La boda de Miguel Ángel y Elisabeth en Chipiona, Cádiz

El día de nuestra boda

Un día mágico y lleno de nervios. Fue todo como lo planeamos, una ceremonia donde todos nuestros familiares participaron con canciones, poesías y ritos (de la arena). Muchas cosas que nos preocupaban muchísimo en la preparación luego son insignificantes. Hubo detalles que ni siquiera se usaron, como los paipáis para el calor (increíble, pero en Cádiz a mediados de junio hacía frío). Nos preocupamos muchísimo por unos adornos que íbamos a colocar en cada copa, pero a día de hoy seguimos sin saber dónde están jajaja.

La verdad es que hubo un habiente perfecto, mi marido estaba radiante mientras me esperaba en el altar con sus ojos llenos de lágrimas. Las damas y caballeros hicieron una entrada impresionante todos bailando y disfrutando. Mientras que las damitas correteaban por el pasillo con sus globos que anunciaban la llegada de la novia. Cuando pasé por la alfombra mientras mi amiga cantaba, yo iba mirando a todos los que allí estaban, mis familiares, que no veía de hacía tiempo, mis amigos del instituto, etc. Estaban todos guapísimos con sus sonrisas y lágrimas al verme de la mano de mi padre.