La boda de Mari y Javier en La Alberca, Salamanca
Rústicas Verano Morado 3 profesionales
M&J
31 Ago, 2013El día de nuestra boda
Abrí los ojos, perfecto, aún no ha sonado el reloj. Me levanté con tiempo y apagué la alarma. No quise despertar a mi madre que aún dormía. A mi padre lo oí; "no puede dormir, está nervioso". Cogí la toalla que cuidadosamente mi madre dejó preparada la noche anterior en la que fue mi habitación hasta los 24 años. Se convirtió en la ducha más corta de mi vida.
Me vestí, hice la cama... Manías. Bajé las escaleras y detrás de mí, mi padre: "¿¡Dónde vas a las seis y media de la mañana hija!?". "No puedo dormir, así desayuno tranquila". ¿El qué? ¿No me entraba nada?
Entré en el salón y allí estaba todo. El arroz, la tarta de chuches, las mariposas, los pendientes y el colgante que mi hermana me prestó de su boda... todo perfectamente colocado. Oí a mi madre en la cocina y olí las tostadas y el café. Desayunamos deprisa, la peluquería nos esperaba.
Allí aparecimos las cuatro. Tranquilas, pero nos comían los nervios por dentro. Mi hermana pequeña, mi hermana mayor, mi madre... Y, por fin, yo. Algo sencillo. Me colocó la diadema y pasé al maquillaje. "Es increíble, me veo preciosa". Le saqué una sonrisa y nos marchamos. Aún nos quedaba una hora hasta llegar al maravilloso lugar.
Seguir leyendo »Entré en la habitación del hotel: vestido en mano y una bolsa con mis zapatos y mi ropa interior que tan cuidadosamente mis hermanas habían elegido. Y comenzaron las tres horas más largas de mi vida. Sola en la habitación mientras mis padres atendían a los invitados. Saqué, coloqué, saqué, coloqué... No sabía qué hacer. Llamaron a la puerta, por fin llegaron mis hermanas y mi madre, y mi sobrina. Luego los fotógrafos. Fotos, fotos, fotos, fotos.
Me puse el vestido. Ya no había vuelta atrás. Con cuidado, como nos enseñaron. Comencé a estar nerviosa. Temblaba, no paraba de temblar. Quería gritar. Oí su canción. La que él había elegido para salir. Llamó Jane. "¿Estás lista? ¡Te toca!".
Bajé las escaleras. Sonreía y temblaba, no supe hacer otra cosa. Salí al exterior. Un sol radiante a las siete de la tarde y una temperatura estupenda. Y allí estaban todos/as. Mirándome, esperándome. Lo busqué mientras bajaba y no lo encontraba. Mis amigas las primeras, bellísimas todas. Sus amigos, nunca los había visto tan guapos y guapas. La familia… y al final de la inmensa alfombra roja estaba él. La única imagen que me venía a la cabeza: la primera vez que me fijé en él. Tenía la misma mirada que tenía ese día. Lo besé. Un largo beso mientras la gente aplaudía.
"Comienza nuestra vida juntos".
Servicios y Profesionales de la Boda de Mari y Javier
Otros Proveedores
Otras bodas en Abadía de los Templarios
Ver todas
Otras bodas en Salamanca
Ver todas
Casa Imperial Salamanca
Villas de Pomar
Hotel Hospes Palacio de San Esteban
Inspírate con estas bodas
1 comentario
Deja tu comentario