La boda de Marcos y María en Ferrol, A Coruña

Pero la verdad es que, aún saliendo el sol, yo cada vez estaba más ansiosa, los nervios iban dejando paso a las inmensas ganas que tenía de verlo. Y llegó el momento de ponerse el vestido que elegí en la mejor tienda de novias del mundo, Aires de Novia, y el velo de Velos de Colores. Era el vestido que yo creo que era perfecto para mí, refleja a la perfección mi personalidad. Tras algunos momentos de confusión de si el lazo de corsé era en un sentido o en el otro, ya estaba lista para dar mis últimos pasos como soltera.

El viaje a la ceremonia fue, sin duda, el momento más tenso y también a su vez más divertido. En el coche mi padre a mi lado, atento de que yo estuviera tranquila, y al volante mi hermano mayor, que estaba tan nervioso como yo, pero lo intentaba disimular contando historias graciosas y haciéndonos reír a carcajadas a mi padre y a mí. Y llegó el momento que llevábamos preparando durante todo un año, nuestras personas más queridas estaban esperando ansiosas nuestra entrada para podernos ver. Y yo deseando poder verlo a él, que durante más de 8 meses mantuvo el mismo secreto que yo, no tenía ni idea de cómo era su traje, pero estaba espectacularmente guapo.

Cuando iba del brazo con mi padre hacia Marcos, todos los nervios desaparecieron, haciéndome recordar cómo me hace sentir, siempre consigue calmar mi personalidad ansiosa y nerviosa. Y mentí súper orgullosa de haber podido encontrar a alguien que me complemente y haga ser mejor persona. Él estaba como un flan, tan nervioso que no era capaz de decir nada, tan solo hacía gestos con la cabeza cada vez que yo le preguntaba si estaba bien. En algún momento pensé que se desmayaba, pero en cuanto dijimos Sí, Quiero y nos dimos nuestro primer beso de casados, me di cuenta que ya estaba tranquilo como siempre.

Por último, en la ceremonia las palabras de un gran amigo, poco pudo decir por la gran emoción que sintió, y eso que era él quien quería hacerme llorar, pero lo que pudo decir nos llegó directo al corazón y, además, nos hizo sentir todo su cariño. Llegó el momento de la fiesta, no sin olvidarnos de las fotos que con gran amor y profesionalidad nos realizó Tanirte Fotografía y, a continuación, comimos en el mejor sitio que podíamos haber elegido, Restaurante La Torilla. Unos platos exquisitos y donde nos sentimos en todo momento como en casa. Fran, sin duda, es un maravilloso anfitrión y un gran profesional.

Y el punto “final” el baile, con la canción A Thousand Years de Christina Perri, que bailamos dando comienzo a nuestra nueva vida como marido y mujer, y después de la cual todo el mundo se unió al baile para disfrutar y celebrar la fiesta de nuestro amor. La mejor forma de terminar el relato de este día es agradeciendo a todos nuestros familiares y amigos que acudieron a celebrar con nosotros este día tan bonito.

Espero que os haya gustado y que el día de vuestra boda sea tan especial como el nuestro. Mil gracias.