La boda de Luis Pablo y Carolina en Córdoba, Córdoba

El día de nuestra boda

Mi boda fue un día lleno de emociones, muy intenso. Desde el primer momento decidimos que queríamos una celebración más bien íntima porque, sobre todo, queríamos que ese día fuera para celebrar con los más allegados, no una fiesta montada para nuestro disfrute.

Ese día recuerdo mucho calor (¡claro! era julio en Córdoba), mis primas y su hijas llenando la casa de mis padres, un poco de cansancio, por no poder disfrutar de una siesta, y conforme se iba acercando la hora nervios. Recuerdo sentirme apurada por llegar tarde (tan solo 10 minutos) a la boda, y todo el mundo diciéndome que eso era lo normal en la novia, ¡pero a mí no me gusta llegar tarde a los sitios! También recuerdo un poco de preocupación por si todo estaba en orden y a gusto de los invitados. Tampoco sabíamos cómo iba a ser la ceremonia porque de ello se encargó mi suegra, e iba a ser todo sorpresa.

Una vez que pasó el momento de la ceremonia se fueron todos los nervios y ya pude centrarme en agasajar a mis invitados y a ver cómo disfrutaban ellos. Sobre todo lo que no se me olvidará nunca son todos los detalles que nos tenían preparados nuestros amigos... y, obviamente, las cosas que escaparon a nuestro control.