La boda de Miguel y Elena en Zamora, Zamora
Al aire libre Primavera Verde 1 profesionales
M&E
11 Jun, 2016El día de nuestra boda
Y... ¡llegó! Llegó ese día que tanto habíamos soñado y esperado. Fue mágico, increíble, inmejorable, y eso solo pasa cuando hay detrás dos cómplices, dos enamorados, y un equipo magnífico que te hace los sueños, realidad. Los cómplices somos nosotros, el equipo son ellos: el Hotel Rey Don Sancho y los Jardines del Rey, en Zamora. ¡Pídeles el cielo, que te lo consiguen, y así fue!
El día comenzó con un sol radiante en Zamora, y después de una noche dando vueltas y dormir poco, llegó el gran día. Nervios de por la mañana que desaparecieron cuando en tu peluquería te reciben con una gran sorpresa (una mesa de chuches y de champan), rodeada de lo mejor. Horas de preparación que culminan con un peinado y un maquillaje de 10, gracias a Reyes, Isa y Paula. Gran equipo, mejores personas.
Y, corriendo a casa a ponerte ese vestido que tanto has soñado, y tanta ilusión te hace. Me vestí en una casa, que para mí, siempre será la más especial del mundo, la casa de mis abuelos del pueblo, donde he pasado los mejores años de mi vida. No había duda, de ahí quería salir agarrada del brazo de mi padre, y subir a la plaza del pueblo, esa plaza, ese pueblo, ese lugar que solo me ha dado alegrías, ilusiones, felicidad, mi escenario perfecto, para mí y para él. No había dudas, tenía que ser ahí.
Seguir leyendo »Me ayudaron a vestirme mi madre y mi tía (mi segunda madre), la verdad que estaban bastante nerviosas, y hasta que no llegó Noe (la fotógrafa, para que me entendáis, para nosotros, nuestra amiga), no dieron "abrochado" el vestido. Fueron momentos muy intensos, muy bonitos, inolvidables. Estar en el corral de la casa de mis abuelos con mi familia (donde tantos momentos he vivido), con ellos… ¡estaba realmente emocionada! Pero también tenía tiempo para estar con mis "colegas", preguntar a Dani y Noe (los fotógrafos), como estaba él, y me acuerdo de la respuesta de Noe: "Elena, esta guapísimo y con muchas ganas de verte". Qué ganas tenía de llegar a la Iglesia, la de nuestro pueblo, de verle
El camino a la Iglesia lo hice andando del brazo de mi padre, realmente emocionado, delante llevaba a mis dos "pajitos", mis dos amores, mis niños preferidos, no podían ser otros, ellos… son mi debilidad, mi primo y mi sobrino, estaban guapísimos. Todos camino de la plaza del pueblo.
El momento de entrada a la Iglesia lo recuerdo de los más emotivos, significaba mucho para nosotros, pero no me esperaba a todo el pueblo, y mucho menos, me esperaba ese aplauso interminable que me hizo llorar. Y al final del todo, estaba él, guapísimo es poco, No pude dejar de mirarle.
La ceremonia fue preciosa, teníamos un coro que ponía los pelos de punta, gracias Cristina, no habido una voz como la tuya, una Iglesia decorada como nunca lo estuvo, gracias a Montse. Y todo salió redondo, con sorpresa incluida, habló "la vela de nuestra boda".
La salida fue preciosa, una plaza llena de gente tirando arroz y pétalos, con una gran traca de 150 metros que nos dejó alucinados y rodeados de nuestra gente.
La celebración fue en los Jardines del Rey (Zamora), qué escenario, qué preciosidad de sitio, qué maravilla de lugar, nos quedaríamos cortos para describir el sitio. Brillaban con luz propia, con toda nuestra decoración: nuestro mural "Te volvería a decir sí un millón de veces más", nuestro mago para animar el cóctel, nuestro gran hinchable para los más peques, nuestro "seating plan" de macetas que enamoró, nuestras señales indicativas, nuestras letras gigantes, nuestros "salvatacones" para que no te quedes pisado, nuestras chapas divertidas, nuestro árbol de los deseos, y de fondo un grupo de jazz llamado Funkele, que encantó. Menudo cóctel. Las tapas riquísimas, el "Wine of fire" que impresionó. La gente disfrutaba, pero más aún cuando gracias a Lia Corax (Noelia para los amigos), nos ayudó para hacer uno de los regalos más especiales de la noche. Un águila real que volaba por los jardines para entregar un regalo muy, pero que muy especial.
