La boda de Marta Vilalta Andrés y Gerard Rosell Balada en Orista, Barcelona

Mientras nos hacíamos cuatro fotos por los alrededores de la masía, escuchábamos de fondo a Pep Poblet tocando su saxo. La novia me pedía que no podía aguantar más, que quería saludar a la gente, ya que aún no había tenido la oportunidad como la tuve yo antes de la ceremonia. Una vez entramos en el aperitivo, empezó la fiesta con los amigos: fotos, cerveza, buena comida, risas, abrazos... Perfecto para sacarnos los nervios de encima y disfrutar.

¡Luego entramos en el comedor, el cual era en el exterior, con una decoración sencilla pero muy personal, tal y como la habíamos proyectado! A la gente le encantó recibir los detalles en la mesa, la decoración y la iluminación del espacio. Una vez sentados, comenzamos a deleitar los 5 platos de degustación del catering 21demarzo, el cual la gente pudo repetir de aquellos que gustaron más. Los amigos nos sorprendieron con un baile sorpresa en medio de la cena, en el que hicieron levantarnos de la silla a todos y acabamos bailando el “I will survive” con altas dosis de alegría. Luego hicimos entregas a abuelos, padres y amigos y acabamos con un buffet de postres alucinante.

Para acabar, bailamos rodeados de bengalas que nuestros familiares y amigos que iluminaban el porche preparado para la ocasión. Empezamos el baile y el fotomatón, en donde en varios momentos nos hicieron recordar que éramos los protagonistas del día.

Sin duda, la combinación de buenos proveedores, los espacios de la masía y la gente que vino dispuesta a disfrutar al máximo, hizo que tuviéramos un día perfecto, cumpliendo sobradamente nuestras expectativas.