La boda de Manuel y Laura en León, León
Elegantes Verano Rojo 6 profesionales
M&L
12 Ago, 2017El día de nuestra boda
Y por fin llegó el gran día. Casi dos años preparando todo para nuestro gran día, decoraciones, regalos, detalles, música, ambientes y de repente llegó el día.
Yo me levanté superpronto. La boda era a las 13:00 en la Catedral de León, yo estaba en mi casa de Las Omañas, así que tenía que preparme con tiempo para llegar puntual.
Me acosté supertemprano, aún teniendo a todas mis amigas en casa queriendo fiesta, yo me hice la loca y me acosté. Me levanté sobre las 7 de la mañana sin ningun esfuerzo. Bajé a la cocina, desayuné tranquilamente hasta que llegó mi peluquera. Todo en casa estaba tranquilo, la gente dormía.
Mientras mi peluquera me empezaba a maquillar empezaron a despertarse todos y comenzaba la locura, así que decidimos irnos a casa de mi tía donde estaríamos solas y nadie nos molestaría. Todo tranquilo. Mi futuro marido en León, en un hotel con sus padres me mandaba mensajes, haciéndonos los locos, como si no fuera el día de nuestra boda, nos dijimos: "Te echo de menos. ¿Qué haces hoy? Yo no tengo ningún plan, si quieres quedamos. ¿A la 13:00? ¿Te parece bien? ¡Me parece perfecto! A la 13:00 en la Catedral nos vemos".
Seguir leyendo »Siguen llegando amigos para salir conmigo desde casa. ¡Locura! ¡Todos a vestirse! Yo en pijama, con una chaqueta vieja de mi madre, las medias puestas, los tacones para ir acostumbrándome, maquillada y peinada y todo el mundo corriendo como locos. Mi frase: ¡Tranquilidad! ¡Que me caso yo!
Llega el momento de empezar a vestirme porque el fotógrafo ya está en casa. Pues nada, a vestirme de princesa con la ayuda de mi madre, de mi hermana y de mi sobrina allí me puse en un periquete mi vestido de novia para empezar la sesion de fotos. ¡Fotos, fotos, fotos! ¡Odio las fotos! Pero ese día todo me parecía estupendo, así que a posar como una supermodelo se ha dicho.
Llega el momento de ponernos en marcha. Madre mía, menudo viajecito. 40 minutos en coche, hace calor, el vestido es enorme, se arrugará sí o sí, ¿Llegaremos tarde? Ay, no, por Dios, que no quiero hacerle esperar. Durante el viaje iba pensando que se me olvidaba algo, pero... ¿el qué? ¡No sé! ¿Y si es importante y tengo que volver? ¡Ay mi madre! ¡Ya me acordé! ¡Las invitaciones de la noche! Tía, date tú la vuelta y vete a por ellas. ¡Qué estrés a pocos metros de llegar a encontrarme con mi marido?
13:00h mi boda, 12:40 llego a la Catedral. Creo que llegamos demasiado pronto... ¿La novia normalmente llega tarde, no? ¿Puedo salir del coche? ¡No! ¡20 minutos aquí encerrada! Todos me abandonan menos mi sobrina, pero porque no la dejo salir del coche. Llega el fotógrafo. ¡Quiero fumar! Pero mi marido no quiere que fume antes, pero me desespero. ¡Anda, fúmante un cigarro! Vaya pinta... la novia, en el coche esperando en la puerta de la Catedral fumandose un cigarro. ¡Foto para el recuerdo sin duda!
¡La 13:00! ¡Vamos! Recolocamos vestido, mantilla, caramelos, por favor, que no me huela a tabaco. Ay, llegó el momento, allá vamos. Agarrada del brazo de mi padre y con mis sobrinos por delante, llegamos a la puerta de la Catedral donde me esperaban algunos invitados curiosos y el resto de mi comitiva, los sobrinos de mi marido, mi hermana y otra sobrina más y, de repente, a punto de entrar por la puerta oigo mi nombre por detrás de mí. ¿Cómo? ¿Qué haces aquí? Una amiga que no quería perderse mi gran día ha venido hasta aquí a verme. ¿Ya me haces llorar antes de entrar? ¡Anda entra!
Entramos por la puerta, madre mía qué largo es el camino hasta el altar y cuantos escalones y al alzar la vista... ¡Ahí está mi amor! ¡Qué guapo está! No llores, no llores. No puedo despegar la vista del "quiero llegar ya allí", pero es muy largo el camino y hay escalones.
¡Llegué! Que nervioso se le ve, me acerco a darle un beso porque ni se mueve y cuando le beso, me abraza fuerte y no me suelta, tanto que casi no puedo mantenerme en pie. ¡Qué tierno y qué guapo está!
La ceremonia estupenda, agradable, hasta graciosa, amena para todo el mundo. Preciosas fotos las que nos hicieron los fotógrafos, miradas de amor, dulzura nerviosísmos, algunas lágrimas que otras, agarrados de las manos, mirándonos como adolescentes enamorados, con nuestros padres a nuestros lados y detrás toda la familia y amigos que nos acompañan en nuestro día.
