La boda de Margarita y Antonio en L' Hospitalet De Llobregat, Barcelona
Elegantes Otoño Dorado 2 profesionales
M&A
23 Nov, 2013El día de nuestra boda
El fin de semana anterior llovía y durante la semana hizo mucho frío, nos llegó el otoño de golpe cuando pensábamos que íbamos a ser novios de verano, pero el sábado el día de nuestra boda amaneció soleado y aunque fresco, el tiempo nos dio una tregua y nos lució el sol.
Yo me desperté temprano, sobre las 7.45 de la mañana, para ir a la peluquería, pasé la noche en casa de mi padre junto con mis tíos que vinieron del pueblo, cuando salí de la peluquería llegué a casa con ramos de flores, uno para mi tía, otro para mi amiga que enseguida llegó para ayudarme a vestirme y otro para la vecina de mi padre que, muy amablemente, me decoró el portal lleno de flores para mi salida.
Mientras tanto el novio en el hotel junto con su familia de Madrid y nuestros amigos que llegaron el día anterior. Empecé a vestirme muy pronto, sobre las 11.00, y menos mal porque el corchete principal de mi vestido voló literalmente por los aires, una puntadita al corchete no hubiese venido mal señores de Pronovias. Mi cara era un poema, mi familia buscando el corchete, mi amiga sintiéndose mal por lo sucedido, al final mi hermano salió al rescate yendo a comprar una caja de corchetes al mercado y mi tía, con muy buena mano y sin nervios, me solucionó el inconveniente y me acabé de vestir justo a tiempo para salir de casa a las 12.30 haciéndome fotos con todos los invitados que habían ido a verme salir de casa y con las vecinas y vecinos del barrio de mi padre a los cuales agradezco enormemente su calor y sus gritos de viva la novia.
Seguir leyendo »¡Qué emocionante fue ese momento! En el coche de mis amigos, decorado con un gusto exquisito, llegamos al Palauet de Can Buxeres, un lugar precioso. Agradezco a varios amigos/as que acudieron allí para verme llegar, gracias de corazón. Mi tía se acercó diciéndome que el novio y su familia ya estaban allí arriba esperándome y respiré profundamente mientras subía por las escaleras del brazo de mi padre, orgulloso de su hija. La llegada al Palauet fue muy especial, en cuanto le vi supe que aún le quería más de lo que ya le quería, por estos ocho años juntos y todos los que vendrán.
Dicen que encontrarse allí en la sala rosa con el regidor y los testigos antes de entrar en la sala noble es perder esa emoción de verse, pues para nosotros no fue así, vernos allí sentarnos juntos dándonos la mano y atendiendo a las explicaciones del regidor fue maravilloso. La emoción de la madre del novio entrando primero junto a él y después mi padre y yo entrando con la marcha nupcial fue un momento maravilloso mirando a todos nuestros invitados y sonriendo mi cara era toda de felicidad. Con lo llorona que yo soy no podía todo era tan bonito que no podía, tenía ese nudo en la garganta pero ni una lágrima, solo miradas y gestos cómplices.
La ceremonia cortita y preciosa, después nos hicimos las fotos en el parque de Can Buxeres con los invitados y nosotros solos. A nuestra fotógrafa se le pinchó una rueda del coche, el templete de Can Buxeres fue traicionero, pero ahí estaban mis amigos cambiándole la rueda y gracias a los novios que se casaron después de nosotros, que el novio era mecánico, y ¡les ayudó! Increíble esta pareja ayudándonos a cambiar la rueda del coche, eso se merece ¡un gracias y un viva los novios!
Llegamos media hora tarde al convite, Can Palou, nuestro restaurante, un sitio precioso en Esplugues de Llobregat donde la atención fue inmejorable y gracias a su gerente, Jordi, nos sentimos como en casa. En el salón empezamos a disfrutar de la comida y del pase de fotos de los novios, ahí es cuando lloré de emoción contenida: “¡qué raro, no ha llorado!” oía por ahí, pero al ver las fotos de mi madre conmigo de pequeñita me hizo acordarme tanto de ella que no lo pude evitar, todos nos acordamos de ella ese día pero con alegría.
A mi suegra le emocionó mucho ver a su marido también en el pase de fotos, mi suegra es viuda, igual que mi padre, y esos momentos de recuerdo son muy bonitos, un pequeño homenaje a los que ya no están es inevitable y reconozco que esos momentos no los cambiaba por nada. Después llegó la tarta, increíble regalo de mi tío de la Casa Vives en Barcelona, ¡espectacular!
El vídeo de la llegada de los novios al restaurante brindando por nuestro amor, ¡quedó genial! ¡Gracias, Can Palou, por todo! Y los regalitos a las parejas fueron tan emocionantes, estaba deseando que llegase ese momento, qué gracia mis cuñados no se lo esperaban, también a una amiga mía de toda la vida y a mi prima. ¡Fue tan bonito! La entrega de los detallitos de boda, los regalos a los niños y adolescentes de nuestra boda y el baile.
Todo fue como nosotros queríamos, una gran boda familiar y de amigos íntimos, fuimos 41 invitados, allí faltaba gente que no pudo venir, pero nosotros nos acordamos de ellos y brindo de nuevo por nuestra familia y amigos que ahora se han unido y son solo una, ¡gracias a todos! Después de salir del banquete, sobre las 20.30 más o menos, los más jóvenes seguimos de fiesta en L'Hospitalet, gracias Kafé Olé por esas horas estupendas y por dejarme entrar con mi vestido de novia, ¡increíble, el corchete no se movió! Fue maravilloso nuestro día, el primer día especial de todos los que vendrán. ¡Gracias a todos/as!
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