La boda de Miguel y Inés en Cangas De Narcea, Asturias
Elegantes Primavera Rojo 3 profesionales
M&I
22 Jun, 2013El día de nuestra boda
Diario de un día especial. Diario de nuestra boda. Por fin tengo un poco de tiempo para poder sentarme y describir con palabras lo que sentí el día más maravilloso de mi vida, el día que me uní a mi media naranja, al amor de mi vida, el día de nuestra boda.
Después de varios días (qué digo días, ¡semanas! lloviendo a cántaros) el 22 de junio amaneció con un día soleado y con una temperatura ideal. Las primera horas en casa de mis padres empezaron a ser frenéticas y yo, más ancha que pancha, decidí salir a la calle e ir a mi bola durante toda la mañana. Si queréis mi consejo, haced lo mismo: los nervios, igual que la gripe, se contagia enseguida jejeje.
Nos casábamos a las cinco de la tarde, así pase toda mi mañana paseando por los puestos del mercado de mi pueblo, saludando a la gente y yendo a la maquilladora y a la peluquería, pero ya os digo, como si la cosa no fuera conmigo. Es más, pasé por la floristería y vi los centros de nuestra boda y dije: “Jo, qué bonitas, ¿para dónde son?”. Y la de la tienda: “¿tú en que día vives? ¡Son para tu boda!” Jejeje. Empanada mental que tiene una.
Seguir leyendo »Lo dicho, relajadamente salí de la maquilladora sobre las cuatro y cuarto de la tarde, ya con mis fotógrafos al lado y muy, muy tranquila. Casi me paro a tomar un vermut con la gente de la boda, que ya estaba calentando motores por la zona de vinos, pero los fotógrafos me bajaron un poco de las nubes, me dijeron: “Es que… Te casas en cuarenta y cinco minutos, estás sin comer y sin vestir… Nosotros si quieres vamos contigo, pero bueno, vamos a llegar pelín tarde”.
Con toda mi pachorra y mis padres, tíos y demás ya vestidos, me puse a comer tranquilamente, y veinte minutos antes decidieron cogerme para vestirme. ¡Vaya odisea! Menos mal que uno de los fotógrafos estaba con mi hermana y conmigo en la habitación, sino no estoy vestida todavía. Mi hermana parecía que estaba tocando la pandereta. ¡Vaya nervios por dios! Ya vestida y con mi hermana y mi madre dirigiéndose a la iglesia, bajamos hacia mi impresionante coche. Es el coche que siempre hubiera querido que me llevara a la iglesia. ¡Es muy yo!
Antes de entrar no nos podíamos olvidar del primer momento emotivo del día, el ramo que le iba a entregar a mi hermana, mi dama de honor. Una réplica del mío en pequeño y que se lo entregaría a la entrada de la iglesia. Al llegar a la iglesia todas mis amigas estaban fuera. Las había amenazado con que deberían estar dentro cuando entrara, pero solo me querían ver por primera vez. Una vez que bajé del coche entraron dentro y nos quedamos solos, los fotógrafos, el vídeo, los pajes (mis cinco primos monísimos todos), mis padres y mi hermana.
Cuando le di el ramo a mi hermana fue super emocionante. Con lágrimas en los ojos me dijo algo que no puedo escribir aquí, mientras me apretaba el brazo con fuerza. Algo así como "Me c… en tu madre". Ella no es de soltar esa clase de cosas, por lo que me di cuenta de que estaba, mal no, lo siguiente. Comenzó la ceremonia con los pajes por delante, mis dos primos vestidos de blanco y rojo, y mis tres primas, que llevaban las arras y los anillos.
Mi hermana, con su flamante ramo de rosas rojas y yo del brazo de mi padre, orgullosa hija del brazo del hombre que siempre estará ahí y que me ha dado todo lo que tiene. Sonaba la canción de Il Divo, ‘Hasta mi final’. Mi idea era ir cantándola en bajito, como si se la estuviera cantando a mi chico, pero al ir mirando hacia los lados me empecé a emocionar. Fue la primera vez en todo el día y eso me dio miedo, ya que yo soy una llorona empedernida.
