La boda de Marta y Albert en Torredembarra, Tarragona
Azul 2 profesionales
M&A
31 Ago, 2013El día de nuestra boda
Para mí todo empezó la noche antes ya que fue el único día que me entraron los nervios, y ¡qué nervios! Sobre las 22:30 me tomé un lexatin ya que estaba atacada y a las 23:30 más o menos me disponía a dormir, cosa que no pude hacer hasta las 02:00 de la madrugada aproximadamente pese haberme tomado el lexatin.
Al día siguiente sonó la alarma a las 06:45 -dormí en casa de mi prima-, nos levantamos las dos, pero lo primero que hice fue mirar por la ventana... Lucía un sol espectacular, una duchita y a recoger a mi suegra y después a mi madre para ir a la peluquería. En la “pelu” ya estaba algo más tranquila, salí súper tarde, a las 10:45, ya que el fotógrafo venía a las 11:00 y yo todavía sin maquillar -me maquillaba yo e iba a tardar más por querer que fuera perfecto-. Cuando, por fin, pude vestirme, estaba atacada, no había quien me aguantara de la mala leche que tenía encima, estos nervios que nos juegan malas pasadas.
Después de hacerme unas cuantas fotos, que encima estaba sudada como un “gorrinillo”, por fin fuimos al salón a que mi primo (mi padrino), el pobre que llevaba fuera esperando cerca de 1 hora, pudo entrar a hacerme la entrega del ramo y a leerme el poema que me escribió, por supuesto, llorera total... Bueno por fin había llegado el coche que alquilamos, un Cadillac Fleetwood de 1954 en color rosa, empezamos a desfilar todos... Cuando nos dirigíamos hacia la iglesia por el pueblo con ese coche, era un espectáculo, yo estaba alucinando, era ¡todo de ensueño! y justo llegamos a la puerta de la iglesia y ahí estaba el novio, en la puerta todavía, ¡esperando entrar! ¡Que susto, casi me ve! Menos mal que estaba de espaldas preparado para entrar. Le tuve que chillar al chofer para que avanzara para adelante, ¡madre mía! Total que, cuando pudimos, ya salimos y me dispuse a entrar, me agarré del brazo de mi padrino y él me dijo: ¿vamos? Y ahí empezó ¡el día más precioso de toda mi vida!
Seguir leyendo »De camino al altar, estaba en una nube, miraba a todo el mundo pero no veía nada y luego le vi a él, lo más bonito de mi vida, el hombre más bueno del mundo y más guapo ¡estaba esperándome! En cuanto me senté en el banco, se me quitaron todos los nervios, fue ipso facto. La ceremonia fue algo personalizada, nos casó el Pater del cuartel de mi marido ya que él es militar, vino desde Madrid a casarnos a Tarragona, todo un detalle por su parte. Estuvo todo genial hasta que ya termino y después de las firmas y todo ya íbamos a salir…
Nos esperaba algo de lo más bonito de la boda: el pasillo militar. Ver a todos esos chicos guapos con su uniforme haciéndonos el pasillo de espadas fue espectacular, la gente del pueblo flipando ya que ahí no se había dado nunca el caso de una boda militar, fue precioso. Después de darnos besos y besos con todo el mundo nos fuimos a hacer el reportaje -cosa que para los dos era un coñazo-, yo lo que quería era irme con mis amigos a disfrutar al aperitivo y mi marido tres cuartos de lo mismo, pero bueno, había que hacerlo ya que luego es bonito tener ese recuerdo. Llegamos al banquete más secos que la mojama, no me gusta el cava y me bebí ¡un vaso de agua! A partir de ahí ya comenzaba la fiesta, el disfrutar a tope y así fue, sorpresa tras sorpresa, hasta el momento del baile, tan preocupados que estábamos y al final tanto ensayo resultó fructuoso. La barra libre terminó sobre las 22:30, subimos al autobús y dirección Salou ¡a continuar la fiesta!
Qué rápido pasó todo, pero ¡qué bonito fue! Si fuera millonaria, ¡me casaba todos los años! La verdad que todo el mundo quedó contento con la comida y con todo, me dijeron que fue una boda preciosa y así lo sentimos nosotros también.
Otros Proveedores
Otras bodas en Tarragona
Ver todas

Clos Barenys - L'Orangerie

Fortí del Rourell

Fortí del Rourell
Inspírate con estas bodas
8 comentarios
Deja tu comentario