La boda de Marín y Patri en Plasencia, Cáceres

El día de nuestra boda

Hola, chicos. Pues ahí mi va crónica, atípica, imagino. Cómo la vida.

Fue a las 19,09 horas. Por la mañana me aburrí mucho hasta que vino la peluquera a las 15,00 horas. A partir de ahí, ya empezó la diversión. Vinieron amigas y familia a la habitación a tomarse unos vinitos y ya estuve entretenida hasta que me vinieron a buscar para ir caminando al lugar de la ceremonia. Entre tanto, mi niño, que fue el padrino, aburridito de por qué no íbamos con la gente abajo jajaja.

Todo mi miedo era ir caminando hacia el altar, pues no sé cómo, pero como si fuese a la compra cualquier día, muy tranquila. Allí ya estaba mi pareja esperándome, guapo a más no poder, llorando y emocionado como pocas veces le he visto. La ceremonia fue cortísima y hubo algún descuido, como que no llevamos boli para firmar ninguno, pero sin más, cosas del directo.

A partir de ahí todo pasó volando, la cena fue rapidísima y el momento regalos. En general es que fue todo impresionante, ni hubo ningún problema. Hicimos un baile con amigos y la emoción nos pudo (y el vino también) así que salió entre bien e improvisado jajaja. Lo único, la pena de perderme algunos momentos y no disfrutarla más; o sea, como sintiéndola más. Mi pareja dio el 200% y yo solo hacia que mirar a la gente y ver lo bien que se lo estaban pasando, así que lo disfruté, pero hubo un rato que de otra forma, solemente viéndoles bailar y reírse. Con todo eso, me volvería a casar mañana mismo.