La boda de María José y Juan Carlos en Castelló/castellón De La Plana, Castellón
De noche Verano Fucsia 4 profesionales
M&J
03 Ago, 2013El día de nuestra boda
El día de nuestra boda fue el sábado 3 de agosto. Lo cierto es que esa semana fue frenética, pero a pesar de todo yo me sentía muy tranquila e ilusionada pero me propuse que no quería que los nervios condicionasen la emoción de los preparativos y del propio día de la boda.
La noche anterior a la boda, mis suegros, que viven en un chalet, nos dejaron su casa para hacer una cena con nuestros amigos, de mi marido y míos, concretamente ambas partes se conocieron esa noche y la cosa resultó muy bien. Aprovechamos esa noche para enseñarles un vídeo que habíamos hecho con las imágenes que grabaron unos amigos, cuando nos hicieron la sesión de fotos de la pre-boda.
Mis amigas me regalaron una “liga”, que hemos ido heredando de amiga en amiga y así hasta que todas estemos casadas. Me hizo mucha ilusión, así como un abanico bordado en blanco crudo y encaje que me regaló otra de mis mejores amigas, y al que le di mucho uso por el calor….
Después mi prometido me dejó en casa de mi abuela donde pasé la noche. Es curioso porque nos recordó a nuestra primera cita que también me dejó en casa de mi abuela y yo me puse el mismo vestido (cuatro años después seguía decente). La cosa es que la casa de mis padres estaba ya preparada para la boda, de modo que mi habitación estaba llena de trastos y en casa de mi abuela hay habitaciones de sobra para poder descansar.
Seguir leyendo »El día “B”
La mañana de la boda me levanté a las nueve de la mañana ( la boda era a las ocho de la tarde). Sin embargo me desperté sorprendida por los truenos que escuchaba desde la cama. ¡No me lo podía creer! Todos los días un sol de justicia ¡y llega la boda y tenemos tormenta? Me disgustó mucho que hiciese ese tiempo, pero ya no podía hacer nada… solo tener paciencia y resignarme. Lo que sucede es que la ceremonia tenía que celebrarse en una ermita en medio de los huertos de naranjos y el banquete era en un restaurante llamado Jardines de K’sim (cuyo mayor atractivo son los jardines) y claro la lluvia jugaba un papel importante en todo eso…
Fui a la peluquería, después de haber pasado por una tienda a comprarme un paraguas bonito, a conjunto con mis zapatos (azul Klein) por si tenía que tener protagonismo que, al menos, fuese un paraguas bonito. Sin embargo al salir de la peluquería casi a las dos de la tarde, ya parecía que el tiempo empezaba a dar una tregua. Llegué a casa contenta por el resultado del peinado, pero cansada de la tensión acumulada por la lluvia, de modo que me acosté un poco a dormir algo de siesta. Al rato vino una amiga de la familia, que también es maquilladora profesional y ha trabajado durante muchos años para la firma MAC, Mayte Fernández. Nos maquilló a mi madre y a mí y poco a poco fue saliendo el sol. Yo ya pude comer algo (mi plato preferido, canelones) y vi como las cosas se fueron arreglando.
De momento empezó a llegar gente a mi casa, familiares, amigos incluso los vecinos de mi calle estaban emocionados con el evento.
Mis padres me ayudaron a vestirme y sin darme cuenta ya tenía a más de una veintena de personas en mi casa.
Como ya imaginaba que vendría gente a casa, preparé en la entrada (en la planta baja) un candy bar, con galletas elaboradas por la empresa castellonense Amelie, macarons, así como cupcakes y golosinas varias. Mientras, mi tío iba ofreciendo una copa de cava para todas las personas que iban llegando, así también mientras me hacían las fotos, iban ya ambientándose un poco.
Rápidamente la sesión finalizó y llegó el momento de subir en el coche, un Mercedes propiedad del padre de una compañera de trabajo de mi marido y amiga nuestra (él se dedica al transporte privado, es un taxi de lujo). Fue su regalo de boda y lo cierto es que además a la decoración floral que elegí, también añadió unas cintas que ya lo dejaron precioso.
La ceremonia
Llegué con retraso, como manda la tradición y los fotógrafos (Binari: Jose y Alejandro Reula, que me pidieron que les diese tiempo para prepararlo todo) y llegué a la ermita de Santa Bárbara de Burriana con más de diez minutos de retraso. El sol estaba fuera, la luz era preciosa y la verdad es que la ermita estaba radiante y llena de gente.
En la ermita pusimos misales (dos tipos), unos más grandes y de textura “acuarelo” (como cartulina rugosa) con un lazo azul, para la gente que tenía que leer y el resto era más pequeño en forma de libro con lazo blanco. Los misales los elaboramos nosotros y pusimos una de las fotos de la pre boda. La impresión de los acuarelo fue de Lafuentesl.
También pusimos para la gente unos paipay en color azul y blanco, de la misma forma que toda la decoración de la ermita en tonos azul klein y blanco, con hortensias. La floristería, Ana y Jesús lo hizo precioso y consiguió una moqueta también en el mismo tono de azul, el mismo que mis zapatos, el modelo Hangisi de Manolo Blahnik.
La ceremonia fue en valenciano y el sacerdote era un salesiano amigo nuestro que consiguió hacer una eucaristía muy bonita y amena. Nuestros familiares y amigos participaron de forma muy activa en la ceremonia.
