La boda de Marco y Raquel en San Agustin De Guadalix, Madrid

El día de nuestra boda

El día fue perfecto. Ya sé que todo el mundo dice lo mismo, pero de verdad que lo fue. Cuando escuchaba decir o leía que el día de tu boda es uno de los más bonitos de tu vida, no daba demasiado crédito. Al final es una celebración más, muy importante, pero no pensé que de verdad fuera a ser tan especial.

El día empezó divertido, con mi madre, madrastra y mi hermano preparándonos en el hotel, y dejándonos maquillar y mimar por Olaya, que es un encanto. Esos momentos de intimidad entre mujeres (y mi hermano) fueron muy divertidos y bonitos. Mientras, Marco se preparaba ya en Aal Cachucho con ayuda de sus padres. Los dos llegamos con nuestros coches, intentando no coincidir en la finca, entre emoción y nervios.

Cuando llegó el momento de la ceremonia, no podía estar más nerviosa y no podía creer que estuviera en ese momento ahí. ¿Cómo hemos llegado aquí? Creo que no paramos de llorar desde que empezó la música para dar la entrada al novio y a la novia. De hecho, yo, al escuchar su canción (aunque no le veía entrar), ya me estaba emocionando. La participación de nuestros mejores amigos, las palabras tan bonitas que nos dedicaron... Mi padre acompañándome al altar, mi suegra acompañando a Marco... todo. Fue superemocionante, muy bonita y original. Y, de hecho, fue nuestro amigo Marcos quien nos casó, con su guasa brasilera que tiene.