Momentos inolvidables, alianzas iguales. ¿Nos habrá dado a cada uno la nuestra? Porque son iguales y no las ha mirado... Espera, que miro disimuladamente. ¡Sí, es la mía! Momento arras... Cariño, gírate más que me las tienes que dar a mí. El vino... ¡Qué malo está! La paz... Cariño, ahora no es momento de darme un pico, en la mejilla mejor. Todo genial menos el momento testigos. 10 testigos preparados, con sus bolis en las manos, a pie del altar esperando con una cara de ilusión por subir a firmar y de repente... ¡No! Solo pueden subir dos testigos, son las 2 y se cierra la catedral ya. ¿Perdona? Cara a cuadros de mi ya marido y mía en las fotos, mejor no pongo ninguna de estas en el álbum de la boda.
Venga a carreras, fotos en el altar con la familia, suben unos fotos. Mientras esperamos que todo el mundo salga, llega nuestro primer momento juntos, solos, y ya como marido y mujer. Preciosas fotos, estas sí para recordar siempre.
Salimos, preciosas y superoriginales las cajitas que preparé para el arroz. No caí en que había niños y cafres que me tirarían las cajas enteras. ¡Las cajas no, solo el arroz! ¡Madre mía, como duele, qué pedra de arroz! Besos, besos, besos, madre mía, qué de besos besos, regalos, besos, qué felices se nos ve y qué felicidad se respira en el ambiente. Venga, al Parador a comer.
Nosotros nos vamos un ratito a hacernos fotos preciosas por los alrededores de la Catedral y cuando llegamos al cóctel todo el mundo esperándonos. Suena la canción para el brindis, es nuestro momento de entrar. Qué bonito está todo el claustro y parece que la gente se lo está pasando bien y comiendo bien. ¡Felicidad! Más fotos por el Parador. Una cerveza por favor, estoy seca, y un cigarro también, ¿no?
¡Vamos, todos al banquete! ¿Te quieres ir al salón que hasta que no estéis todos no podemos entrar? ¡Venga! Uf, "Ya no" de Manuel Carrasco, nuestra canción, que hemos oído miles de veces y hemos terminado llorando imaginando este día, entrar ya como marido y mujer al salón del banquete, donde todos nos esperan y todos nos miran... ¡Allá vamos! Lágrimas, lágrimas y más lágrimas pero sin dejar de cantar, mirarnos y sonreír como dos enamorados.
Momentazos durante todo el banquete, regalos para los hermanos, lágrimas, regalos para los padres, más lágrimas, regalos para las cumpleañeras. ¡Ah no, aquí no lloramos! ¡Bien!
Sorpresas, mi sobrina se planta delante de nuestra mesa con una cartulina roja y todo el mundo se calla. Se pone a leer una carta para mí. Madre mía, qué llorera... No puedo parar, pero no solo yo, todo el mundo está llorando escuchándola. En la cartulina un montón de fotos nuestras de muchos momentos vividos las dos. ¡Clinex por favor! ¡Adiós maquillaje!
¿Un ramo de flores? ¿Quién? Ay, qué bonito... Cariño, leémelo tú, no sé de quien es... pone del Parador. ¿Será un regalo del Parador? Leémolo por favor... "Querida prima...". ¡Oh no! ¡Mi primo! A llorar como una niña pequeña. No pudo estar en mi boda pero se acordó todo el día de mí, lo sé, y me quiso dar esa sorpresa. ¡Como le quiero aunque a penas nos veamos!
A ver a ver, ¿qué nos están preparando ahora? ¿A la pista de baile? Ay mi niña, mi sobrina también nos ha preparado un baile. ¡Me la como! Y más y más cosas. Después de comerme a besos a mi sobri, los amigos de mi marido le sacan un capote, da unos pases torero. Qué guapo se le ve con ese traje, parece un torero de verdad.
Que no falte foto con nadie por favor, una foto con cada mesa. Regalos, detalles, mamá, tía, suegra a repartir regalos por favor. Besos, besos y más besos entre tanta lágrima no está nada mal.
¡Momento tarta! Menuda canción elegimos para este momento. ¡Temazo! Cariño, no cortes tan fuerte, solo un poco. Venga va, abre la boca. Cariño, que me clavas la espada. Sí, sí ahora me toca a mí. ¡Tarta de hojaldre para todos! Para la novia de chocolate, por favor!
Llegó el momento del baile, nuestro baile, madre mía , no hemos practicado nada. ¿Cómo saldrá? Bueno, me voy a cambiar y preparar ahora vuelvo y cuando suene la musica empezamos.
te conozco desde siempre, tú ya estabas en mi alma, tú ya estaba en mi mente. Felicidad, nuestra cancion, nuestro primer baile y perfecto 2 minutos y cambiamos vamos a sorprender a todos con un vals. ¡Qué bien nos ha salido y ahora todos a bailar!
Depués de las dos horas de barra libre, felicidad, bailes, charlas y demás, nos vamos de fiesta. Todos al autobús, por favor, que la fiesta sigue.
Y allí seguimos en otro local teníamos reservado, con aperitivos y chuches y un vídeo dedicado a todos nuestros familiares y amigos para agradecerles que nos acompañaran todo el día. Nosotros nos retiramos a las 3 de la madrugada, yo con el vestido negro y los pies destrozados, pero agarrada de la mano de mi marido por las calles de León, felicitándonos todos los que nos veían sin conocernos de nada y con una cara de felicidad impresionante para llegar a nuestra habitacion, el Torreón del Parador, un lugar de ensueño para terminar nuestro gran día.
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