La boda de Nacho y Azahara en Riaza, Segovia
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31 Ago, 2013El día de nuestra boda
Los nervios comenzaron una semana antes, cuando empezamos a decorar la finca donde se celebró la boda. Tuvimos el valor de hacerlo todo con nuestras propias manos, desde los detalles de boda a la decoración de la finca y fue muy estresante, a la vez que reconfortante.
El día de la boda estaba bastante tranquila, me levanté pronto, di un paseo por el pueblo, fui a la hípica a retocar algunas cosillas y a ayudar a mi padre con las flores. Quedé con el novio para terminar de concretar la música, me duché, me despedí del novio y, por último acabé en la peluquería con mi madre y mi hermana para que nos peinaran. Sobre las 3 y media de la tarde ya estaba peinada, sólo me faltaba comer y maquillarme, así que mientras peinaban a mi madre me fui a casa a comer. Jugué con mis sobrinitas de 1 y 2 años que ya estaban por ahí quince minutos y volví a maquillarme. Me sentía super feliz y super guapa. Al volver a casa, aún faltaba mucho tiempo para las 18.30 (hora de la ceremonia) así que ayudé a vestir a mis sobrinas.
Seguir leyendo »Sobre las 17.00 llegó el fotógrafo y comencé a vestirme mientras él hacía fotos. Mis sobrinas jugaban alrededor y mi perro se sentía también protagonista. Cuando el fotógrafo se fue mi hermano me hizo unas fotos de andar por casa y sobre las 18.00 todo el mundo salvo mi padre partió hacia la finca. La media hora previa a la salida de casa fue eterna. Además, cuando estábamos de camino llamó el novio para decir que faltaban la mitad de los invitados, que no saliéramos, así que aparcamos el coche y esperamos 15 minutos más.
Sobre las 19.00 llegó mi coche y una versión celta de "Nella Fantasía" comenzó a sonar. Desde el coche podía ver a mi damita de honor junto a mi primo pequeño tirar pétalos, a mis damas de honor caminar por el pasillo y por fin, ¡salí del coche! Me emocioné tanto al ver a mi marido al otro lado del pasillo y a los familiares mirando que lloraba y reía a la vez. Fue un momento inolvidable.
Durante la ceremonia civil intervinieron mi madre y mi suegra, mi cuñado y la tía de mi marido y, otra vez, a llorar y reír. Al intercambiar los anillos se me olvidó hasta la frase, ¡madre mía, qué nerviosa estaba!
Al regresar de hacernos el reportaje de novios nos hicimos las fotos en el photocall Disney con los invitados. (Estas fotos las imprimimos durante la cena y se las entregamos a los invitados antes de que se fueran como recuerdo de boda junto con una pinza pintada como novios).
Más tarde cenamos de buffet libre en una pista cubierta de caballos, que decoramos con flores arizónicas, brezo, puertas rústicas y fotos de todos los invitados, las cuales se fueron proyectando durante toda la noche en la pared. Después de cenar partimos la tarta que con tanto cariño hicieron mi tía y mi prima. Bailamos y cantamos en el karaoke hasta altas horas de la madrugada.
Fue un día inolvidable y mágico, lleno de emociones y de momentos inolvidables. Sin duda, volvería a casarme con mi marido.
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