La boda de Miguel y Alba en Navalagamella, Madrid

Algo que también teníamos muy claro desde el principio es que no queríamos fotos muy estipuladas, queríamos naturalidad y poder disfrutar de nuestra boda sin tener que irnos a hacernos fotos 1 hora. Y Lucía Garco cumplió las expectativas.

En la boda había detalles muy personales, las invitaciones las hicimos nosotros mismos, para los regalos de los invitados nos ayudó a hacerlos un primo y el vestido me lo hizo mi tío.

Ana de Cerezas de Colores le puso el toque mágico a la finca, nos ayudó con los detalles, las flores, prendidos, mi ramo y los regalos de las cajas de flores. Un acierto total.

Como decía antes, justo el día de la boda había una ola de calor, ahí agradecí hacer contratado a Sara Novias, porque a pesar del calor, el maquillaje y el peinado aguantaron como si nada. ¡Qué acierto!

En el baile la familia nos hizo un vídeo muy emotivo y después empezó el baile y el fotomatón con Ohlala, fue divertidísimo.

Ahora después de unos meses de la boda no paramos de decir que si tuviéramos dinero nos casaríamos de nuevo pero que haríamos una boda más larga, fue tan divertida, disfrutamos tanto, que se nos hizo corta, cuando llegaron las 6 no nos lo podíamos creer, ya se había acabado el día.