La boda de Mònica y Bruno en Arenys De Mar, Barcelona

Y así fue como a muchos meses de distancia todo tomó forma, tanta forma, que durante muchos meses, poca cosa más podíamos hacer, más que ir invitando a nuestra gente, y creando algunos DIY.

Los meses iban pasando volando y fueron llegando las últimas semanas, acabando de ultimar detalles, cerrando citas con proveedores, cerrando las mesas de invitados. Hasta que el día antes, llegaron los nervios, el no dormir, el tener que afrontar que tanto esfuerzo y tan altas expectativas podían no salir como esperábamos. Poder, podía ser... ¡Pero no fue así!

El día de la boda llegó, y todo fue perfecto. La decoración, la banda musical, la entrada de los dos a la vez con aquellas preciosas vistas al mar. La compañía de nuestra gente. Las palabras que nos dedicaron nuestros amigos y familia, y las que nos dedicamos nosotros mismos. Y después de ese momento precioso y emotivo, llegaba también la hora de celebrar, saltar y bailar. Todo acompañado de un genial aperitivo preparado por Victor Trocchi. Una llegada al banquete espectacular. Una cena inigualable. Y un baile que, sin duda, salió mucho mejor que en cualquiera de los ensayos.

Todo para poder decir ya una semana después que, sin duda, ha sido el mejor día de nuestras vidas, y que los que leáis esta entrada, preparéis ese día con toda la ilusión del mundo, porque salga o no como lo planéis, será un día espectacular.