Cuando llegué a su lado le canté una pequeña estrofa, si mal no recuerdo fue: Hoy te demuestro cuanto te quiero, amándote hasta mi final. Y ni corta ni perezosa le pegué un beso en los labios que arrancó de la gente una risilla nerviosa. Empezó una misa que realmente fue corta. Lo primero, una buena amiga mía y un buen amigo de mi chico leyeron dos pasajes de la biblia elegidos por nosotros. Elegimos la opción de leer nosotros en el momento del matrimonio y fue algo que me resultó difícil, aunque salió a la perfección.
La boda duró escasos 20 minutos y salimos del brazo como marido y mujer. A la salida nos esperaba el pasillo de sables de los compañeros de mí ya marido. Él, al ser militar, tiene esa clase de oportunidades y la verdad es que es superbonito y elegante. Me sentí realmente como una princesa.
Miles de gritos, confeti y pétalos de rosas nos cubrieron por completo. No había momento más feliz en nuestras vidas y se notaba en que no podíamos separarnos el uno del otro, de tocarnos, abrazarnos y besarnos. Incluso nos dio por ser un poco payasos, dándonos besos de película, mordiendo su gorra de plato y besando a todo el mundo de una forma compulsiva. No lo olvidaré en la vida.
Mientras los invitados ya estaban en el cóctel, nosotros fuimos a hacernos los exteriores por la zona antigua de la villa, no sin olvidarme de llevar unas flores a mi virgen, a la que adoro. Por problemas de capacidad no pudimos realizar la ceremonia en su capilla. Cuando llegamos al restaurante me sorprendió la cantidad de gente que había, todos muy contentos, bebiendo y comiendo, haciéndose fotos en el photocall que habíamos contratado.
Todo fueron de nuevo besos, risas y palabras de agradecimiento. Nos hicimos fotos con todos y cada uno de los invitados de la boda. Unas fotos super divertidas y muy especiales gracias al buen hacer de nuestro equipo de fotógrafos. A la hora de entrar al banquete, teníamos preparado algo especial. Mi chico y yo siempre dijimos que nuestra boda era para los invitados, no para nosotros. Por eso le hice un vídeo de bienvenida con una canción que para nosotros es muy, muy especial y que da ganas de fiesta, Euphoria. Empezaba así:
¿Cómo guardar en el recuerdo un día como ayer? ¿Cómo describir esa sensación tan especial de ver a la gente que quieres en el día más bonito de nuestras vidas? Es difícil resumir un sentimiento con palabras, con gestos. Una sensación de bienestar y felicidad que nos lleva a la euforia...
Después un vídeo de nuestra vida en común, desde cuando nos conocimos hasta el día en que me pidió la mano. Todo bajo las notas de una canción que, vaya tontería, me lo recuerda cada vez que se aleja de mi por temas laborales, ‘I Don't Want to Miss A Thing’ de Aerosmith.
El banquete fue todo un éxito, la comida exquisita, el servicio inmejorable y lo mejor los invitados, que no dejaron que vitorearnos y jalearnos. En serio, es una sensación que nunca en mi vida la había tenido ya que soy muy vergonzosa y en ese día no sentí nada de vergüenza, sino mucho orgullo, Había preparado la boda con mucho cariño y estaba saliendo todo a pedir de boca.
Llegó la hora del corte de tarta y de los regalos para gente que para nosotros era muy especial. Aquí llego el gran momento del novio, quien solo tenía que dar paso a que yo fuera repartiendo los regalos al compás de una serie de canciones elegidas por los dos. Aquí nos enamoró a todos. Con dos micrófonos en mano y una verborrea digna de un locutor radiofónico fue relatando y contando lo que sentíamos por esas personas.
