La boda de Miguel y Lara en Aranjuez, Madrid

Nos llovió un poco y tuvieron que meter todo en la carpa para la ceremonia, pero como dicen: ‘’novia mojada, novia afortunada’’. Sinceramente, tanto estar pendiente del tiempo y de decir ‘’que no llueva que no llueva’’, y al final me dio completamente igual. Solo quería llegar, ver mi ramo, que fue mucho más bonito de lo que esperaba, ver a mi gente y como no, ¡a mi chico!

Además, quedó preciosa la ceremonia dentro. Yo creo que fue mejor que fuera así, la verdad, que todo pasa por algo.

Y entrar ver que todo el mundo te mira, te gritan lo guapísima que vas, ves a tu padre haciendo las mil y una para aguantar la emoción y a tu chico como está, a nada de que le salte la lagrimita. Que tu padre este feliz de que te cases no tiene precio, de verdad, es único.

Tuvimos una ceremonia perfecta, para mí mejor de lo que imaginé y pensé. Además, unas palabras preciosas y superemotivas de mi madre hicieron que nos saltasen las lágrimas a todos.

Cuando la ceremonia pasa te entra un relax increíble, eso sí, preparaos todas para que os pisen más de una vez el velo o el vestido jajaja.

Luego la entrada al banquete, genial, el brindis, la comida, el ¡que se besen! ¡vivan los novios!, la tarta que quedó preciosa y después ya el baile, para el que yo me cambie de vestido. Aunque algunas cosas no salieron como debían al final nos quedó genial jajaja, la gente sorprendida con nuestro baile y animando, y ya luego animando nosotros a todos a bailar. El photocall quedaba chulísimo, nos dejaban las fotos los invitados, nos firmaban nuestros corazoncitos de firmas y ya todos pasándolo genial. Yo creo que casi todo el mundo se quedó hasta el último segundo.

Mis tíos pidiendo que nos volviéramos a casar, que había estado increíble. Así que sí, todo el mundo lo pasó bien y nosotros también, ¡ya es lo mejor de lo mejor!

Eso si yo termine más afónica que nadie, pero al día siguiente como nueva.

Como experiencia y conclusión, la mejor decisión que hemos tomado, y lo pasamos en grande.

¡Un día inolvidable!

Os dejamos fotitos de nuestro día y post boda. Tuve la gran suerte de que mi ya marido se atreviese a subir a un caballo, porque yo los adoro y monto a caballo jaja. Un regalo único, para mí.