La boda de Manuel y Amparo en Jaén, Jaén

Cuando ya estaba vestida, empecé a nombrar a mis damas de honor dándoles un ramo hecho a crochet para que se notara quien era, ahí ya empezaron a aparecer las primeras lagrimillas.

Seguimos con las fotos en familia y posteriormente nos dirigimos a la iglesia... los nervios aumentando y cuando salimos a la calle y vemos tanta gente esperando, ¡qué emoción!

Como la iglesia está a pocos metros de casa, nos fuimos andando y toda la tropa detrás, madre mía anda que me iba a perder.

Llegamos a la iglesia y ahí fue cuando los nervios se apoderaron de mí, estaba deseando ver a mi marido, y cuando entre por la puerta y lo vi, que momento más inolvidable, me emocione como una tonta, y parecía que a mi padre y a mí nos había metido dado con un petardo y en 1 segundo ya estaba frente a mi maridín, la cara con la que me miraban madre e hijo era. Una vez nos dimos el Si los nervios desaparecieron y fue cuando ya si pude disfrutar de mi día en condiciones, aunque hay cositas que ocurrieron tan deprisa que ni si quiera me acuerdo de que ocurrieran.

En el restaurante todo perfecto, lo único que no me gustó fue el momento de estrés metiendo prisa de reparte regalos, haz esto, haz aquello. Nosotros dimos de regalo unas botellitas de ron o whisky a los hombres, y un bálsamo labia y espejo a las mujeres, que por cierto fue un exitazo.

Luego a las mamas les dimos unas pulseras realizadas con tela de mi vestido con una plaquita que pone un pedacito de mí, y a los papas ya que en las navidades pasadas se llevaron unos gemelos personalizados, ahora les dimos unas maminas personalizadas con unas fotos suyas y nuestra de la preboda.

Luego a las amigas les di un ramillete de flores y a una embarazada un babero personalizado para que ese bebe tenga también un recuerdo de la boda.

Aunque suene muy típico disfrutad de todo chicas, pasa el día volando.