La boda de Manuel y Yessenia en A Lavacolla, A Coruña
Elegantes Verano Dorado 5 profesionales
M&Y
16 Jul, 2016El día de nuestra boda
El día de nuestra boda fue cuanto más, perfecto y maravilloso, pero ¿qué más puede decir una novia? Sin embargo, después de lo desastroso que fue el día anterior, el día B deslumbró.
Todo comenzó en noviembre del 2014, cuando mi, en aquel entonces, novio me pidió matrimonio en una preciosa góndola con músicos y cantantes en medio del gran canal de Venecia, imaginaos, ¡qué felicidad! pero lo mejor estaba por llegar, cuando volvimos a casa nos llevamos una maravillosa sorpresa, ¡resulta que estaba embarazada! Menos mal que organizamos la boda a largo plazo dijimos. Pasó el año, en julio nació nuestra pequeña, y en diciembre me sentí preparada para comenzar con la búsqueda de mi vestido, dimos muchas vueltas, llegué a Valencia, pero al final encontré mi vestido perfecto al lado de casa, era maravilloso, lo adoraba y lo compré, ya me imaginaba deslumbrando en el altar, pero en marzo me entero de una incompatibilidad con mi precioso vestido, ¡resulta que vuelvo a estar embarazada! ¡Oh no! ¡y mi vestido! estaré de 6 meses en la boda, pero tuve la gran suerte de encontrar la mejor tienda de novias que hay (Lovely by Isabelle), pues se hicieron cargo de todos los cambios de talla y esas cosas, yo estaba muy nerviosa, pues pensaba que iba a parecer un saco de patatas entre la falda y el bombo. Sorpresa para mí, y para todos que cuando llegó el vestido, ¡disimulaba el embarazo estupendamente!
Seguir leyendo »Ya solo faltaban 10 días para la boda, estaba casi todo bajo control, solo faltaban los pequeños detalles como los regalos de las mujeres, que decidí darles unas preciosas flores, mala idea, justo la semana de la boda hizo un calor inaudito en Santiago y se “achurrascaron” todas, pero valían para salir del paso, menos mal. Tengo que dar mil gracias a mis tíos, porque sin ellos aun estaría preparando todo. Resulta que el lunes antes de la boda mi marido recogió una idea desechada por falta de tiempo que tenía en mi agenda, la idea era hacer yo los menús del restaurante, pero con forma de abanico, nos pusimos a ello, perdón, me puse a ello, 160 círculos perfectos que recortar y pegar con un palito de polo en el medio, casi morimos en el intento, pero lo conseguimos, llegaron mi tía y mis primos e hicimos un proceso en serie para lograrlo, aun así nos llevó 3 días. Tengo que decir que los invitados agradecieron el detalle mil veces.
Los 2 días anteriores de la boda fueron un auténtico caos, el jueves por la noche a mi padre se le cae un diente delantero, el viernes como loco buscando un dentista de urgencia que le hiciera una prótesis, lo consiguió. Mi madre arreglando su vestido lo estropeó y tuvo que llevarlo casi en ambulancia a una costurera profesional que, dios sabe cómo, se lo arregló. Los trajes de los pajes y las damas no llegaron hasta la noche anterior. La niña se cae de la cama y va a la boda con un moratón en la cara. Los tíos y tías en casa en pleno zafarrancho de limpieza, los nervios de punta, ¡y al fin llega el día!
Con apenas 4 horas de sueño me levanto para ir a la peluquería, mis hermanos y tíos echando petardos en la puerta de mi casa y la de mi novio a las 8 de la mañana, me voy a la peluquería con mi tía y una amiga a las 9, a las 11 llegaba el fotógrafo a nuestras casas, pero yo llego a las 12 y media, pues aun tuve que ir a por el ramo al centro, un calor infernal. 1 hora para la boda, todos en casa, que estaba preciosa, hacemos las fotos pertinentes con el fotógrafo y todos histéricos porque hay que ir a la iglesia, vivo a 2 minutos y faltaban 20 minutos para la boda. Salgo de la casa para subirme a mi coche, ¡pero sorpresa! otro coche llega para recogerme, una preciosa calesa con 2 caballos blancos espera por mí, por mi padre y las 2 damitas, nos lleva a dar una vuelta por el pueblo antes de dejarnos en la iglesia dirigidos por mis pajes que iban vestidos con un traje de época en una Derbi que restauraba mi hermano (uno de los pajes).
La verdad es que la parte de la ceremonia no la recuerdo muy bien, se me pasó rapidísimo. Mi novio estaba guapísimo, parecía un príncipe, yo solo miraba para él. Las fotos las hicimos a marchas forzadas porque teníamos el tiempo justo para llegar al pazo, que estaba a 40 minutos y ya eran casi las 3.
A la salida de la iglesia, nos estaban esperando con el arroz, pero a los amigos se les ocurrió la genial idea de traer una caja con 15 kilos de arroz para perros, para tirárselos a mi ya marido, el cual fue rápido y los esquivó, así que fueron a parar todos a mí, fui literalmente sepultada, mi marido tuvo que regresar a desenterrarme, pues no podía moverme.
Llegamos al pazo con intención de estar 10 minutos antes que los invitados, aprovechar a hacer unas fotos con el fotógrafo y luego reunirnos con ellos, como siempre todo salió como lo planeado. Entre que nos preparamos llegaron los invitados, los cuales disfrutaron de un cóctel magnífico a la sombra y con la preciosa música que contratamos mientras nosotros veíamos todo a lo lejos en nuestra sesión de fotos. No me quejo, pues las fotos van a ser preciosas seguro, por lo menos escuchamos la música a lo lejos. Al llegar al cóctel, nos tenían reservados unos pinchos, pero pronto entramos al salón a comer, ya casi eran las 4.
El banquete fue en el Pazo del Tambre, un lugar de ensueño para celebrar tu boda, ellos hicieron que mi boda fuera perfecta, todos los invitados disfrutaban por sus parajes, los lagos, los caballos, la comida deliciosa, los sorbetes, el servicio, ¡todo! Y realmente ver que los invitados disfrutan es lo que hace a una novia feliz, por lo menos a esta.
Mi marido estaba esplendido, y yo también, ni notaba la barriga de 6 meses que llevaba debajo del corsé. El banquete pasó volando (aunque estuvimos casi 5 horas comiendo, con 6 platos, el postre y el café, lo típico en Galicia) y la fiesta comenzó, no paramos de bailar en 3 horas, las cuales se hicieron muy cortas para todos, aunque estábamos agotados yo habría seguido unas horitas más disfrutando con la familia y los amigos, y los invitados también querían más, pero todo lo bueno se acaba. Unos se fueron a casa, otros se fueron de juerga, pero los novios se quedaron en el pazo a disfrutar de una preciosa habitación barroca, hasta el día siguiente, que lo único que seguía igual al día anterior era el calor, pero ya se había acabado todo, esos 2 años de preparativos se habían consumido, solo nos quedaban las alianzas en los dedos (las cuales había hecho yo) y ese recuerdo de un día perfecto.
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