La boda de Lucas y Gemma en Alcala Del Valle, Cádiz
Elegantes Primavera Morado 2 profesionales
L&G
08 Jun, 2013El día de nuestra boda
Resumir en pocas palabras un día tan especial es muy difícil. Son tantos recuerdos, emociones... Un día para recordar toda la vida. Ya los días previos eran un estrés constante, y el día antes… ¡Qué decir! Últimos retoques a todo.
La noche antes mi novio me echó en el buzón una tarjeta, en la portada estaba el logo de nuestra boda con una foto nuestra de hacía muchos años. Me escribió unas palabras muy bonitas, que hicieron que la emoción se apoderara de mí. ¡Fue muy bonito! No dormí mucho aquella noche, ¡y a las 7 en planta! Para mi sorpresa, estaba muy tranquila. Una duchita y a la peluquería. Después tocaba el maquillaje.
Llegó la hora de vestirse, corriendo porque llegaba el fotógrafo. ¡Empiezan los nervios! Cada vez llegando más gente: mis amigas, los niños que me iban a acompañar, la familia... Y comenzaron las fotos, ¡cientos de fotos! Momento emotivo cuando bajé las escaleras de mi casa y abajo me esperaba muchísima gente, pero sobre todo a los pies de las escaleras mis padres. Mi madre con mi ramo en la mano… ¡Aún me emociono al recordarlo! Salí de mi casa al grito de "Viva la novia". Vecinos, amigos... ¡La calle llena de gente! Camino para la iglesia, ¡corriendo que vamos tarde!
Seguir leyendo »Entré en la iglesia y escuchaba la música. La primera sorpresa, unos amigos tocando la trompeta y la guitarra la canción My way. Paso a paso, y al fondo me espera mi novio sonriente, ¡ya estamos aquí!
La ceremonia tuvo mil momentos que recordar. Mi cuñado inició la ceremonia, mi cuñada la lectura del amor, mis amigas peticiones de buenos deseos, y un amigo unas palabras que nos hicieron llorar a todos. Finalmente, el cura nos declaró marido y mujer. Fotos y más fotos, y a la salida una lluvia colorida de arroz y pétalos de rosa.
Nos fuimos a hacernos fotos a un convento antiguo cercano con unas vistas magníficas, ¡y vámonos para la finca! Cuando llegamos nos estaban esperando todos los invitados, aunque la espera se hizo corta porque estaban disfrutando de los magníficos aperitivos y de un gran buffet de vino. ¡Qué alegría ver a todo el mundo! Muchos besos y los mejores deseos y, por supuesto, muchas fotos. Entramos en el salón con la canción de Il Divo, Hasta mi final, ¡qué momento!
Teníamos muchas sorpresas para los invitados. El nombre de cada mesa aparecía en un marco con una foto nuestra, cada invitado tenía en su sitio un corazón con su nombre, tarjetas de agradecimiento...
Quisimos que no olvidaran nunca ese día. La comida estuvo genial, acertamos al elegir el catering de Ángel Utrera, ¡la gente estaba encantada!
Repartimos los regalitos: pulseras en unas cajas muy bonitas para ellas y tapones para botellas en forma de corazón para ellos. Comenzaba la barra libre. Inauguramos un buffet de chuches que hacía la boca agua a todos los presentes. Un árbol de huellas pintado por una amiga y, lo mejor, nuestro photocall. Era genial, regalo también de mis amigas. Se lo curraron bastante todo.
Un libro de firmas junto con dos fotos que les regalamos a nuestros padres de aquel mismo día.
¡Y tocó bailar! Inauguramos el baile con la canción de Ghost, pero a mitad de canción la música empezó a rayarse. Empezaron a salir las chicas por un lado y los chicos por otro... ¡Empezaba nuestro baile sorpresa! Todos se quedaron con la boca abierta, ya que no lo sabía nadie, lo organizamos la semana antes y ensayamos dos días. Podría salir mejor, pero no cambio ese momento por nada, ni los días de ensayo. ¡Lo pasamos genial! Orgullosos de los amigos que tenemos. Y después llegó la explosión de la fiesta. ¡Todos a bailar! Pero quedaban más sorpresas, ya que había hecho unas tarjetas para mis mejores amigas. Una parte con muchas fotos de momentos vividos juntas, y la otra con dedicatoria personalizada para cada una, ¡acabamos todas llorando!
Después de horas de baile y miles de fotos, de unos juegos con globos que nos hartamos de reír, casi al final de la noche quedaba otra sorpresa más. Nos habían preparado un vídeo con fotos desde pequeños de los dos de todos los años de novios, ¡todos a llorar otra vez! Cuando iba apareciendo gente que nos faltaba…
Y llegaron los últimos bailes. Antes de terminar, cogimos el micro y dimos las gracias a todos por todo. Eran tantas emociones acumuladas que no tenía palabras para expresar todo lo que había sentido aquel gran día.
Llegamos a casa a las 2:30 de la mañana, ¡desde las 12 que salimos de casa! Cuando veo las fotos, vídeos y los comentarios de todos los amigos, me doy cuenta de que fue una gran boda. Tanto esfuerzo durante meses mereció la pena, la gente se fue encantada, eso me dicen todos. Cuando recordamos los momentos de aquel día aún nos emocionamos todos. La pena es que ese día ya pasó y no volverá, porque lo viviría mil veces más. Somos afortunados por la familia y amigos que tenemos, nos hicieron vivir el mejor día de nuestra vida.
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