La boda de Moisés y Carolina en Cádiz, Cádiz
Al aire libre Verano Naranja 10 profesionales
M&C
25 Ago, 2018El día de nuestra boda
Os voy a contar la historia de la locura más bonita de mi vida.
Todo empieza el 18/08/2017 a las 5 de la tarde (aproximadamente). Llegábamos a casa de haber comido con mis suegros y nos íbamos a poner el bañador para darnos un baño en la playa. Moi abre la puerta de casa y justo en el mueble de la entrada veo un ramo de flores precioso, que olía de maravilla e impregnaba de su aroma toda la casa. De repente se tira al suelo de rodillas, nervioso y con la voz temblorosa, y me coge de las manos. Mi perro que no entiende qué ocurre inspecciona por alrededor de Moi, olfateándolo y curioseando. Cuando se arranca a hablar yo ya estoy llorando como una niña, y en ese momento me pide perdón por no haber podido preparar algo más romántico, y me pregunta que si me quiero casar con él... Yo me arrodillo con él y lo abrazo en un mar de lágrimas, y por supuesto le digo que sí. El anillo era precioso, pero su cara de felicidad brillaba aún más.
A partir de ese momento comienza la locura. La ilusión nos invade y las emociones van en aumento por día que pasa.
Seguir leyendo »Lo primero que contratamos fue el lugar de la celebración. Lo hicimos en Dehesa de Bolaños, una hacienda andaluza preciosa, con un jardín enorme y unas vistas privilegiadas a toda la bahía de Cádiz. Lo tuvimos claro desde el principio, no vimos ningún sitio más.
Después apalabramos la Iglesia, una pequeña parroquia en el centro histórico de Cádiz, San Lorenzo. Pequeña, austera, pero preciosa (y además fue la iglesia donde se casaron mis padres el 24/08/1986, nosotros nos casábamos el 25 de agosto... Estaba escrito).
Lo siguiente fue mi vestido. Yo tenía muy claro el estilo que me gustaba y que me sentaba bien, y aunque las dependientas se empeñaban en probarme otros estilos, al final me dieron la razón, y el que mejor me sentaba era el que yo tenía en mente. Lo encontré en Pronovias y fue un flechazo a primera vista.
Allá por el mes de octubre-noviembre contratamos al fotógrafo y el videógrafo. Los encontramos en una feria de bodas que se organiza todos los años en Jerez de la Frontera, aconsejados por unos amigos que se dedican profesionalmente a estas cosas (y como eran invitados de nuestra boda no los podíamos poner a trabajar).
En diciembre encontramos al DJ y también lo dejamos apalabrado. Después de haberlo contratado, fuimos a un concierto en El Palmar (Conil de la Frontera) y vimos un grupo de música ochentera que nos encantó, "Superagente 86" y decidimos contratarlos también.
Desde entonces nos relajamos unos meses, porque todo lo importante ya estaba encargado.
A partir de abril comenzó la carrera... A finales de mes comenzamos a repartir las invitaciones de boda, que las diseñé yo y las mandé a imprimir (me quedaron muy bonitas). También encargué los detallitos de la boda, que fueron unos abanicos (que los personalicé yo misma) y unas chapas abrebotellas con imán para la nevera (estampadas con un diseño que también hice yo, con el logo de las cervezas Cruzcampo y Heineken, pero con nuestros datos).
En el mes de mayo fue Moi a buscar su chaqué. Se lo compró en ISI, una tienda de moda en Cádiz. También encargamos las alianzas (que tuvimos que mandarlas a arreglar dos veces, porque vinieron con la fecha grabada equivocada...).
En junio acompañé a mi madre a buscar la tela para su vestido y el tocado. Ella misma se hizo el vestido de mi boda, y le quedó precioso. También cosió ella el chaleco del novio... Quedó espectacular. ¡Y mis amigas me raptaron a mitad de mes para llevarme 4 días a Asturias! Un viaje inolvidable, sin duda...
En julio tuvimos la prueba del menú. Fuimos a encargar jamones para los aperitivos y dulces para la merienda en una pastelería de Cádiz que tiene unas palmeras rellenas y unos dulces espectaculares.
Ya en agosto los nervios se hacían patentes... Contratamos los autobuses para los invitados. Contratamos el coche que me llevó a la iglesia. Ultimamos detalles de decoración para la hacienda. Se llevaron a Moi de despedida dos semanas antes de la boda (él fue a Portugal).
