La boda de Loli y César en San Pedro De Olleros, León

La iglesia estaba preciosa, fue un regalo de mi madrina de bautismo, y la misa fue muy amena. Cuando íbamos a salir llovía a cantaros, pero allí estaban nuestros invitados bajo el chaparrón y los paraguas preparados para inundarnos de arroz.

El cóctel tuvo que hacerse en un salón que estaba libre ya que hacerlo en el jardín del hotel fue imposible. Allí les dimos la primera sorpresa a nuestros invitados: Un photocall con un libro de firmas, y como sorpresa para el novio las fotos de nuestros abuelos, los suyos ya fallecidos.

Ya durante la cena afloraron los nervios y los novios apenas probamos bocado. La gente nos felicitó por lo bueno que estaba todo. Gracias al Hotel Plaza por ello, y a Manuel por estar pendiente de nosotros en todo momento.

Después de cenar dimos los regalos a los invitados, y algunos especiales como el ramo a mi hermana, una tarta de pañales a un primo que se va a convertir en papá, la liga a mi hermano, el muñeco de la tarta a unos amigos que esperamos sean los próximos, y un par de ramos de chuches a dos amigas especiales. A los padres decidimos darles un regalo antes de la boda, a ellas unas pulseras, y a ellos un reloj para que lo estrenasen ese día.

Para nuestro baile elegimos "Nothing else matters" de Metallica. Después abrimos un paquete gigante que era un photocall con disfraces, y para los más golosos un carrito con chuches. Todo esto gracias a Al Detalle, unos chicos supermajos.

Fue un día inolvidable y, aunque no salga todo como queramos, ese día es para disfrutarlo con la gente que te quiere.