prioridades el siguiente reto fue comenzar con todos los preparativos, a buscar proveedores. Teníamos unos 11 meses por delante pero cuanto antes fuéramos dejando las cosas cerradas mejor, menos trabajo para la recta final.
Cuando empiezas a planear la boda, sueles meterte en Internet y ves un montón de ideas que te encantan y las quieres hacer todas, claro que al final hay que ir escogiendo y poco a poco vas modelando en tu cabeza como quieres que todo ocurra hasta que consigues crear algo diferente y muy tú, tu boda perfecta. Nosotros queríamos que todo fuera muy personalizado, que se notara que habíamos puesto cariño en todos los detalles, que nada estaba allí por casualidad, o porque era lo normal.
Seguir leyendo »Toda la papelería de la boda la hicimos nosotros, lo que nos permitió ahorrarnos un dinero. No os equivoquéis, no somos nada manitas, pero tampoco hace falta mucha habilidad para hacer algunas cosillas. Por ejemplo: Nosotros diseñamos nuestras propias invitaciones, ¿cómo? Con Word y Paint, también preparamos unos paipáis personalizados (por un lado un “horario” de lo que iba a ir ocurriendo y por el otro lado datos sobre nosotros y una pequeña mención a todas aquellas personas que nos faltaban aquel día tan importante). ¿Cómo lo hicimos? Sacamos las plantillas de internet. Hicimos lo mismo con las lágrimas de la felicidad, una plantilla en la que con Paint pudimos escribir lo que nosotros quisimos. Los pañuelos los pusimos junto con unas bolsitas de pétalos (preferimos pétalos de mentira porque no manchan y nos permitía preparar las bolsitas con mucha antelación) en unas cajitas (compradas en Aliexpress) en cada una de las sillas para que cada invitado tuviera la suya. Además, en lugar de comprar recuerdos para los invitados hicimos una donación a una ONG, y preparamos nosotros mismos unas tarjetas explicando por qué y cuánto habíamos donado. Para que tuvieran un recuerdo hicimos unas tarjetas personalizadas para cada invitado (cada uno con su dedicatoria) que colgamos con su nombre en el baile, para que cada uno encontrara la suya. Todos estos detalles nos permitieron involucrarnos todavía más en la preparación de la boda y personalizarlo tanto todo que fue algo que todos los invitados nos comentaro.
El detalle que más me gustó de toda la boda fue el árbol de huellas que escogimos, queríamos un recuerdo que pudiéramos ver todos los días, no algo que acabará en un cajón y no lo sacáramos más; por eso no queríamos un libro de dedicatorias. La aventura de encontrar el árbol de huellas es algo que tampoco se me olvidará, porque claro, como todo lo demás, ¡tenía que ser personalizado! ¿Y qué es lo que más ilusión nos hacía? Que la ilustración fuera de nuestra mascota. Nuestra conejita Tambor, que es la tercera integrante de nuestra pequeña familia y que no iba a poder estar con nosotros ese día, pero de esta forma podía estarlo de alguna manera. Buscamos mucho pero al final encontramos un proveedor que nos personalizaba el cuadro y pintaba lo que nosotros quisiéramos (y por 60 euros, ¡que no está nada mal!). Es de las cosas que más ilusión nos hacía de toda la boda.
Encontrar el vestido de novia no fue difícil, la segunda vez que salimos a mirar ¡allí estaba! ¿Lo mejor de ese momento? La compañía, ¿un consejo? Todo el mundo querrá acompañarte (bueno, más bien todas las mujeres), pero no intentes contentar a todo el mundo, rodéate de quien tú quieras, es tu momento y siempre lo vas a recordar, mejor que esté allí quien vaya a conseguir mejorar el momento, no empañártelo. ¿Otro consejo? ¡Disfrutad del vestido durante la boda! Al principio da un poco de miedo, es tan bonito (y normalmente tan caro), a ver si se va a romper, que no se arrugue, que no se manche… ¡No te lo vas a volver a poner! Es tu vestido de novia, disfrútalo, siéntelo, baila con él, salta, da igual que te lo pisen, que se manche, que se rompa un poco (yo tengo una amiga que se llevó un poco de tul de “recuerdo” en su tacón) y como nos hicimos el reportaje en unos jardines con pinos se me llenó todo el tul de pizpajillos, ¿el problema? Que las fotos eran antes de la ceremonia. Me pasé todo el viaje de vuelta quitándolos en el coche, menos mal que mi súper padrino me ayudó y para cuando llegamos estaba como nuevo.
