La boda de Marta y Borja en Salinas, Asturias

Estaba super nerviosa porque el ramo no me llegaba, llamé mil veces y me tranquilizaban, por fin a las 16:30 llego mi ramo, ¡era precioso! Pando captó desde el primer momento lo que quería.

Nada más llegar el ramo me subí a vestir. Con tanta gente en la casa fue un caos, pero mi hermana mayor me ayudo a vestirme. A las 17:00 llegó el fotógrafo, ahí es cuando empecé a ponerme realmente nerviosa…Nos hizo unas fotos geniales en el jardin de la casa.

¡Por fin llegaron las 18:00 y no llovía! Alquilamos un Citroën 11 precioso que me llevo a mí y a mi padre hasta la Iglesia, ¡era todo como yo soñaba!

Al entrar en la iglesia como había soñado tantas veces ese momento, no lloré mucho, en cambio Borja se emocionó mucho al verme. Él estaba guapísimo con un chaqué que se hizo para la ocasión. Fue una ceremonia muy bonita y emotiva.

Al acabar la misa fuimos a hacernos las fotos donde celebramos el banquete, el Palacio de la Concepción en Gijón. Es un sitio espectacular, desde que Borja y yo lo vimos teníamos super claro que sería ahí nuestra boda.

Teníamos preparados para los niños unas bolsitas con cositas para ellos dentro. Nuestro mesero eran acuarelas de sitios en los que habíamos estado juntos de viaje. Nuestra mesa era Brujas, ¡ya que allí es donde Borja me pidió matrimonio!!

Lo pasamos genial, nuestro catering Deloya fue espectacular la comida, todo el mundo quedo encantado.

Durante la cena dimos unos regalos especiales, a la abuela de Borja que es muy especial para él y a nuestros padres. Y luego dimos una hucha hecha por nosotros a los siguientes que se tenían que casar… el ramo se lo di a mi hermana mayor que es la hermana que me queda soltera y fue muy bonito, ya que durante muchos meses me decía que ni se me ocurriese darle el ramo…

Ya llegó el baile, elegimos la canción de Ed Sheeran, ensayamos el baile unos cuantos días, pero a mí me salió fatal, entre el vestido, los tacones y los nervios…

Luego pasamos a la barra libre, donde preparamos un fotomatón y una mesa de dulces... Y para la recena, ¡Pedimos hamburguesas del Mcdonalds! Todo el mundo se quedó alucinado, ¡pero no sobró ninguna!

Fue sin duda el día más feliz de mi vida, me encantaría casarme unas y mil veces más, ¡pero siempre con Borja!

A pesar de los nervios porque todo saliera como queríamos, todo salió genial y nos lo pasamos super bien.