La boda de Manuel Miguel y Fátima en Huelva, Huelva

El día de nuestra boda

Pues como todos los casados dicen, el día pasa muy rápido, y es cierto. Desde que te levantas hasta que llegas al sitio parece una eternidad, y eso que me levanté sobre las 09:00 para salir de casa a las 13:00 horas.

Una amiga nos arregló tanto a mí como a mi madre, hermana y mi niña. Como yo fui la última, estaba algo más relajada, como si conmigo no fuera la cosa, intentando que la chica no se estropeara el peinado vistiéndola. Ese momento sí fue precioso, porque ella estaba casi más emocionada y nerviosa que yo.

Cuando tocó mi turno, empezaron las inseguridades. “¿Estará así bien el peinado?, ¿No estaré muy maquillada?”, y ¡zas! llegaron los fotógrafos. Señal que el tiempo apremia, que hay que ir terminando de arreglarse.

Fotos por aquí, fotos por allá, y en un pestañeo me veo pisando la alfombra roja que me lleva a la mesa de ceremonia. Delante iba la niña con la cesta de los anillos, arras, y el prendido para la solapa de papá.

Una vez cada uno estaba en su sitio, comenzó la ceremonia. Las emociones a flor de piel, un amigo cantó tras la entrega de los anillos y ahí ya fue donde no se podían aguantar más las lágrimas.