La boda de Luis y Lydia en Jerez De La Frontera, Cádiz

El día de nuestra boda

Ahora que acabamos de recibir las fotos, me gustaría dejar por aquí un pequeño resumen de lo que vivimos el 20 de abril. Nos casamos de mañana, en una misa con eucaristía que comenzaba a las 11:30. Contra todo pronóstico, volveríamos a hacerlo igual. La mañana de la boda la recuerdo tan tranquila... En casa de mis padres, desayunando todos juntos en la cocina. El ramo me lo trajeron las tías de mi marido la tarde de antes. Lo hizo una de ellas, mayoritariamente con flores de su jardín. Y es, para mí, por supuesto, el ramo más bonito del mundo. 7:00-9:15: maquillaje y peluquería: para mi hermana, mi madre y para mí. 9:45-11:10: fografía y vídeo en casa. Nosotros no queríamos las típicas fotos mientras me maquillaban, por eso no coincidieron los fotógrafos con las chicas de MUAH. La misa fue preciosa. La música tenía que ser rigurosamente sacra y fue interpretada por un antiguo profe mío en el órgano. Hicimos velación, eucaristía y todas las lecturas, aunque no era necesario. Pusimos a la salida 6 cañones de mariposas y kilo y medio de arroz vaporizado (no lo lavé ni nada, tampoco manchó) y creemos que quedó bastante bien. Las fotos en la bodega fueron todo lo que yo había soñado y más. Para el seating plan se me antojó utilizar libros. Para nosotros significan muchísimo. Yo no solo leo, sino que también escribo, y la portada de mi libro también formaba parte de las invitaciones. Así que pasamos meses buscando libros de segunda mano en Aída Books: son benéficos y además hay tesoros. El resultado fueron horas de trabajo con mi hermana, que disfruté como un bebé, y una libro de regalo para nuestros invitados pensados en exclusiva para ellos. No quedó ninguno, y mira que nos daba miedo que con tal de no cargarlos los dejarán allí. 13:30-15:00: aperitivos: para cambiar de la zona de aperitivos a la del almuerzo, mi hermana organizó un pasillo con todos los invitados y pasamos entre aplausos al banquete. No queríamos entrar con canción, ni dando botes ni entre servilletas. Así que fuimos los primeros seguidos de todos los invitados. Y la sensación de verte arropado por los tuyos no la cambio por nada. 15:00-17:15: almuerzo: entrantes, sorbete, plato principal y postre. 17:15: baile nupcial: mis tíos que llevan años en clases de bailes nos enseñaron a bailar el vals, que era la ilusión de mi marido. Y después pusimos un segundo vals para que entrara quien quisiera a bailar. 17:30-18:45: actuación en directo: contratamos a los Bomberay (están en proveedores) y solo tenemos palabras bonitas. 18:45-23:00: ¡barra libre! Después los que quisimos seguimos en una terraza y los más fiesteros continuaron de discoteca. Nosotros decidimos volvernos a casa andando cuando no pudimos más. Y también guardamos un recuerdo bonito de ese paseo de vuelta a casa ya casados.