La boda de Loli y César en San Pedro De Olleros, León
De noche Verano Beige 3 profesionales
El 19/07/2014 1.318 2 4
L&C
19 Jul, 2014
El día de nuestra boda
Nuestra boda se hizo esperar. Después de 12 años juntos, vamos y decidimos casarnos. Y yo que me acababa de cortar el pelo, pobre peluquera lo que tuvo que sufrir para arreglarme. Lo decidimos en febrero y nos casamos en julio de este mismo año.
Teníamos claro que sería una boda pequeña. De 92 invitados nos quedamos en 68 y realmente estaba quien tenía que estar.
Ese día no es que lloviese, ¡es que diluvió! Al menos me dejó llegar a la iglesia andando del brazo de mi padre. Hasta la hora de salir de casa estaba muy tranquila pero fue salir de casa, encontrarme a los vecinos, amigos, familiares y a un grupo de gaitas que nos trajeron de sorpresa y no pude evitar emocionarme. Me aguante como pude.
Tenía terror a mi reacción al entrar en la iglesia porque soy demasiado sensiblera, pero no lloré nada de nada. Estaba tranquila viendo a mi futuro marido esperarme en el altar de lo más guapo, y eso que antes de entrar a la iglesia tuvimos que esperar mi padre y yo por el cura que llegaba tarde, ¡más que la novia!
Seguir leyendo »La iglesia estaba preciosa, fue un regalo de mi madrina de bautismo, y la misa fue muy amena. Cuando íbamos a salir llovía a cantaros, pero allí estaban nuestros invitados bajo el chaparrón y los paraguas preparados para inundarnos de arroz.
El cóctel tuvo que hacerse en un salón que estaba libre ya que hacerlo en el jardín del hotel fue imposible. Allí les dimos la primera sorpresa a nuestros invitados: Un photocall con un libro de firmas, y como sorpresa para el novio las fotos de nuestros abuelos, los suyos ya fallecidos.
Ya durante la cena afloraron los nervios y los novios apenas probamos bocado. La gente nos felicitó por lo bueno que estaba todo. Gracias al Hotel Plaza por ello, y a Manuel por estar pendiente de nosotros en todo momento.
Después de cenar dimos los regalos a los invitados, y algunos especiales como el ramo a mi hermana, una tarta de pañales a un primo que se va a convertir en papá, la liga a mi hermano, el muñeco de la tarta a unos amigos que esperamos sean los próximos, y un par de ramos de chuches a dos amigas especiales. A los padres decidimos darles un regalo antes de la boda, a ellas unas pulseras, y a ellos un reloj para que lo estrenasen ese día.
Para nuestro baile elegimos "Nothing else matters" de Metallica. Después abrimos un paquete gigante que era un photocall con disfraces, y para los más golosos un carrito con chuches. Todo esto gracias a Al Detalle, unos chicos supermajos.
Fue un día inolvidable y, aunque no salga todo como queramos, ese día es para disfrutarlo con la gente que te quiere.
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