La entrada a esa preciosa, maravillosa y gran carpa de los Jardines del Rey, donde disfrutaríamos de una cena riquísima, fue emocionante, ahí le esperaba una sorpresa al novio, que emocionó a todo el mundo. Un pequeño libro escrito de mi puño y letra donde contábamos nuestra historia. Fue un momento realmente emocionante.
En las mesas habíamos colocado una cámara de fotos, para no perdernos ningún detalle de cada mesa, también habíamos dejado en un tronco de madera una tarjeta firmada y personalizada para cada uno de los invitados, que encantó y sorprendió a mucha gente. Luego hubo regalos personalizados en algún sitio, en concreto donde se sentaban los hermanos, que ahí dejamos algo más íntimo.
Durante la cena hubo muchos momentos, la gente disfrutaba con la cena, la manera de entrar los camareros al son de la música a servir los platos, estaba todo más que perfecto gracias a este equipo de profesionales. Entregamos un ramo a nuestras madres durante la cena y un regalo a los padres por todo lo que nos han ayudado durante este largo camino. Entregué mi ramo a una persona muy especial para mí, durante la cena. Y luego volvió a sorprendernos Lia Corax con un baile de lechuza que impresionó.
La entrega de regalos fue un momento muy emotivo también, y es que además de la entrega de un vino por parte del padrino y una cajita de bombones con la fachada de la Iglesia de nuestro pueblo en la tapa, por parte de la madrina, nosotros aprovechamos para entregar los alfileres para las mujeres con un mensaje especial en ellos, y una nariz roja, símbolo de agradecimiento por la donación que realizamos a una asociación dirigida a niños hospitalizados.
Ese momento también se aprovechó para dirigirnos a una persona que tanto, repito, que tanto, nos ha ayudado en preparar y hacer la boda de nuestros sueños. No tenemos palabras de agradecimiento hacia ella, se queda corto todo lo que digamos....cada llamada, cada charla, cada confesión, cada secreto, gracias a Ana, sin duda, todo lo que os estoy contando se hizo realidad, gracias a ella. Trabajar con ella es un lujazo, y más cuando se convierte en una amiga, en alguien en quien confías al 100%, y en ese día en el que tantos nervios pasas, ella está ahí y te da esa tranquilidad que necesitas. Enormemente agradecidos, Ana. Te merecías eso y más.
Después de la cena, aún quedaba una sorpresa que iluminó el cielo de Zamora esa noche, y es que unos fuegos artificiales preciosos fueron testigos de nuestra celebración. Encantó.
Luego quisimos poner un video dando las gracias a toda la gente que nos había acompañado ese día, algo que dejo caer más que una otra lágrima, para llegar a un momento tan esperado como el baile nupcial.....que dejó boquiabierto a más de uno, y es que a día de hoy, me preguntan si hemos ido a clase de baile. Pues.....NO. Cogimos nuestra canción "Still loving you" de Scorpions, y ya sorprendió como canción para el baile y más cuando haces una coreografía que es sorprendente, y es lo que queríamos. Invitados aún me dicen que intentaron coger el movil para grabarnos y se quedaron paralizdos y no pudieron.
Y con eso, comenzó la barra libre, gracias a nuestro DJ Oscar, hubo una música fantástica, y a esto se le unió la presencia de un violinista eléctrico, Pablo Prieto, un profesional y amigo también, que dejó a los invitados encantados. Causó sensación. Todo esto, sin olvidarnos de un photocall diseñado por nuestros amigos Dani y Noe que disfrutaron y dejaron momentos divertidísimos de la noche y una gran recena que consistía en una fondeu de chocolate con frutas y gominolas para chuparse los dedos.
Fue la boda que siempre soñamos, y que poco a poco fuimos construyendo. Salió perfecta y estamos enormemente agradecidos a todas las personas que formaron parte de ella. Gracias.
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