La boda de Mónica y Alberto en Cuenca, Cuenca

La ceremonia fue preciosa, amenizada por una amiga tocando el piano y otra chica soprano con la voz. Entré con mi padre del brazo con la canción de hasta mi final (Il Divo), increíble, ¡qué de emociones juntas! y ahí estaba mi chico mirándome con carita de por fin llegaste... En las lecturas, mi hermano nos hizo llorar a mí, a mi chico (alguna lagrimilla) y a muchos de los invitados, ya que hizo una lectura preciosa sobre nosotros y sobre todo, de todos los amigos y familiares que habían acudido a nuestra boda, y de cómo estos habían formado parte de nuestra vida y nos habían hecho ser como somos ahora.

A continuación, salimos de la ermita, y fuera estaban nuestros amigos gaiteros tocándonos con toda su alegría (seguro que se arrepienten de no haber podido tirarnos arroz), y llegaron las enhorabuenas de aquí y de allí, besos, confeti, arroz... alguna foto que otra y de ahí a la finca.

Ya allí, antes de hacer la entrada al cóctel, nuestra gran fotógrafa nos hizo un reportaje muy conseguido incluso siendo de noche que nos gustó mucho, en el rincón de los recuerdos, en el sitting plan de google que hicimos, en el córner de las cervezas y quesos y cómo no, con el burrito de la finca Pipo! Qué se le va a hacer... soy veterinaria y no pude evitarlo.

La entrada al cóctel fue con Highway to the hell (AC/DC), muy a nuestro estilo, bailando, felices... ¡y muy heavy como mi chico! Ya allí picoteamos un poco (lo que nos dejaron) y entramos al banquete con la canción de Aerosmith de I Don't Want To Miss a Thing, ya más romanticones.

Durante el banquete, ¡fue un no parar de sorpresas! empezando con un coche teledirigido que llegó a los pies de mi chico y que tenía una notita que escribí yo y que decía algo así como "vale por un circuito en deportivo, espero que disfrutes tanto de este como del viaje que iniciamos juntos", luego nuestros amigos nos hicieron un flashmob del que no tenemos palabras y mi chico me hizo un vídeo con fotos de todos los años pasados juntos y claro me hinché a llorar...

Y entre tanto y tanto, la entrega de regalos que hicimos a los padres y mi hermano (álbum digital de fotos de cuando éramos peques), a mi futura cuñada (mi ramo, en señal de agradecimiento por todo el cariño y tiempo que empleó en nuestra boda, aunque también como indirecta, ¡casaros!) y a los abuelos (un marco tríptico con la foto de ellos y de nuestros padres en el día de su boda y de nuestra boda). A mi chico le hicieron una broma en el que, invitados masculinos se pintaron los labios y le besaron en toda la cara, estuvo muy gracioso. Y para tirar el ramo que hice de goma eva, fue desde un alto, con la canción de Beyonce, Single Ladies.

Y llegó el baile... ¡nuestro baile! Canción de Song of the Sun de Mike Olfield, tocada a manos de nuestros amigos los gaiteros, pero esta vez con flauta, precioso... fue un baile mezcla de vals y medieval. Después bailamos el vals de Chayanne con los padres, luego con mi hermano y cuñada y cuando menos se lo esperaban... el dj hizo un cambio como si se rallara el disco, a la canción de grease y volvíamos a ponernos en escena! gustó mucho y luego hicimos partícipes a los invitados. Y no olvidaremos a nuestros amigos, ¡que se curraron un baile los trece que nos dejaron con la boca abierta!

¡Y que el ritmo no pare! ¡el dj no nos dejó parar ni un momento! nos lo pasamos genial, baila con uno, con otro, con todos, entre tanto repones fuerzas en el Candy Bar y en la recena, hazte fotos polaroid para plasmar en el libro de firmas (confeccionado por mi cuñada) delante del photocall (diseñado por mi prima) y ... y ya.

Es un día, es el día más especial de tu vida con tu ya marido, y sobre todo con la gente que quieres, pero pasa muy rápido, demasiado... pero si te paras a pensar, es normal que sea así, porque dicen que el tiempo te pasa más rápido cuando tu mente no está pendiente del reloj y ese día sólo estás para disfrutar y sentir.

Si me tengo que quedar con algo, fue el cariño y la participación de todos nuestros amigos y familiares, que hicieron de nuestra boda su propia celebración y espero que no se les olvide nunca, porque seguro que a nosotros nos será imposible. ¡Os queremos!