Tres días antes de la boda recogí mi vestido en Pronovias y siempre recordaré el camino de vuelta a casa, con mi vestido enganchado en el brazo, y las miradas de la gente que paseaba y se cruzaban conmigo, que me miraban con ternura, como dándome la enhorabuena
De repente, llega el 24/08/2018, un día antes de la boda. Nos daba la sensación de que nos faltaban mil cosas por concretar, pero decidimos dejarnos llevar y confiar en la gente que nos rodeaba. Sobre las 18:30h de la tarde me llamó por teléfono mi padre, que venía a recogerme para llevarme a su casa (porque esa noche dormí en casa de mis padres). Cuando llegó, yo estaba hecha un flan, se me olvidaba el perfume, los pendientes... Pero mi padre muy sereno me ayudó con todo y me llevó sana y salva a casa para descansar, que al día siguiente nos esperaba un día lleno de emociones y teníamos que estar descansados.
Y por fin suena el despertador, las 7:30h de la mañana. Remoloneé un rato en la cama, hasta que vino mi madre nerviosa a levantarme, dándome mil besos y achuchones. Sólo me dio tiempo de ducharme y lavarme los dientes. Cuando salí del baño la peluquera y la maquilladora me esperaban en el salón. A partir de ese momento yo estaba como en una nube. Mi padre me había preparado un zumo de naranja recién exprimido. La peluquera comenzó a trabajar, y la maquilladora empezó con mi madre. Yo solo podía pensar que en unas horas estaba llegando a la iglesia y (no os lo había dicho antes...). Tenía que tocar el Canon de Pachelbell. Sí, como lo leéis, por si no estaba lo suficientemente nerviosa, decidí sorprender a Moi tocando el final del canon cuando llegara al altar.
Cuando me di cuenta eran las 11:30h, faltaba media hora para la ceremonia. Mi madre y mi hermano ya se habían ido, y sólo quedábamos en casa mi padre, el fotógrafo y yo... Era la hora de irse.
Me monté en el ascensor con una sensación muy rara, pero inmensamente feliz. Mi padre no dejaba de mirarme, emocionadísimo. Esos 4 pisos en ascensor paralizaron el tiempo dulcemente, y siempre recordaré esos 20 segundos a solas con mi padre.
Cuando salí de casa, los vecinos se agolpaban en los balcones, preparados para vernos salir (como si yo fuera la virgen de la macarena...). Mi padre no podía ir más orgulloso. El coche nos esperaba en la puerta.
Cuando llegamos a la iglesia nos esperaban los niños de los anillos, dos muñecos. Yo no podía dejar de sonreír (aunque siempre pensé que estaría hecha un mar de lágrimas). Y entonces mi padre me ofrece su brazo, al que me agarro con fuerza, como si no quisiera soltarlo nunca.
El camino hacia el altar lo recuerdo vagamente, sólo podía pensar en que tenía que tocar... Solo recuerdo a los invitados diciéndome guapa...
Llego al altar, Moi está muy emocionado y cuando me ve cogiendo mi viola no entiende nada, está confundido. Llega el momento de mi entrada y comienzo a tocar. Tenía una sensación de ingravidez, como si estuviera flotando. Ni si quiera pensaba en lo que estaba haciendo, casi como si fuera una espectadora de mi misma... No se cómo lo hice, pero salió genial, y conseguí terminar la pieza sin un fallito (aún estoy flipando).
La ceremonia se me hizo supercorta, aunque los momentos importantes los viví con mucha intensidad. Lo más bonito que he hecho en mi vida.
Después vino el reportaje de fotos y por fin el convite. Lo invitados estaban encantados, comimos superbien. El servicio excelente, impecable. Superatentos en todo momento. El DJ amenizó los aperitivos y la comida con música tipo "Mi casa es la tuya" (el programa de Bertín Osborne).
Cuando terminamos de comer, el videógrafo no puso un vídeo de lo que había pasado desde que nos estábamos vistiendo en casa hasta que nos sentamos a comer... Fue alucinante, el montaje increíble.
Y llegó la fiesta. Abrimos el baile con el baile nupcial (escogimos la canción "Ain't no mountain high enought", de Marvin Gate), y después el baile con los padres (con la canción "My girl" - The Temptations). Después de eso comenzó a tocar el grupo ochentero, "Superagente 86". Todo un acierto, lo pasamos genial, y los chicos superenrollados animando a la gente. De las mejores cosas de la boda sin duda. Después del grupo siguió la fiesta con el DJ hasta las 12 de la noche, que ya nos recogían los autobuses y se acababa el día mas mágico de mi vida.
Cuando llegamos a casa para dormir, Moi me ayudó a quitarme el vestido, todo abotonado por la espalda. Nos pusimos el pijama y nos acostamos. A la media hora de estar acostados, me llama: "Caro, ¿estás dormida?", "No puedo", le respondo, "Yo tampoco, no dejo de pensar en lo bien que lo hemos pasado hoy"... Reímos con caras de bobos....
Y ahí termina nuestra historia. Inolvidable, irrepetible, inmejorable... Nuestra historia.
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