La música corrió a cargo de un cuarteto burrianense que contratamos en la escuela musical de Adagios. Gracias a Carlos Valero (Director de la Coral Borrianenca) y a su esposa Fuen Escribá por preparar un repertorio tan bonito y organizar un cuarteto con tanto talento. (Como nota, apuntar que no sonó en ningún momento la marcha nupcial. No nos gusta mucho y la música quedó perfecta y muy elegante).
El paje fue el hijo de una de mis mejores amigas y testigo, que con solo tres años lo hizo perfecto. Fue con un pantalón blanco y camisa blanca de lino y un fajín en raso del mismo color azul. Las alianzas iban anudadas con un lazo azul al libro antiguo de “La vida es sueño”.
El banquete
Posteriormente muchos familiares y amigos tomaron el autobús que contratamos y todos nos dirigimos al restaurante, ubicado en Benicasim, se llama Jardines de K’sim.
Debo destacar que es la empresa Eventur, la que se encarga de coordinar la boda, así que Laura, trabajadora de esta empresa coordinó todo, de modo que estábamos muy tranquilos de que todo saldría bien ¡y así fue!
Como curiosidad decir que con otras fotos de la pre boda, tomadas por Juan García, fotógrafo de Burriana, elaboramos un photocall de dos metros. ¡Fue un éxito y a todos les encantó! Por otra parte, habíamos comprado manoletinas para nuestras invitadas. Estaba pensado darlas en la fiesta, pero ya en el picoteo algunas personas que ya sabían que teníamos nos las pidieron, de modo que la cena ya fue con zapato plano para muchas de ellas…
El picoteo, aparte de constar de una decena de entrantes, tenía también un bufet de quesos y fondue así como también se cortó jamón. Tras la fiesta se sirvió un resopón variado y en los baños había kits de supervivencia con cosas de aseo y demás.
La entrada en el restaurante fue con una canción de “Love Actually” en versión instrumental que duraba 2 minutos y quedó muy bien. Cabe señalar que la boda era temática, por esa razón las fotos de la pre boda parecía que contaran una historia y es que buscamos la inspiración cinematográfica para todo el evento. Así pues unas claquetas con un título de películas eran los meseros; la banda sonora de todo el evento era de películas y los centros de mesa, creación de Nana London, floristería de Castellón, eran unos tarritos, que en su interior tenían imágenes de películas conocidas.
Otra curiosidad es que en las mesa de mis amigas puse unas rosas liofilizadas (que no se marchitan gracias a un tratamiento) e iban con una dedicatoria personalizada para cada una de ellas. Asimismo, ya que teníamos muchas fotos de la pre boda, pensamos en hacer otra cosa diferente a un libro de firmas. Editamos nuestra propia revista y así aprovechamos para explicar curiosidades de las sesiones fotográficas y agradecer a los fotógrafos todo su trabajo.
Antes de que sacasen el postre (señalar que preferimos sacar un postre grande en vez de uno normal y tarta, de modo que en la boda no hubo tarta, tampoco nos gusta el momento espada :D), entregamos el ramo y dos pulseras, que dimos a las “testigos”. Cada pulsera llevaba un corazón de plata con su nombre grabado.
Ya en los cafés entregamos los regalos; una miniatura del perfume de Tous para las mujeres y una botella de vino de Rioja de la firma Glorioso (un crianza que ha sido galardonado). Para los niños dimos unos juegos de madera así como gominolas.
Seguidamente, (porque queríamos que fuese todo muy fluido y sin esperas), comenzamos el baile. Yo me cambié de vestido y me puse uno elaborado por mi abuela (que era sastre) con una tela que era parte de la cola de su vestido de novia. Se trata de un brocado de seda que confeccionamos en palabra de honor y hasta la rodilla, con un poco de caída por detrás. Lo adornamos con una tira de pedrería que adquirimos en una tienda cercana al mercado central de Valencia, que tiene muchos adornos de ese tipo. Muy muy recomendable, a pesar de que la tira en sí no es que fuese muy económica, la verdad, pero un día es un día y la ocasión lo requería. Mi abuela es mayor y tenía miedo de no acabar el vestido a tiempo, pero finalmente lo consiguió y para mi tiene un significado muy especial porque era parte de su vestido de novia y sé que a ella le ilusionaba mucho la idea.
Después de cinco clases de baile, con Vicente Clausell, profesor de Nules, pudimos defender un “bachatango”, una modalidad de tango con bachata. La canción del tango era la de “Milonga de amor”, que os puede sonar de la película "Bailamos" (o "Shall We Dance”).
Después bailamos con los padrinos una canción que elegí yo ya que tiene significado para mi padre y para mí. Se trata de Edelweis de la película de “Sonrisas y lágrimas”. Mi padre sí que se tuvo que aguantar las lágrimas porque no sabía nada de eso y se emocionó con ese detalle. Es algo bonito, porque se han esforzado mucho nuestros padres en organizar esta boda y merecían tener su momento.
Finalmente ya llegó el momento de la fiesta y aunque yo tenía preparadas una cuñas, preferí calzarme, con mi ya marido unas “converse” que Esencia Custome elaboró para nosotros. Son unas zapatillas personalizadas que no solo utilizamos en la boda, sino que las hemos amortizado en la Luna de Miel y las seguiremos usando.
La disco móvil, fue también tarea de Binari, junto con el burrianense Dj Xay. ¡Muchas gracias porque la gente no dejó de bailar hasta el final!
Bueno, seguro que me dejo algo pero es muy difícil resumir todo ya que son tantos meses de preparativos para un día en el que solo eres consciente de que al fin vas a ser la esposa del chico del que estás enamorada. Fue toda una experiencia y me faltarán siempre palabras de agradecimiento para las personas que han hecho posible este día.
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