Los días fueron pasando y lo que parecía una eternidad pasó volando hasta el día B. Y fue todo perfecto. Creo que lo más importante para poder disfrutar realmente del día de tu boda es asumir que no todo va a salir bien, la mayoría tenemos planeadas mil cosas, mil detalles para nosotros, para los invitados, para hacer que nuestro día sea único, pero son tantas cosas que no todas pueden salir bien. Concienciarse de que habrá algún percance ayuda a que cuando este llegue no se nos caiga el mundo encima. Es cierto que en mi caso los pequeños detalles que no salieron no fueron excesivamente graves. Entre tanta bolsa que había que llevarnos dejamos las toallitas para que la gente se limpiara la tinta después de poner la huella en el árbol, pero el restaurante se encargó de proporcionárnoslas (la importancia de contar con un gran grupo de profesionales que estén acostumbrados y siempre tengan un plan B); el segundo percance es que teníamos un montón de globos para lanzarlos al comienzo del baile, mis primos se tiraron 2 horas hinchándolos con helio, pero no sabemos por qué se desinflaron y se quedaron todos en el suelo y no pudimos soltarlos, ¡pero los niños disfrutaron mucho jugando con ellos durante todo el baile! En definitiva, nuestro día fue perfecto: Decidimos hacernos las fotos antes de la boda, para poder disfrutar del cóctel con todos nuestros invitados. El momento de vernos fue mágico, yo había mantenido la calma durante todo el día pero ya no pude hacerlo más, me puse a temblar al verle, 0 miedo, solo emoción, mucha emoción por haber llegado por fin ese día que los dos habíamos preparado con tanto cariño. Al ser ceremonia civil algunos de nuestros familiares nos escribieron unas cartas preciosas que nos hicieron llorar a todos, fue uno de los momentos más emotivos, yo luchaba porque no se me corriera el maquillaje. ¡No podía llorar!
La ceremonia y el cóctel fue en un jardín, un entorno precioso que conquistó a todos nuestros invitados. Además, Miravalle nos permitió poner un menú vegano y otro vegetariano para dos de nuestros invitados, haciendo que se sintieran muy cómodos y pudieran disfrutar de cada instante. La cena fue espectacular, todo exactamente igual que el día de la prueba, incluso mejor. Todos los invitados nos felicitaron tanto por la calidad como por la cantidad. Todos dijeron lo mismo, no había absolutamente nada a lo que sacarle un pero. Para el baile pudimos escoger entre el jardín donde se había llevado a cabo la ceremonia y el cóctel o una discoteca cerrada, como ese día las temperaturas bajaban un poco por la noche escogimos la discoteca, así aunque no todo el mundo bailara, los que estaban sentados no se morían de frío, y la gente podía salir fuera para tomar el aire o fumar. Además de los globos que no pudimos lanzar, una de mis primas preparó un Candy Bar monísimo, lo que nos permitió ahorrarnos un poco de dinero y como no, ¡personalizarlo! En resumen, un día mágico que ninguno olvidaremos, han pasado solo dos meses, y sigo mirando las fotos y recordándolo todo. Fue perfecto porque fue todo lo que nosotros habíamos escogido, no hubo nada que no quisiéramos que pasase y nos acompañó todo aquel que nosotros queríamos. Hacer una boda pequeña nos permitió personalizarlo todo, algo que encantó a todos los invitados. ¿Mis consejos? 1. Preparadlo todo con suficiente antelación, no penséis que porque falta mucho (normalmente se suele decidir con mínimo un año de antelación) no podéis hacer nada, id buscando los proveedores, id cogiendo ideas, etc.
2. Rodearos de proveedores en los que confiéis, normalmente no solemos ser expertos en temas de boda (fotografía, maquillaje, flores, restaurante…) y hay que delegar muchas cosas. Confiar plenamente en quién se delega, permite no agobiarse tanto y poder dedicar el tiempo a otras cosas de la boda (¡que será que no hay cosas que hacer!).
3. Haced lo que queráis, no sigáis tradiciones si no queréis, invitad a quien vosotros queráis (tanto si queréis hacedlo pequeño como si vuestra mayor ilusión es una boda de 300 personas). Tenemos la suerte de que en la actualidad ya no existen tabús con las bodas y se puede hacer casi cualquier cosa. Disfrutar de cada paso, de cada momento, incluso de los nervios porque nada vuelve. Disfrutad, disfrutad, disfrutad, ¡es lo mejor que podéis hacer!
Servicios y Profesionales de la Boda de Nacho y Marta






Otras bodas en Miravalle
Ver todas
Otras bodas en Madrid
Ver todas
Inspírate con estas bodas
Deja tu comentario