Primero el regalo de los padres, con la canción de Amaia Montero, ‘Te voy a decir una cosa’. A nuestras madres un reloj de pulsera y a nuestros padres unas entradas para los toros, que les encantan (yo no sé porque, pero bueno…). Pasamos al momento más emotivo, con la canción de Paula Rojo, ‘Solo tú’. En el momento en el que empezó vi a mi hermana hundirse en su silla, empezar a ponerse roja y a llorar como una posesa. Una preciosa caja de metal en la que estaba grabado: “Mi hermana, mi mejor amiga”, y un colgante con dos corazones, uno dentro del otro, en el que había una nota que decía: “Tú estás y estarás dentro de mi corazón por siempre”. Solo de volver a recordarlo se me llenaban los ojos de lágrimas.
Con esa misma canción les dimos a unos amigos de los padres de mi chico un regalo para su futuro bebé. El último regalo, y no por ello menos importante, era un cuadro con unos Playmobil de novios que regalamos a unos amigos de mi chico. Para que de una vez se decidan y nos hagan ir de boda. Fue muy divertido y emocionante con la canción de Bruno Mars, ‘Marry me’.
Lo malo de todos estos ágapes, y de que después fuéramos mesa por mesa hablando con cada uno de los invitados, fue que nos pusimos a bailar el vals a las dos de la mañana. Esto fue otro tema. Preparando el baile durante un mes y llega el momento y el dj, acorta el principio de la canción y nos perdemos en los primeros pasos, pero realmente después salió bien.
Otro consejo, si vais a hacer un baile con pasos y demás, y lleváis cola larga como la mía, por favor, que os la aten o algo porque yo acabé arremangándome la cola cual bailaora de flamenco y hala. Nuestra canción fue ‘Strangers in the night’ del gran Frank Sinatra. Colgaría el vídeo, pero me da vergüenza.
Llegó la hora de lanzar el ramo. Como yo quería preservar el gran trabajo que hizo para mí la floristería (y que era exactamente lo que yo quería, con su toque de metal), había hecho un ramo bouquet de corazones (en la web había colgado como lo había hecho). ¡Me subo en la tarima y, hala, a lanzarlo! Después y como ya os comenté, di a cada una del resto de solteras un corazón individual para que ninguna se fuera de vacío. Les encantó a todas ese detalle y todas y cada una de ellas lloro delante de mí.
Después salió la mesa con las fuentes de chocolate con frutas y gominolas. La gente seguía disfrazándose en el photocall y haciendo de las suyas. Nuestro fotógrafos se fueron a las cinco y media para casa! Más de cinco mil quinientas fotos y una sonrisa de oreja a oreja. ¡No nos equivocamos a contratarlos, de verdad CM Producciones son geniales! Todo era baile, alegría y copas. No vi a nadie sentado ni nadie con mala cara, todos se lo estaban pasando genial. Hablé con gente que nunca había hablado, me lo pasé bien no, lo siguiente. Cerramos la puerta del banquete a las siete y media de la mañana y todavía estuvimos de cháchara en el jardín del restaurante hasta que no pudimos más.
Todas estas palabras espero que hayan reflejado este gran día para nosotros. Todavía hoy recordándolo se nos pone una sonrisa de bobalicones en la cara que no podemos con ella. Estamos super orgullosos de nuestra boda, super orgullosos de las personas que estaban en ella, ya que, a fin de cuentas, son los que querían estar y son los que realmente te quieren, salvo fuerzas mayores que entendimos de corazón.
Solo espero que, con mi crónica, a alguna de vosotras se os haya alegrado el corazón y que sepáis que puede salir algo mal, que puede, nadie es perfecto, pero todo lo malo que pueda pasar se compensa con todo lo bueno que vais a vivir. Feliz día a todas y que todos los días sean por lo menos una cuarta parte de cómo fue ese día para nosotros.
P.D: Si alguno/a habéis leído hasta el final, enhorabuena, que cuando me pongo a escribir, me pongo… Aunque sí que es verdad que escribiéndolo todo, cuando pase el tiempo y las cosas se vayan olvidando, siempre tendré un pequeño diario de nuestro día aquí.
Servicios y Profesionales de la Boda de Miguel y Inés

Otros Proveedores
Otras bodas en Asturias
Ver todas

La Quinta del Ynfanzón

CoolRooms Palacio de Luces

Palacio Conde Toreno
Inspírate con estas bodas
1 comentario
Deja tu comentario