La boda de Miguel Ángel y Laura en Carmona, Sevilla
De noche Otoño Azul 13 profesionales
M&L
12 Oct, 2019El día de nuestra boda
Buenas a todo/as.
Sé que ha pasado como mes y medio, pero ya que hemos vuelto a la rutina, os puedo contar cómo fue el gran día. A ver, por dónde empezar...
Comenzaré por la noche anterior al gran día. Tuvimos una cena familiar, padres, hermanos y mis tíos que vinieron del extranjero. Fue una velada superbonita, brindaron por nosotros, y mi cuñada junto con su marido y nuestra preciosa sobrina, nos hicieron un regalo. Mi cuñada nos dijo unas palabras preciosas y el regalo fue superespecial, nos hicieron un álbum de fotos a la antigua usanza con fotos de nuestras familias y nuestra historia juntos hasta el día de la boda.
Así amaneció el gran día. Me desperté y fui a por el ramo y los pétalos que tirarían a la salida de la iglesia. Preparamos las maletas mi madre y hermana y nos fuimos al hotel donde me prepararía. Comimos algo y llegaron la peluquera y maquilladora y comenzó la transformación. Conmigo se vistieron mi hermana, mi cuñada y la peque, además de mi madre. Mientras nos íbamos turnando en la peluquería y maquillaje, preparamos las bolsitas con los pétalos para la iglesia. En todo ese proceso estaba bastante tranquila, escuchando música y pasando un buen rato.
Seguir leyendo »Haré un inciso y mencionaré lo que mi ahora marido hizo esa mañana. Fue a la iglesia para recoger de la florista los adornos para su coche, y tras colocarlos, fue al peluquero para que le repasara y peinara. Después y hasta que llegó el fotógrafo, comió y se vistió. El fotógrafo le sacó sus fotos arreglándose y con su familia, y de allí vino a sacarme las fotos a mí.
Volviendo a donde estábamos nosotras, tras peinarnos y maquillarnos, llegó el fotógrafo que sacó varias fotos de los adornos y demás, y mi hermana me ayudó con el vestido, mi madre con el velo y mi padre con la pulsera que me puse, regalo del novio. Y ahí fue cuando empecé a sentir nervios, cuando vi que la preparación ya estaba terminada y tocaba esperar para ir a la iglesia. Cuando bajamos, ya se habían ido las demás y el fotógrafo, solo quedando mi padre y yo, y allí estaba el chófer esperándonos. Y salimos camino al altar.
Cuando llegamos a la iglesia, mi hermana, cuñada y mi preciosa sobrina estaban esperándonos en la puerta junto al cura y me ayudaron a colocarme la cola y el velo. Agarré a mi padre del brazo y nos dirigimos juntos al altar al son de mi pieza favorita de música clásica, Canon de Pachelbel. Ese paseíllo hasta el altar fue largo, pero cuando vi a mi ahora marido ahí esperándome, guapo como nunca antes y emocionado (tenía los ojillos llorosos), respiré hondo y todo se me pasó, ya solo sentía una felicidad inmensa.
Tras la ceremonia, nos fuimos a hacer más fotos, las cuales ya hemos visto, aunque aun no las tenemos terminadas. Fuimos por Carmona, la Puerta de Córdoba, el Parador y la Puerta de Sevilla. Y de allí al convite. Cuando llegamos, todos nos recibieron con aplausos y todos querían saludar, así que fuimos grupo por grupo saludando y sacándonos fotos con algunos.
Tengo que mencionar que el catering fue magnífico y no solo por la calidad de la comida, que fue de lo mejor, sino por su equipo de camareros; nos buscaban a los novios para ofrecernos de comer antes que a nadie para asegurarnos que comíamos, y fueron superatentos.
De los aperitivos pasamos al salón, donde, tras entrar y sentarse los invitados, entramos nosotros con la canción de Alejandro Sanz y Marc Anthony "Deja que te bese". Todos levantaron sus servilletas al ritmo de la música mientras brindamos y nos sentamos en nuestra mesa.
La cena transcurrió tranquila; la comida, maravillosa; y cuando llegó el postre, mi hermana y el mejor amigo de Migue nos dedicaron unas palabras que nos emocionaron mucho. Tras las bellas palabras, les entregamos a nuestros padres un regalo de agradecimiento, y tras todo eso, llegó el momento del corte de tarta. La tarta, he de decir que dejamos que nos sorprendieran con diseño y sabor, y madre mía, creo que si la llegamos a elegir, no nos hubiera gustado tanto, seguro.
Y de ahí, la barra libre comenzó. Nos prepararon un vídeo las familias y amigos en el que nos dedicaban bonitas palabras y tras esas risas, llegó el momento del baile nupcial. Estábamos los dos nerviosos, ninguno de los dos somos precisamente bailarines, pero lo conseguimos sin hacer demasiado el ridículo. Bailamos con la canción de "Perfect" de Ed Sheeran y Beyoncé, y preparamos una sorpresa para el baile con mi padre. Él es cubano, y aunque yo no tengo ni idea de bailar salsa, él sí sabe, y elegí una para hacerlo más especial. Lo que hicimos fue que a mitad de Perfect, Migue sacó a mi padre para que siguiera el baile conmigo, y tras unos segundos, la canción cambió a una salsa dedicada a los padres; ahí sí hice más el ridículo, pero no me importó.
Y ya el resto fueron risas, bailes y cubatas. Lo pasamos de lujo, bailamos como nunca antes, los amigos de Migue me sacaban a bailar, y mis amigas a él. Fue muy divertido.
Haciendo una reflexión, creo que lo que más me gustó fue ver la cara de orgullo de mis padres; ellos están divorciados hace muchos años, casi toda mi vida, y aunque nunca se han llevado mal, gracias a Dios, esa noche los vi más unidos que nunca y eso me hizo sentir superbien. Pues eso, ese fue nuestro día, no sé si se ha hecho muy pesado leer, pero aunque pasó sumamente rápido, me acuerdo de cada detalle como si hubiese sido ayer. Gracias.
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